ARTÍCULO

Tortillas sin humo en Centroamérica, el desafío de cocinar sin contaminación

Septiembre 13, 2013


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Isabelle Schäfer / Banco Mundial

Destacados
  • 20 millones de personas, casi la mitad de la población del Istmo, utilizan leña y cocinas contaminantes.
  • La OMS estima que casi 37.000 personas mueren de manera prematura cada año debido a la contaminación ambiental doméstica en la región.
  • Proporcionar cocinas limpias a los cuatro millones de hogares afectados demandaría una inversión de US$600 millones y un enfoque que incluyese variables como salud, energía, género y medio ambiente.

En Centroamérica, la elaboración de tortillas en una plancha sobre un fuego humeante es una forma de vida. Normalmente, las mujeres dedican casi cuatro horas del día a la elaboración de tortillas, frijoles y guisados para sus familias, habitualmente inhalando los contaminantes emitidos por la leña ardiente.

Las consecuencias son mortales. Cada año, 37.000 personas mueren prematuramente a causa de la contaminación ambiental doméstica. Las mujeres y los niños son los más afectados. A este tipo de contaminación se vincula la neumonía infantil, bajo peso al nacer, capacidades cognitivas disminuidas y enfermedades pulmonares crónicas en las mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación ambiental doméstica es uno de los cinco principales factores detrás de las muertes y enfermedades prematuras en Guatemala, Honduras y Nicaragua, en donde se concentra casi el 86% de personas en la región que utilizan leña para cocinar. La contaminación interior es un problema mundial, especialmente en países de bajo ingreso; alrededor del mundo, 2.800 millones de personas cocinan con biomasa, y casi cuatro millones mueren prematuramente como resultado.

¿Por qué la mayoría de las familias no utiliza cocinas mejoradas?

Un nuevo estudio del Banco Mundial-ESMAP, ¿Qué hemos aprendido de la cocina doméstica con biomasa en Centroamérica?, plantea un enfoque regional para solucionar el problema. ¿Cómo? Fomentando el uso de cocinas mejoradas. Estas cocinas fueron diseñadas con una cámara de combustión más eficiente, una plancha reforzada y chimenea. Con el uso y mantenimiento adecuados, producen menos o nada de humo, utilizan menos leña, y se ven mejor que las cocinas tradicionales.

Sin embargo, menos del 10% de los 20 millones de centroamericanos que dependen de la leña utiliza cocinas mejoradas. No todos pueden costearse una. Normalmente su precio varía entre US$60 y US$160, demasiado para más de la mitad de los 40 millones que viven con menos de dos dólares al día y el casi 33% que vive con menos de US$1,25 al día. En contraste, una cocina tradicional cuesta entre US$3 y US$10.

Una cocina mejorada cuesta entre US$5 y US$20 en la mayor parte de Asia y África, pero su diseño no es el adecuado para satisfacer requisitos específicos como una gran superficie para colocar varias ollas y elaborar tortillas.

El gas de petróleo licuado (GPL) tampoco es una opción viable para muchos pobres. A excepción de El Salvador, ningún otro país de la región brinda subsidios al consumo de GPL doméstico. En áreas rurales, el GPL no siempre está disponible debido al mal estado de las rutas. 

El ahorro potencial en combustible derivado de una cocina mejorada no siempre es un incentivo para aquellas familias que pueden acceder a la leña de manera fácil y gratuita. Las familias ven el humo como una molestia pero muchas veces no toman en cuenta la seriedad de los riesgos asociados a esta opción para cocinar. Asimismo, los médicos locales muchas veces no son capaces de comunicar el impacto negativo del humo en la salud.

El tema va más allá del tipo de cocina que utilicen las familias. Abarca la salud pública, género, educación y gestión ambiental.


" Queremos eliminar el humo de las planchas de Centroamérica "

Ede Jorge Ijjasz-Vasquez

director del Departamento de Desarrollo Sustentable del Banco Mundial para América Latina y el Caribe

¿Qué tan efectivas pueden ser las intervenciones?

Centroamérica estableció como objetivo el proporcionar un millón de cocinas mejoradas para 2020. Sin embargo, esto solo aborda una cuarta parte del problema. En la región se necesitan cuatro millones de estas cocinas para brindar acceso universal a la cocción limpia a las 20 millones de personas involucradas. Asumiendo un costo de US$150 por cocina (incluida producción, distribución, capacitación, certificación y campañas promocionales), el acceso universal demandaría una inversión de US$600 millones.

Una nueva generación de cocinas ya está disponible en Centroamérica con mejoras en el diseño y desempeño. Muchos de los usuarios potenciales, sin embargo, no saben de la existencia de estas cocinas. Algunos de los primeros en adoptarlas perdieron la confianza al enfrentarse a cocinas de mala calidad.

“El control de calidad para estas nuevas cocinas mejoradas se encuentra en la fase inicial”. Timothy Longwell de la Universidad Zamorano en Honduras, quien dirige el único laboratorio de certificación de cocinas en Centroamérica, dice que “hemos probado más de 13 modelos de cocina, y planeamos hacer más. Actualmente las pruebas se llevan a cabo de manera voluntaria. Es de crucial importancia no solo para los fabricantes, sino también para los consumidores que merecen saber qué están comprando”.

En los últimos 10 años se realizaron muchísimos esfuerzos a nivel local para difundir estas cocinas mejoradas. Pero la falta de coordinación, concientización por parte de los usuarios, controles de calidad y financiamiento evitaron una adopción masiva.

¿Qué se debería hacer para alcanzar el acceso universal?

El Banco Mundial está dirigiendo un esfuerzo para desarrollar un programa regional de cocinas junto al Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y los gobiernos nacionales. 

Ede Jorge Ijjasz-Vásquez, director del Departamento de Desarrollo Sustentable del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, afirma: “Las cocinas eran consideradas como un problema menor para el desarrollo de la región. Esto ya no es así. Estamos trabajando estrechamente con los países y el programa de asistencia técnica Energía Sustentable para Todos (SE4ALL) de la ESMAP para buscar soluciones de manera directa. Queremos eliminar el humo de las planchas de Centroamérica”.

Los países del Istmo acordaron un enfoque regional. Lorena Lanza, viceministra de Energía y Minería de Nicaragua, indicó en un taller regional que se realizó recientemente en Managua: “Vamos a aprovechar la sinergia potencial entre los países del SICA para actuar de manera conjunta en la elaboración de un plan de acción regional para superar los desafíos en torno al acceso universal a soluciones limpias para la cocción”.

A través de campañas de concientización que muestren cómo las cocinas mejoradas pueden ayudar a los hogares a vivir vidas más saludables, asistencia financiera y un enfoque regional integrado, Centroamérica podrá algún día disfrutar de tortillas sin humo.

 


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