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Vecinos de la naturaleza: cómo se vive en un Parque Nacional

Noviembre 05, 2014

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  • 25 familias del campo argentino cuidan uno de los tesoros más preciados del país: el parque nacional Los Cardones

Al recorrer la ruta provincial Nº33 de Argentina es muy posible avistar guanacos, cóndores andinos y hasta algún zorro o un chinchillón. Pero sin dudas el gran protagonista de este paisaje árido es el cardón, un cactus que puede llegar a los 14 metros de altura y que en esta zona se concentra como en pocos lugares de Sudamérica. Además, en ninguna otra área esta especie está tan protegida como aquí, en el Parque Nacional Los Cardones.

A 100 kilómetros de la ciudad de Salta, este parque es visitado por 50 mil turistas al año, que buscan descubrir esta porción de los Valles Calchaquíes, la zona más meridional a la que alguna vez llegó el Camino del Inca.

Lo que resulta difícil imaginar para cualquier turista es que en estas 64 mil hectáreas también habitan 25 familias, que subsisten principalmente gracias a la cría de cabras, vacas y ovejas. Ellos viven aquí desde antes de la creación del Parque Nacional, en 1996, y con el tiempo se han adaptado a la vida dentro de un área protegida, con los límites a la caza y al encendido de fuego que eso implica.

“Es necesario armonizar los objetivos de conservación con las actividades productivas y culturales de los pobladores, que a veces tienen un impacto sobre el ambiente que estamos protegiendo”, comenta Pablo Sabatino, especialista social de la Administración de Parques Nacionales (APN).

En este contexto, 60 iniciativas, que van desde un mejor manejo del ganado, producción de artesanías y fomento del turismo de base comunitario, están siendo desarrolladas en el entorno de 10 de los 37 Parques Nacionales para mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas y campesinos en situación de pobreza.

“Es importante invertir en estos proyectos porque tienen un impacto positivo sobre los ingresos de las comunidades y también ayudan a proteger el medio ambiente”, señala Peter Jipp, ingeniero forestal del Banco Mundial.

Mejor aprovechamiento del agua

En el Parque Nacional Los Cardones, por ejemplo, se está trabajando con los vecinos en mejorar los sistemas de abastecimiento de agua potable tanto para consumo como para riego, en instalar calefones solares y hornos que hacen más eficiente el uso de la leña, y en minimizar el impacto de la ganadería  en la naturaleza.

“Antes usábamos las acequias para conducir el agua desde la vertiente, pero era un trabajo muy pesado porque había que limpiar la acequia con pico y pala. Ahora tenemos agua limpia y constante todo el año, gracias a filtros y mangueras que llegan hasta la casa”, cuenta Elba Colque, una pobladora nativa del área, que vive allí con sus padres, su hermana y sus sobrinos.  La mayor disponibilidad de agua también permite en muchos casos desarrollar otras actividades, por ejemplo, tener pequeñas huertas que sirvan para mejorar la nutrición de las familias.

La casa de Hugo Zerpa, en la zona de Valle Encantado, es una de las pocas donde ya funciona una cocina que ahorra leña, un recurso escaso en este ambiente árido. “Antes comprábamos 12 kilos de leña por mes, ahora ahorramos, y además gracias al calefón solar, el agua ya sale caliente para el mate”, cuenta Hugo, quien junto a su mujer, Fabiola, no solo crían corderos y cabras, sino que tienen dos llamas que llevan hasta la ruta para que los turistas se saquen fotos.




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