ARTÍCULO

Trayectoria de la recuperación mundial

Junio 22, 2009


TITULARES
  • El Banco Mundial destaca la disminución sin precedentes de la producción mundial, el comercio y los flujos de capital privado.
  • Los países en desarrollo pueden convertirse en una fuerza impulsora clave de la recuperación mundial en caso de reanudarse los flujos de capital.
  • Para cambiar la situación se necesitarán medidas políticas audaces y coordinadas.

22 de junio de 2009— El nuevo análisis que hace el Banco Mundial de la economía describe un panorama sin precedentes: la producción mundial se reduce un 2,9% y el comercio mundial casi un 10%, en tanto que es probable que los flujos de capital privado desciendan de US$707.000 millones en 2008 hasta llegar a los US$363.000 millones que se esperan en 2009.

Mientras se advierte que el mundo está ingresando en una era de crecimiento económico más lento, el informe anual del Banco Mundial Global Development Finance 2009: Charting a Global Recovery (Flujos mundiales de financiamiento para el desarrollo 2009: Trayectoria de la recuperación mundial ) que se da a conocer hoy, actualiza el panorama de la economía mundial y explora el amplio enfoque que será necesario para planificar una recuperación mundial.

“Las medidas extraordinarias adoptadas por los gobiernos de todo el mundo ayudaron a salvar al sistema financiero mundial de un colapso completo, pero la recesión económica persiste en los sectores reales”, dijo Justin Lin, primer economista y primer vicepresidente de Economía del desarrollo del Banco Mundial. “Para cambiar la situación, se necesitan medidas políticas audaces, lo que incluye la reanudación del crédito interno y los flujos internacionales de capital”.

Lin habló en la Conferencia anual del Banco sobre economía del desarrollo i que se realizó en Seúl, donde se reunieron los expertos para debatir la crisis financiera. Hizo hincapié en el papel fundamental que pueden tener en la recuperación mundial los países en desarrollo como impulsores del futuro crecimiento mundial y señaló también la grave emergencia de desarrollo i que impone el impacto de la crisis en los países pobres y vulnerables.

Creciente recesión mundial

A medida que se dificultaba cada vez más la obtención de capital y aumentaba la incertidumbre acerca de la demanda futura, se registró un marcado descenso de la producción y del comercio mundial de bienes manufacturados. El nivel de producción industrial de los países de ingreso alto disminuyó en un 15% desde agosto de 2008, y el de los países en desarrollo, sin contar a China, en un 10%.

Se prevé que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de los países en desarrollo se desacelere marcadamente, de 5,9% en 2008 a 1,2% en 2009. No obstante, su rendimiento supera al de los países de ingreso alto, cuyo PIB agregado, según las previsiones, descenderá 4,5% en 2009. Sin contar a China e India, notablemente, el PIB de los demás países en desarrollo disminuirá un 1,6%: un verdadero revés a la reducción de la pobreza.

Se prevé que el PIB mundial retomará un crecimiento del 2% en 2010 y del 3,2% en 2011. En el caso de los países en desarrollo, se espera que el crecimiento sea superior (de 4,4% en 2010 y de 5,7% en 2011), aunque bajo en comparación con el sólido rendimiento que mostraron antes la crisis actual.

En el sitio web de la actualización de las Perspectivas para la Economía Mundial que acompaña el informe, se presentan proyecciones detalladas, inclusive para regiones y países en desarrollo. Es probable que el crecimiento de dos de estas regiones (Europa y Asia central y América Latina y el Caribe) sea negativo hacia finales de 2009.

“Si bien se espera que la economía mundial comience a crecer nuevamente en el segundo semestre de 2009, no se cree que la recuperación cobre fuerza mientras la demanda mundial permanezca en un nivel bajo, el desempleo siga siendo elevado y las condiciones recesivas continúen hasta el año 2011”, explicó Hans Timmer, director del Grupo de análisis de las perspectivas de desarrollo del Banco. “Si se pretende impedir una segunda ola de inestabilidad, las políticas deben concentrarse rápidamente en la reforma del sector financiero y el apoyo a los países más pobres”.

Rápido deterioro de las condiciones financieras

Es probable que los países en desarrollo se enfrenten con un clima financiero externo lamentable en 2009, según el informe. Debido al descenso abrupto de los flujos de capital privado, a muchos países les resultará difícil satisfacer las necesidades de financiamiento externo, que se estiman en US$1 billón.

Es posible que la deuda privada y los flujos de capital no logren satisfacer por un amplio margen las necesidades de financiamiento externo de los países en desarrollo, que representan un déficit estimado de entre US$350.000 millones y US$635.000 millones. Los flujos de capital de fuentes oficiales, además del aprovechamiento de las reservas en moneda extranjera, ayudarán a cubrir el déficit en algunos países, pero en otros habrá necesariamente ajustes macroeconómicos fuertes y abruptos.

“Varias empresas se verán seriamente presionadas para hacer frente a sus pasivos en moneda extranjera con ingresos en monedas nacionales que se deprecian, al tiempo que se ha desplomado la demanda de las exportaciones”, dijo Mansoor Dailami, principal autor del informe. ”El riesgo de crisis en el balance de pagos y la reestructuración de las deudas corporativas en muchos países merecen una atención especial”.

Plan para una recuperación mundial

En general, los gobiernos llevaron sus ideas a la práctica a través de cambios en la política monetaria, estímulo fiscal y programas de garantías para reforzar el sector bancario. Sin embargo, quedan muchos desafíos pendientes y la intervención mundial concertada sigue revistiendo importancia crítica en tanto la crisis persista.

El GDF pone de manifiesto la importancia de un amplio acuerdo entre los principales gobiernos sobre la implementación de reformas y el mantenerse alejados de las políticas de egoísmo nacional. Los argumentos a favor de las políticas fiscales coordinadas, que son generalmente débiles debido a la variación de los desafíos que enfrenta cada país, son muy fuertes ahora que el mundo enfrenta la perspectiva común de una demanda mundial inadecuada.

“Con el tiempo, se deberá abandonar el esquema en el que los gobiernos tienen una gran participación en el sistema financiero y volver a poner el control del sistema bancario en manos del sector privado”, dijo Dailami. “Asimismo, se deberá contener la gran expansión de la oferta monetaria en los países avanzados, y será preciso recortar los déficits fiscales en el mediano plazo, para mantener la viabilidad de la deuda y evitar otra crisis de endeudamiento como la que se produjo en las décadas de 1970 y 1980”.

Finalmente, existe la necesidad urgente de reconocer que los países pobres, que ya estaban debilitados y padecían especialmente la crisis de los alimentos y del petróleo, deberían recibir atención rápidamente. Estos países casi no tienen acceso al capital privado extranjero ni siquiera en los tiempos buenos y dependen en gran medida de donantes para los recursos que necesitan para satisfacer los Objetivos de desarrollo del milenio, cuyo plazo de cumplimiento se ha fijado en 2015.

“Es imprescindible que se defiendan y fortalezcan aún más los compromisos internacionales sobre ayuda para el desarrollo y para el alivio de la deuda”, concluyó Dailami. “Los países pobres enfrentarán perspectivas económicas cada vez más graves si el gran deterioro de sus ingresos de capital por exportaciones, remesas e inversiones extranjeras directas no se revierte para el año 2010”.

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