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Electricidad para los barrios marginales de Kenya: Se logran grandes avances a partir de duras lecciones

Agosto 20, 2015

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  • Después de años de lucha, la empresa nacional de electricidad de Kenya encontró una manera de dar suministro eléctrico a los barrios más pobres del país.
  • Sobre la base de un enfoque basado en la comunidad, Kenya Power aumentó de 5000 a más de 150 000 la cantidad de hogares con conexión a la red eléctrica en tan solo un año. Esto lo hizo en el marco de su programa de asentamientos informales.
  • La iniciativa recibió el apoyo multifacético del Banco Mundial, lo que permitió que las nuevas conexiones sean asequibles para los habitantes de los barrios marginales y que Kenya Power aprendiera de las experiencias de otros países.

“Es como cuando enciendes un fuego: comienza siendo pequeño y de repente se vuelve grande. Conseguimos que se inscribieran 20 personas, luego 40, y así sucesivamente. Esa fue la manera como empezamos”.

Mary Njiraini, directora de márquetin de Kenya Power (i) para Nairobi Norte, contó que el nuevo enfoque que adoptó la empresa nacional de electricidad para enfrentar uno de sus desafíos más difíciles consistió en dar suministro eléctrico a los barrios marginales del país.

Kenya (i) tiene una de las mayores áreas urbanas pobres en el mundo. Solo en Nairobi, una ciudad de 3,4 millones de habitantes, se estima que 2 millones de personas viven en asentamientos informales. Una de estas áreas, Kibera, es habitualmente mencionada como uno de los barrios marginales más grandes de África.

Hasta hace poco, muchas zonas de estos asentamientos contaban con servicios de electricidad de mala calidad y poco confiables. Las personas tenían que comprar conexiones ilegales a las bandas locales. Las actividades comerciales y los servicios eran muy restringidos, la inseguridad estaba extendida, y los incendios por desperfectos eléctricos y las electrocuciones eran comunes.

Esta situación está cambiando, rápidamente.

Kenya Power and Lighting Corporation, la empresa nacional de electricidad, con el apoyo de una alianza multifacética con el Banco Mundial, está observando ahora una significativa ampliación de las conexiones eléctricas en los asentamientos urbanos pobres: estas aumentaron 30 veces en solo un año. El éxito, sin embargo, se ha logrado después de largas luchas, la aplicación de un enfoque centrado en la comunidad que tuvo como objetivo asentamientos específicos y un compromiso decidido de la gerencia superior de la compañía.

“Nuestro programa comenzó en Kibera, pero durante mucho tiempo estuvimos estancados”, dijo el Dr. Ben Chumo, director gerente y director ejecutivo de Kenya Power. “Ingresamos en Kibera, y sentimos una resistencia. Finalmente descubrimos que la razón de esta resistencia era la falta de participación de la comunidad”.

Entre 2011 y 2013, Kenya Power se concentró en retirar las conexiones eléctricas ilegales, solo para volver a encontrarlas instaladas pocos días después. Muchos de los clientes “legales” estaban vendiendo la electricidad a otras personas.

“Luchamos durante dos años”, contó Harun Mwangi, un antiguo alto funcionario de Kenya Power y encargado del programa en ese momento. “Nos dimos cuenta de que debíamos buscar otra manera”.

A mayo de 2014, el equipo había instalado solo 5000 nuevas conexiones legítimas. Un año después, en mayo de 2015, esa cifra había llegado a 150 000 y seguía aumentando.


" Ahora la gente se acerca a nosotros para pedirnos que pongamos electricidad en sus barrios. Esto ya no es un proyecto de Kenya Power. Es el proyecto de las comunidades "

Dr. Ben Chumo

Director gerente y director ejecutivo de Kenya Power

¿A qué se debió este increíble cambio? Los miembros del equipo mencionaron algunos factores clave.

En primer lugar, Kenya Power cambió su manera de hacer negocios, adoptando un enfoque basado en la comunidad en los barrios marginales. Esto significó que no se desarmaron más las conexiones ilegales. En cambio, la empresa se centró en escuchar a los miembros de la comunidad y los líderes, y en difundir tres beneficios de las conexiones legítimas: seguridad, confiabilidad y asequibilidad.

