Sebastian Ticona, de 16 años, tiene cáncer en el corazón, enfermedad de la que se conocen sólo 9 casos en el mundo. Aunque fue desahuciado no perdió las ganas de vivir y excedió expectativas al responder al tratamiento. Su historia inspiró la película Corazón de Dragón, un documental dirigido por el cineasta Paolo Agazzi.
“La película tiene el propósito de hacer una contribución cinematográfica para equilibrar lo formal con lo emocional. Yo agradezco a mi profesión que me da la oportunidad de aportar cinematográficamente pero también de aportar en términos sociales. Un niño, que es el futuro de cualquier país, tiene derecho a la salud”, dijo Agazzi.
El filme no es un documental convencional. Tampoco tiene relación con las famosas películas de Hollywood. Tiene elementos que lo alejan de lugares comunes, no tiene un narrador sino un lenguaje audiovisual que va hilvanando las historias de 8 niños bolivianos enfermos de cáncer y de escasos recursos. Hay videoclips musicales, compuestos especialmente para el filme por el músico Alejandro Rivas y también animación stop motion hecha con figuras de origami, gran pasión de Sebastián, que aprendió el arte de doblar el papel para crear figuras. El título de la película hace alusión a la figura favorita de Sebastián, el dragón.
El largometraje muestra lo que significa lidiar con esta clase de enfermedades en Bolivia y revela los desafíos médicos, familiares, sociales, económicos y culturales. El Hospital del Niño es un tema recurrente porque ahí se dan las dificultades para atender a los niños con cáncer.
Joseph Henao, director del Hospital del niño de La Paz afirmó: “Desde el año 2012 siempre tenemos llena la sala de Onocohematología que puede atender 14 casos de internación y de 20 a 30 casos ambulatorios. Aunque estamos mejor, aún no es suficiente. Con un tratamiento adecuado, más medicinas y mayores recursos humanos podríamos salvar al 70% de los niños con leucemia.”
Según información del Hospital del Niño, en Bolivia, cada año se enferman con algún tipo de cáncer aproximadamente 120 niños por cada millón de habitantes y solo uno de cada 4 recibe atención médica. El tratamiento del cáncer infantil tiene un costo de $US 10.000 solamente en quimioterapia. El tratamiento casi duplica la esperanza de vida del enfermo.
“La película va a servir para enseñar a la gente que el cáncer no es un problema que no tiene remedio. Hay muchos niños con cáncer y van a aparecer nuevos casos y la gente tiene que saber esto para ayudar a los que no tienen”, dijo Sebastian.