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Usar el poder de “la multitud”: Reflexiones seis meses después del terremoto de Gorkha en Nepal

Octubre 27, 2015


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Este gráfico ilustra la distribución del impacto sismológico después del terremoto de Nepal.

Copyright: Mapbox/Openstreetmap

TITULARES
  • Mediante la Iniciativa Datos de Libre acceso para la Capacidad de Adaptación, el Banco Mundial, el GFDRR y otros asociados han apoyado las iniciativas destinadas a crear mapas de las zonas en riesgo antes de que ocurra un desastre.
  • En los seis meses posteriores al sismo, más de 3300 usuarios accedieron a los datos de la plataforma OpenStreetMap correspondientes a Nepal usando una herramienta del GFDRR que traducía tales datos en formatos más útiles para las actividades de respuesta y recuperación.
  • Zonas urbanas de todo el mundo, incluyendo ciudades de Indonesia, Filipinas, Malawi y Bangladesh, centran su atención en crear mapas de las zonas en riesgo.

El terremoto de magnitud 7,8 que sacudió Nepal el 27 de abril fue para muchos un acontecimiento inesperado. Sin embargo, para la comunidad que gestiona los riesgos de desastres en las instituciones humanitarias y de desarrollo, este sismo fue solo una cuestión de tiempo. (i) En muchos sentidos, todo lo que había que hacer era mirar por cualquier ventana de Nepal y ver los espectaculares Himalayas: montañas forjadas a través de las eras, un terremoto a la vez.

Previendo esto, en 2012 el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR, por sus siglas en inglés) (i) y el Banco Mundial llevaron a cabo una actividad de asistencia técnica pequeña pero fundamental, que consistió en crear mapas del valle de Katmandú para documentar la ubicación de las instalaciones de salud y educación. Aprendiendo de las devastaciones anteriores, el equipo del GFDRR y el Banco entendió que los mapas que muestran los datos básicos de los cimientos y otra información sobre la posición de las estructuras son críticos en la preparación para los desastres, la recuperación y las actividades de reconstrucción.

Tras el terremoto de 2010 en Haití surgió un nuevo método para generar datos cartográficos cuando la comunidad mundial de voluntarios digitales (o "la multitud") mejoró sustancialmente los datos básicos que aparecen en la plataforma OpenStreetMap (OSM) (i) de Puerto Príncipe y sus alrededores. La elaboración del mapa comenzó inmediatamente después del sismo y, dada su licencia libre y abierta, fue actualizado durante los esfuerzos de respuesta, convirtiéndose rápidamente en la herramienta de preferencia de la comunidad encargada de dichas tareas. Los expertos estiman (PDF, en inglés) que usando los métodos tradicionales se habrían necesitado años y decenas de miles de dólares para producir estos datos.

Reconociendo este nuevo poder de la multitud, el Banco Mundial, el GFDRR y otros asociados han apoyado las iniciativas destinadas a crear mapas de las zonas en riesgo antes de que ocurra un desastre. Debido a su vulnerabilidad a las catástrofes naturales, la atención se concentra en las zonas urbanas de todo el mundo, incluyendo ciudades de Indonesia, Filipinas, Malawi y Bangladesh.

La posibilidad de un gran terremoto en Nepal impulsó el Proyecto Ciudades Abiertas, (i) un programa que se enmarca en la Iniciativa Datos de Libre acceso para la Capacidad de Adaptación (OpenDRI), (i) del GFDRR, que comenzó a elaborar mapas de redes de carreteras, (i) escuelas, (i) y centros de salud (i) en 2012. Estas actividades tenían como objetivo la preparación y la reducción de los riesgos, pero con el conocimiento de que los datos serían valiosos cuando se produjera el inevitable sismo. Apoyando estos esfuerzos a la distancia, estudiantes voluntarios de la Universidad George Washington de la ciudad de Washington, en colaboración con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, comenzaron a elaborar un mapa y digitalizar la información de más de 130 000 edificios. (i) La creación del mapa a distancia se combinó con una amplia labor de verificación en el terreno. En Katmandú, específicamente, el Proyecto Ciudades Abiertas consiguió que los residentes entendieran los riesgos de un terremoto en la ciudad, un peligro que se hizo bastante evidente a medida que aparecían más edificios vulnerables en los mapas.

A lo largo de dos años y durante el transcurso del proyecto del Banco Mundial y el GFDRR, más de 1500 personas de Katmandú fueron capacitadas en el OSM, muchas de las cuales se unieron a los nacientes laboratorios vivientes de Katmandú (KLL, por sus siglas en inglés). Los KLL, que surgieron como resultado del Proyecto Ciudades Abiertas, continúan aprovechando los conocimientos locales, elaborando datos de libre acceso y promoviendo tecnologías relativas a las ciudades. “El Proyecto Ciudades Abiertas nos proporcionó muchas oportunidades para explorar, innovar y crear una base para promover el movimiento de OpenStreetMap en Nepal. Hemos invertido mucho tiempo en aprender y conectar la tecnología y los datos con las personas. La tecnología solo es útil si podemos conectarla a la vida diaria de la gente y resolver los problemas cotidianos”, dijo Nama Budhathoki, fundador y director ejecutivo de los KLL.

