ARTÍCULO

Nuevo camino conduce a una vida mejor

Diciembre 20, 2012



TITULARES
  • Una carretera recientemente construida en el valle de Sumara, Afganistán ha transformado la vida de los pobladores al brindarles un mejor acceso a mercados, atención de salud y escuelas.
  • En el marco del Programa Nacional de Acceso Rural de Emergencia del Gobierno, se están construyendo muchos caminos para ofrecer a las comunidades rurales acceso a servicios durante todo el año.
  • La vida es mejor, dice un habitante del valle de Sumara, que, junto con sus vecinos, está ayudando a mantener una sección de la carretera y a garantizar que esté siempre abierta.

Valle de Sumara, Afganistán – A veces, un buen tramo de carretera puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Ali piensa esto porque perdió a su esposa a los 22 años mientras esta bajaba por la ladera de la montaña montada en un burro, en estado semiinconsciente,  en busca de ayuda médica.

“Ella murió en ese camino”, recuerda Ali, que ahora tiene 63 años. “Nunca supe qué le pasaba. Simplemente no pudimos llegar al hospital”.

Hoy en día, él cree que las cosas podrían haber sido diferentes. Hace unos cuatro años se completó la construcción de un tramo de 15 kilómetros de la carretera que serpentea a través del valle de Sumara, conectando la aislada aldea de Ali y otras nueve con una vía principal hacia la ciudad de Bamiyán en la región central de Afganistán. (i)

El camino se construyó en el marco del Programa Nacional de Acceso Rural de Emergencia (i) del Gobierno afgano con financiamiento y asistencia del Banco Mundial y el Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Afganistán (ARTF, por sus siglas en inglés). (i)

El propósito del programa es proporcionar a las comunidades alejadas acceso durante todo el año a  servicios básicos, como hospitales, escuelas y tiendas en las principales ciudades y, al mismo tiempo, ofrecer puestos de trabajo en la construcción de caminos. Esta iniciativa es respaldada por otro proyecto del Banco Mundial, el Programa de Acceso Rural de Afganistán. El financiamiento total para ambos programas otorgado por el Banco Mundial y el ARTF es de US$564 millones.

El objetivo de los proyectos es la rehabilitación de cerca de 5.000 kilómetros de caminos rurales y la construcción de más de 5.600 metros de puentes y de 5.400 kilómetros de caminos rurales para el mantenimiento de rutina. Hasta ahora, se han rehabilitado más de 2.000 kilómetros de carreteras, se han construido unos 1.900 metros de puentes y se ha firmado un contrato para el mantenimiento de 1.360 kilómetros de carreteras, generando más de 2 millones de días de trabajo. Los proyectos abarcan las 34 provincias, que incluyen miles de aldeas.


" Solíamos tener tantos problemas. La situación era muy mala cuando las personas se enfermaban o cuando necesitábamos cosas, especialmente en el invierno o cuando llovía. Pero ahora todos vienen aquí "

Qayom

Agricultor

Un salvavidas para el valle

Ali dice que la carretera de Sumara representa un verdadero salvavidas para su familia y unas 2.000 personas más del valle.

Recientemente, llevando la pala de mango largo que utilizan los productores de papa de la región, Ali se detuvo en el camino para explicar que sus vecinos también dependen de la carretera para llevar sus productos a los mercados de forma rápida y eficiente.

“Ahora los coches llegan hasta aquí y llevan nuestras cosechas a la ciudad, o podemos salir a comprar nuestras provisiones”, afirma. “Se necesita mucho menos tiempo”. En el pasado, incluso quienes podían permitirse tener burros necesitaban un día entero para hacer el trayecto de ida y vuelta a Bamiyán.

Ali fue uno de los muchos hombres de la zona que fueron contratados como mano de obra cuando se construyó la carretera. “Fue bueno que ganara tanto dinero con esto también”, agrega.

El agricultor Qayom piensa que la carretera le trajo buena suerte a su comunidad. Se está construyendo una nueva escuela primaria en una colina cercana debido a que más personas se están mudando al valle y quieren invertir en su futuro, señala.

“Solíamos tener tantos problemas”, recuerda. La situación era muy mala cuando las personas se enfermaban o cuando necesitábamos cosas, especialmente en el invierno o cuando llovía. Pero ahora todos vienen aquí”.

Comunidades ayudan a mantener la carretera

Mientras prepara sus cultivos en un campo cercano, Ali dice que trasladó su familia al valle hace un año después de haber visto sus fértiles tierras, el abundante abastecimiento de agua, y el impresionante camino que serpentea por el medio. “Se puede ver que este es un buen lugar”, agrega.

Rasuli, de 18 años, manifiesta que todavía camina dos horas diarias para ir y volver de la escuela secundaria, pero que ahora es más simple por la carretera.

“Antes, los senderos quedaban cubiertos de barro y nieve, y debíamos permanecer muy mojados y sucios en la escuela”, recuerda Rasuli, agarrando una bolsa de tomates secos que su madre pidió de la ciudad. “Puedo recoger sus provisiones, pero también los rickshaws (carros tirados por personas) pueden llegar ahora directamente hasta nuestra puerta con todas las cosas”.

Sultani, de 76 años, explica que tres consejos comunitarios, que representan a tres segmentos de la carretera, unánimemente se pusieron de acuerdo sobre la necesidad de hacerla. Y todavía están contribuyendo a su mantenimiento.

Un poste con rayas blancas y negras, cada 1.600 metros a lo largo del camino, indica una sección en la que un poblador es responsable del mantenimiento y la limpieza, y de conservar la vía transitable.

“Juntos decidimos que este camino era lo más importante para nosotros”, dice Sultani. “Ahora, la vida es mucho mejor. Pero debemos trabajar duro para garantizar que la carretera permanezca abierta”.


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