CÁDIZ, 16 de noviembre, 2012 – La Cumbre Iberoamericana de Cádiz es una excelente oportunidad para dar un nuevo impulso a la cooperación entre América Latina y los países ibéricos, aseguró hoy el vicepresidente del Banco Mundial para la región Hasan Tuluy.
El alto funcionario internacional recordó que América Latina es una región cuyo dinámico crecimiento ha beneficiado a la población y comunidad empresarial, incluyendo a las empresas ibéricas, a quienes según dijo les ha ido bien pese a la turbulencia económica en el Viejo Continente.
“Por esta razón pienso que este es un buen momento para revitalizar y relanzar esta relación”, dijo Tuluy en entrevista con la cadena radial W.
Con la asistencia de líderes de 22 países, la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz se enfoca en las relaciones económicas entre el bloque España-Portugal y América Latina, con el telón de fondo del deterioro de las economías ibéricas. Estas ven a la región como un salvavidas económico ante el ininterrumpido crecimiento latinoamericano que, pese a la crisis global, será de un 4% en el 2013.
“Los eventos globales han tenido un impacto moderado en la región, y es cierto que ha habido un descenso en las proyecciones de crecimiento, pero no es sustantivo”, afirmó Tuluy.
El Banco Mundial asiste a la cumbre presidencial en calidad de observador y de facilitador de intercambio de experiencias y conocimiento entre ambas regiones. Ha estado siguiendo “las discusiones con mucho interés”, anotó.
Tuluy destacó el dinamismo económico de América Latina, que la ha convertido en un polo de inversión extranjera y de fuentes de oportunidades para su población.
Gracias a los avances en su agenda económica y social, la región ha logrado sacar de la pobreza a más de 73 millones personas y expandir la clase media en más de 50 millones –o 50%- en la última década, según reciente estudio.
Se espera que la declaración final de la Cumbre de Cádiz, que esta mañana esbozaron los ministros de Exteriores, abogue por fortalecer reglas claras, estables y previsibles en esta relación económica intercontinental. La cita fue inaugurada por el Rey Juan Carlos y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
