Es la economía más grande de Centroamérica, pero Guatemala enfrenta fuertes desafíos de desarrollo. En particular, altos índices de pobreza en zonas rurales y entre poblaciones indígenas, así como bajos indicadores en educación y salud. A esto se le suma la dificultar de contar con recursos fiscales para atender programas de protección social y hacer inversiones en desarrollo humano, infraestructura y seguridad.
Con la idea de enfrentar estos retos, el Gobierno de Guatemala se ha trazado la meta de aumentar la recaudación de ingresos fiscales en el país, que en la actualidad no llegan al 12 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y están muy por debajo del promedio de 26 por ciento en Latinoamérica y de 32 por ciento en el mundo. Eso pone a Guatemala como el país que menos ingresos percibe en el mundo en relación con el tamaño de su economía.
Para manifestar el apoyo a los esfuerzos nacionales, el director del Banco Mundial para Centroamérica, Humberto López, se reunió con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, quien ha expresado la necesidad de “una reingeniería” de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) para fortalecer su capacidad de cobrar impuestos.
Durante la reunión, Pérez y López coincidieron en la relevancia del apoyo a la SAT, de esa cuenta el Gobierno guatemalteco y el Banco Mundial trabajarán conjuntamente en un proyecto de inversión para modernizar y fortalecer las capacidades de SAT y la administración aduanera.
El Banco Mundial apoya en la actualidad a la SAT con un estudio para analizar las prácticas y el desempeño de la administración tributaria, que servirá como diagnóstico y punto de referencia sobre las áreas que más ofrecen oportunidad de mejora y fortalecimiento. Además, se implementará un proyecto piloto de economía del comportamiento para mejorar la recaudación de los impuestos.
Una recaudación y administración tributaria más eficiente, sumado a un gasto público de mayor calidad, le permitirán al país contar con más recursos para invertir en programas de salud, educación, infraestructura y seguridad ciudadana, con los objetivos de reducir la pobreza y generar más oportunidades de desarrollo.
Infraestructura urbana y prevención de la violencia
Guatemala enfrenta además niveles de crimen y violencia que lo ponen entre los 10 países con las tasas de homicidio más altas del mundo, según Naciones Unidas. Esta inseguridad se acentúa más en asentamientos urbanos pobres, que concentran una parte desproporcionada de las víctimas, los victimarios y las poblaciones en riesgo por violencia.
Para procurar un mayor acceso a servicios básicos y oportunidades económicas en asentamientos urbanos en Guatemala, el Banco Mundial y la Mancomunidad del Sur (instancia que congrega a seis municipios ubicados al sur de la Ciudad de Guatemala) preparan un proyecto, que además buscará ayudar a reducir los factores de riesgo del delito y la violencia en varias comunidades.
Los municipios de esta Mancomunidad (Mixco, Amatitlán, Villa Nueva, San Miguel Petapa, Santa Catarina Pinula y Villa Canales) enfrentan desafíos similares, incluyendo la rápida formación de asentamientos informales, una baja cobertura de prestación de los servicios básicos (solo un 35% del total de desechos son recolectados de forma sistemática, por ejemplo) y un aumento de la actividad criminal, que incluye una tasa de 51 homicidios por 100,000 habitantes en promedio para toda la Mancomunidad durante 2013.
López y una delegación del Banco Mundial visitaron el municipio de Villa Nueva para conocer mejor el trabajo que infraestructura que ya hace la Municipalidad en asentamientos y con programas sociales y de apoyo en escuelas municipales.
El representante del Banco Mundial reiteró el compromiso para apoyar los esfuerzos locales y nacionales para atender a la población más vulnerable y agradeció a los dirigentes de la Mancomunidad del Sur por invitar la institución a sumarse al trabajo para generar más oportunidades para todos los ciudadanos.
