ARTÍCULO

Corazón de Dragón revela el desafío de luchar contra el cáncer infantil en Bolivia

Julio 10, 2015

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Conferencia de Prensa: Película Documental Corazón de Dragón - Bolivia

Gabriela Orozco - Banco Mundial

El filme no es un documental convencional. Tampoco tiene relación con las famosas películas de Hollywood. Tiene elementos que lo alejan de lugares comunes, no tiene un narrador sino un lenguaje audiovisual que va hilvanando las historias de 8 niños bolivianos enfermos de cáncer y de escasos recursos.

Sebastian Ticona, de 16 años, tiene cáncer en el corazón, enfermedad de la que se conocen sólo 9 casos en el mundo. Aunque fue desahuciado no perdió las ganas de vivir y excedió expectativas al responder al tratamiento. Su historia inspiró la película Corazón de Dragón, un documental dirigido por el cineasta Paolo Agazzi.

La película tiene el propósito de hacer una contribución cinematográfica para equilibrar lo formal con lo emocional. Yo agradezco a mi profesión que me da la oportunidad de aportar cinematográficamente pero también de aportar en términos sociales. Un niño, que es el futuro de cualquier país, tiene derecho a la salud”, dijo Agazzi.

El filme no es un documental convencional. Tampoco tiene relación con las famosas películas de Hollywood. Tiene elementos que lo alejan de lugares comunes, no tiene un narrador sino un lenguaje audiovisual que va hilvanando las historias de 8 niños bolivianos enfermos de cáncer y de escasos recursos. Hay videoclips musicales, compuestos especialmente para el filme por el músico Alejandro Rivas y también animación stop motion hecha con figuras de origami, gran pasión de Sebastián, que aprendió el arte de doblar el papel para crear figuras. El título de la película hace alusión a la figura favorita de Sebastián, el dragón.

El largometraje muestra lo que significa lidiar con esta clase de enfermedades en Bolivia y revela los  desafíos médicos, familiares, sociales, económicos y culturales. El Hospital del Niño es un tema recurrente porque ahí se dan las dificultades para atender a los niños con cáncer.

Joseph Henao, director del Hospital del niño de La Paz afirmó: “Desde el año 2012 siempre tenemos llena la sala de Onocohematología que puede atender 14 casos de internación y de 20 a 30 casos ambulatorios. Aunque estamos mejor, aún no es suficiente. Con un tratamiento adecuado, más  medicinas y mayores recursos humanos podríamos  salvar al 70% de los niños con leucemia.”

Según información del Hospital del Niño, en Bolivia, cada año se enferman con algún tipo de cáncer aproximadamente 120 niños por cada millón de habitantes y solo uno de cada 4 recibe atención médica. El tratamiento  del cáncer infantil  tiene un costo de $US 10.000 solamente en quimioterapia. El tratamiento casi duplica la esperanza de vida del enfermo.

“La película va a servir para enseñar a la gente que el cáncer no es un problema que no tiene remedio. Hay muchos niños con cáncer y van a aparecer nuevos casos y la gente tiene que saber esto para ayudar a los que no tienen”, dijo Sebastian.  



" La película va a servir para enseñar a la gente que el cáncer no es un problema que no tiene remedio. Hay muchos niños con cáncer y van a aparecer nuevos casos y la gente tiene que saber esto para ayudar a los que no tienen. "

Sebastian Ticona

Su historia inspiró la película "Corazón de Dragón".


El Banco Mundial en Bolivia financió la refacción de una sala de oncología para el hospital infantil y actualmente está apoyando la construcción de un nuevo edificio oncológico en un predio adyacente al bloque central. Es ahí donde el representante del Banco Mundial en el país, Faris Hadad-Zervos conoció a Sebastián, cuya historia inspiró el filme.

“Estamos en Bolivia como socios del Estado Plurinacional para apoyar la disminución de la pobreza y la prosperidad compartida. Falta mucho por hacer. Medir el desarrollo de un país a través del PIB y de las tasas de inflación, no es suficiente, la idea es que la gente vulnerable tenga acceso a servicios básicos, a educación, y sobre todo la gente enferma, en particular los niños, a oportunidades para sanarse”,  dijo Hadad Zervos.

Además de romper ciertos tabúes y preconceptos, la historia de Sebastián y de los otros 7 niños, pone el énfasis en el aspecto humano,  con una visión  positiva y de esperanza. El caso de Sebastián  es significativo y admirable,  ejemplo  de una victoria  aparentemente imposible, una batalla que se está ganando y que tiene que ser no de una sola persona, no de una sola familia o de un cuerpo médico, sino más bien de toda una sociedad consciente y solidaria.


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