ARTÍCULO

De los árboles de mango a los ministerios: Asociación para el desarrollo de Sudán del Sur

Diciembre 16, 2010


TITULARES
  • Desde 2005, la capital de Sudán del Sur, Juba, ha visto un importante cambio en el desarrollo de la infraestructura.
  • Un referéndum, programado para el 9 de enero de 2011, podría confirmar a Juba como la capital de la nación más nueva del mundo.
  • El Banco Mundial está comprometido a continuar su asociación con Sudán del Sur para combatir la pobreza y construir su economía.

Juba, 16 de diciembre de 2010. Cuando el Gobierno semiautónomo de Sudán del Sur (GoSS) estableció por primera vez su capital en Juba en 2005, no había edificios en los que sus empleados pudieran trabajar. Pero sí numerosos árboles de mango silvestres, que proporcionaban sombra para proteger del sol abrasador. Aquí era donde se reunía regularmente el personal del Banco Mundial con sus contrapartes en el recién formado GoSS, para forjar un nuevo camino después de décadas de conflicto y de abandono.

¿Una nueva capital?

Eso fue hace cinco años. Hoy en día, Juba está casi irreconocible con bulliciosos mercados, avenidas pavimentadas de dos vías en las que se ven automóviles deportivos utilitarios y Hummers en medio del tráfico, una plaga en las ciudades más desarrolladas y un concepto inimaginable en 2005.

Los edificios de los ministerios gubernamentales llenan el paisaje de la ciudad en la que antes no había ninguno de ellos. La población ha explotado con los refugiados que retornan, los empresarios que buscan oportunidades de negocios en una economía floreciente y los trabajadores humanitarios. Y el mes próximo, Juba podría estar en camino de convertirse en la capital de la nación más nueva del mundo.

El 9 de enero de 2011, Sudán del Sur debería tener un plebiscito, como se estableció en el Amplio Acuerdo de Paz de 2005, que finalizó 21 años de guerra civil. El pacto, entre el Gobierno central de Sudán y el Movimiento/Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM/A, por sus siglas en inglés), puso término formal a un devastador conflicto civil, que dejó alrededor de 2 millones de muertos y 4 millones de desplazados.

 Además de un Gobierno semiautónomo, el acuerdo ha traído mejoras que incluyen el retorno de un gran número de refugiados a sus casas y la expansión de los mercados locales. También llevó a la creación de dos fondos fiduciarios de múltiples donantes; posteriormente, se le pidió al Banco Mundial que los dirigiera. Se trata de uno para el Norte (MDTF-N), administrado desde Jartum, y uno para el Sur (MDTF-SS), manejado desde Juba.

 Resultados y desafíos

A pesar de los retos que el Banco ha enfrentado en el curso de la administración de estos fondos fiduciarios, ha habido logros importantes en el terreno. El MDTF-SS, que es financiado por 14 donantes, incluyendo al Banco, habrá gastado US$400 millones de un total de US$500 millones para fines de 2010. Estos recursos han permitido expandir la producción de alimentos en áreas deficitarias, aumentar el acceso a agua potable limpia para casi 250.000 personas y a los suministros médicos para más de 2,5 millones de habitantes, entregar textos y otros útiles escolares a 1,7 millones de estudiantes, marcar el comienzo de una nueva moneda y el debut de un censo nacional (es el primero que incluye a todos en Sudán del Sur desde 1956) y rehabilitar y reconstruir caminos, incluyendo una ruta de transporte decisiva entre el norte y el sur del estado.

"Valoramos mucho los avances hechos en meses recientes gracias al MDTF para Sudán del Sur, y los resultados substanciales que se han obtenido”, señala Aggrey Tisa Sabuni, subsecretario del Ministerio de Finanzas y Planificación Económica del GoSS. “Proporciona una fuerte base para expandir nuestra colaboración acerca de la agenda de desarrollo futuro de Sudán del Sur”.

El Banco también tiene un programa de expansión de las actividades de análisis y asesoramiento; esto incluye encabezar un diagnóstico nacional de la infraestructura, que ya está en curso, efectuando informes acerca del estado de la educación y de la salud, así como desarrollar una Revisión del Gasto Público y un Memorando Económico del País, que trace un “Camino hacia un crecimiento sostenible de base amplia”.

Para llevar adelante este trabajo, y planificar para el futuro, la vicepresidenta de la región de África del Banco Mundial, Obiageli Ezekwesili, mantiene una firme supervisión del programa.

“El éxito en Sudán importa”, dice Ezekwesili. “Conseguir el potencial de África como un polo alternativo de crecimiento y de agregado global requiere un Sudán estable y próspero: el país más grande del continente. El Banco Mundial necesita entregar apoyo oportuno y avanzado para conseguir este objetivo”.

Pese a los logros conseguidos, Sudán del Sur sigue siendo un verdadero desafío para llevar a cabo programas de desarrollo. A esto hay que añadir las brechas en las capacidades que todavía deben ser cerradas en el Gobierno de Sudán del Sur, y un conjunto de indicadores de desarrollo humano que aún están muy por detrás de los estándares aceptables. Queda claro que el sendero posreferéndum no será fácil, cualquiera sea el futuro que los ciudadanos de Sudán del Sur elijan.

Hacia adelante

Sin importar cuál sea el resultado de la consulta, Sudán enfrenta altos niveles de pobreza y muchos desafíos de desarrollo, especialmente aquellos relacionados con la inclusión. Como lo señala Ian Bannon, director interino a cargo de las operaciones del Banco en Sudán, “ellos deben usar la bonanza de corto plazo que proviene de las exportaciones de petróleo para sentar las bases de una economía más diversificada y abierta, construida sobre sus ventajas en áreas como la agricultura. El Banco está interesado en ayudar a todas las partes de Sudán a llevar a cabo esta agenda”. En 2009, las exportaciones petroleras llegaron a cerca de US$7.000 millones.

Si Sudán del Sur se convierte en un nuevo país, el Banco está también preparado para ser un socio cercano en el trabajo hacia un desarrollo integral, y llevará su vasto conocimiento técnico a la mesa. La fuerte presencia del personal de la institución en terreno en Juba, y su experiencia decisiva en trabajar con países frágiles que han salido de conflictos (como Afganistán e Iraq) y en Estados emergentes (por ejemplo, Timor-Leste) será también un valioso activo.

“Los retos para el Sur son profundos”, según Laurence Clarke, director del Banco Mundial para Sudán del Sur. “Estamos felices de trabajar con otros socios del desarrollo para ayudar al GoSS a establecer sus prioridades clave que equilibren el asentamiento de las bases de una economía exitosa con la entrega de retornos rápidos y visibles para la población”.

“Este es un desafío generacional”, agrega Clarke. “Pero ¡eso hace que sea todavía más urgente poner manos a la obra, independiente del resultado del referéndum!”.

 


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