La empresa también intensificó la colaboración con el Proyecto de Mejoramiento de los Asentamientos Informales de Kenya (KISIP, por sus siglas en inglés), un programa gubernamental apoyado por el Banco Mundial con amplias redes y una sólida reputación en los barrios pobres. Esta cooperación ayudó a Kenya Power a segmentar las áreas de los barrios marginales del país y a fijar como objetivo aquellas zonas donde era más probable que se aplicara el nuevo enfoque.

Mientras tanto, el Banco Mundial y la Asociación Mundial para la Ayuda en Función de los Resultados (i), o GPOBA (por sus siglas en inglés), proporcionaban fondos a Kenya Power por cada nueva conexión legal, los cuales eran complementados con recursos propios de la empresa. Este enfoque del “último tramo”, tomado de los programas de electrificación rural, dio la seguridad de que la electricidad estaba llegando realmente a los hogares individuales. También permitió a Kenya Power ofrecer, en el marco del programa, nuevas conexiones a una tarifa mucho más baja que en el pasado. En virtud de esto, la energía legal era ahora más barata que lo que las personas habían estado pagando a los intermediarios por las líneas ilegales.

Al mismo tiempo, el Programa de asistencia para la gestión del sector de energía  (i) (ESMAP, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial organizó un intercambio de conocimientos sur-sur (i) para el personal de Kenya Power con expertos de empresas de servicios públicos de Brasil, Colombia y Sudáfrica. El evento de una semana de duración, que se realizó en mayo de 2014, se centró en las experiencias de estas firmas y llevó a Kenya Power a reconocer el poder del enfoque basado en la comunidad.

El apoyo, a través de GPOBA y ESMAP, fue coordinado como parte de un proyecto mayor de US$330 millones del Banco Mundial para ayudar a Kenya Power a ampliar y modernizar el sector eléctrico del país.

Sobre todo, el nuevo enfoque obtuvo la aceptación de la gerencia de Kenya Power, que comprometió recursos considerables para el programa de electrificación de los barrios marginales.

“Nuestra gerencia superior aceptó el enfoque [basado en la comunidad] en diciembre de 2014. A partir de ese momento, tuvimos un cambio espectacular”, dijo Mwangi.

Ahora, cuando se ingresa en comunidades urbanas pobres como Kibera, Mathare o Kayole, se ven las nuevas líneas, medidores y cajas de interruptores de Kenya Power por todas partes. Los medidores se pueden leer en la parte superior de las líneas, lo que ayuda a prevenir los robos, y los consumidores pueden consultar –y pagar– su consumo de electricidad en teclados digitales instalados en sus hogares.

“En comparación con la electricidad ilegal, este servicio es mejor y la luz ilumina más”, contó Bentha Anyango, quien vive en el asentamiento de Mathare. “Es tan barata como la electricidad ilegal, pero es segura, por eso la usamos”.

La mayoría de los consumidores emplea el sistema de prepago, comprando vales que están disponibles en todos los almacenes de barrio, y pagando la electricidad en pequeñas cantidades. De hecho, muchos de los antiguos proveedores de suministro eléctrico ilegal ahora venden vales de Kenya Power.

En el marco del programa de electrificación de los barrios marginales, los clientes pagan 1165 chelines kenianos, o US$12, por una nueva conexión, en comparación con los US$150 que deben cancelar los clientes regulares. La diferencia está financiada por un subsidio de GPOBA, una donación de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial y recursos propios de Kenya Power. Los consumidores incluso pueden cancelar este cargo en cuotas, otra lección aprendida a partir del intercambio de conocimientos con otros países.

El suministro de electricidad seguro, confiable y asequible hizo que la demanda de conexiones legales de Kenya Power se “propagara como el fuego”, según las palabras de Mary Njiraini.

“Ahora la gente se acerca a nosotros para pedirnos que pongamos electricidad en sus barrios”, dijo el Dr. Chumo. “Esto ya no es un proyecto de Kenya Power. Es el proyecto de las comunidades”.


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