Antes incluso de que el polvo del terremoto de abril de 2015 se hubiera limpiado, las actividades de respuesta humanitaria ya estaban en marcha. Y como resultado de la labor realizada a través del Proyecto Ciudades Abiertas y los KLL, por primera vez hubo un mapa de libre acceso y descargable de las zonas urbanas afectadas y una base de datos actualizada de las instalaciones educativas y sanitarias. Los cartógrafos de crisis del OSM también se movilizaron y los datos de los mapas existentes de Katmandú les permitieron centrarse en las comunidades rurales afectadas, de las cuales no había datos cartográficos. Los KLL, ubicados en una instalación improvisada en Katmandú, realizaron importantes actividades relacionadas con la elaboración de mapas, en las cuales participaron más de 7000 voluntarios internacionales los que fueron coordinados de manera eficiente. Esto ilustró claramente los buenos resultados obtenidos en términos de creación de capacidad en el marco del Proyecto Ciudades Abiertas.

Los KLL continuaron elaborando mapas de Katmandú después del término del proyecto inicial del GFDRR y el Banco Mundial. Los mapas, tanto de las zonas urbanas como rurales, fueron a usados ampliamente por el Gobierno de Nepal y las organizaciones internacionales durante la respuesta al terremoto y las actividades de recuperación. En los seis meses posteriores al sismo, más de 3300 usuarios accedieron a los datos de la plataforma OpenStreetMap correspondientes a Nepal usando una herramienta del GFDRR que traducía tales datos en formatos más útiles para las actividades de respuesta y recuperación. Estos datos han sido empleados por el Banco Mundial y otros asociados en la tarea del desarrollo para identificar el inventario de las escuelas existentes en el país y evaluar los daños sufridos por estas. Además, se está trabajando para completar una evaluación más detallada de los daños y la integridad de las estructuras con el fin de elaborar una lista de prioridades para la reconstrucción de las escuelas. Una vez que comience la restauración, se hará un seguimiento de los avances en el sitio web del Proyecto Ciudades Abiertas.

El Proyecto Ciudades Abiertas de Katmandú muestra la importancia de contar con datos geográficos y mapas precisos, de libre acceso y accesibles cuando ocurre un desastre. Pero también pone de relieve la relevancia de tener estos datos antes del desastre, para ayudar a la planificación y las actividades de preparación. Lo que hace que esta historia sea significativa no son los datos ni la tecnología, sino los ciudadanos que están creando una capacidad local sostenible. A través de la Iniciativa Datos de Libre acceso para la Capacidad de Adaptación, el GFDRR y el Banco Mundial continuarán ayudando a establecer redes comunitarias en todo el mundo que puedan producir y usar los datos geográficos que se necesitan para aumentar su capacidad de adaptación a las catástrofes naturales.


" Sin mapas de los riesgos adecuados, los posibles impactos de los desastres naturales y el cambio climático permanecen invisibles hasta que se ven después de una catástrofe. Involucrar a los ciudadanos locales en este desafío representa una enorme oportunidad para cerrar rápidamente la brecha y obtener las pruebas de la necesidad de una acción urgente. El GFDRR participa ahora en más de 60 países apoyando a diversos asociados que trabajan en iniciativas como el Proyecto Ciudades Abiertas y ayudan a las comunidades vulnerables a entender mejor su exposición al riesgo de desastres. "
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Francis Ghesquiere

Director de la Secretaría del GFDRR

El GFDRR trabaja junto a numerosas otras instituciones que consideran fundamentales los mapas y los datos geográficos para el desarrollo sostenible, la respuesta humanitaria, y la reconstrucción y la recuperación.

MapGive, (i) del Departamento de Estado de los Estados Unidos, ha liderado el camino, poniendo a disposición imágenes satelitales de alta precisión a la comunidad del OSM para elaborar mapas de las zonas prioritarias, y HOT (i) ha proporcionado capacitación sobre el OSM en todo el mundo y dirige la comunidad mundial de voluntarios para la elaboración de mapas después de crisis naturales o provocadas por el hombre. Por su parte, la Cruz Roja y la Media Luna Roja trabajan con las comunidades para producir mapas que tienen diferentes propósitos y colaboran con HOT en la iniciativa Missing Maps. (i) En tanto, USAID (i) emplea el OSM tanto en sus actividades de desarrollo sostenible como de respuesta a desastres, y el Cuerpo de Paz (i) colabora con exvoluntarios de su organización para crear mapas y proporcionar un valioso conocimiento en terreno de los lugares, y, por supuesto, todas las instituciones académicas y los voluntarios que ofrecen generosamente su tiempo.

El GFDRR y el Banco Mundial siguen apoyando la idea de que los mapas y la información geográfica estén a disposición de todos los ciudadanos. Las organizaciones continúan colaborando con los organismos gubernamentales para garantizar que esta información sea relevante y útil, permitiéndoles integrarla en el análisis y las acciones en curso para reducir los impactos de los desastres y el cambio climático en las poblaciones más vulnerables del mundo.


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