ARTÍCULO

En Etiopía, las mujeres empresarias tienen la oportunidad de realizar sus sueños

Noviembre 16, 2015


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Zinabua Hailu tiene un hotel de 10 habitaciones con un restaurante y un personal de 18 empleados en el bullicioso barrio de Gofa en Addis Abeba.

TITULARES
  • Más de 3000 mujeres de Etiopía se han beneficiado de una línea especial de crédito para mujeres emprendedoras respaldada por la AIF, el fondo del Banco Mundial para los países más pobres.
  • Se estima que el 70 % de las pequeñas y medianas empresas de propiedad de mujeres en los países en desarrollo no puede obtener financiamiento suficiente para crecer.
  • El proyecto tiene como objetivo movilizar capital para ayudar a cerrar la brecha de financiamiento, en particular para las empresas orientadas al crecimiento que necesitan préstamos más grandes equivalentes a USD 10 000 o más.

Zinabua Hailu tiene un sueño: quiere construir un gran hotel con “estrellas”, uno que cumpla las normas internacionales de calificación, el tipo de hotel que los turistas podrían frecuentar.

No es un sueño imposible. En los últimos ocho años, esta madre de tres hijos ha ampliado su negocio de vendedora de comida operado por una sola persona en una sola habitación a un hotel de 10 habitaciones con un restaurante y un personal de 18 empleados en el bullicioso barrio de Gofa en Addis Abeba.

Zinabua está entre las más de 3000 mujeres de Etiopía que han podido aprovechar desde 2013 el financiamiento para iniciar o ampliar un pequeño negocio. Una línea de crédito especial para mujeres empresarias es ofrecida a través del Banco de Desarrollo de Etiopía e instituciones microfinancieras selectas de ese país y respaldada por la Asociación International de Fomento, el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, con financiamiento adicional de las agencias internacionales de desarrollo de Canadá y el Reino Unido.

Zinabua recibió un préstamo de 800 000 birr, o unos USD 38 000, un monto que previamente le hubiera sido difícil conseguir a una mujer empresaria en Etiopía.

Normalmente, las mujeres de Etiopía –y otros países en desarrollo– enfrentan desafíos más grandes que los hombres para iniciar o ampliar una empresa. Es menos probable que posean activos, como tierras o una casa, que se puedan usar como garantía para un préstamo. A menudo tienen menos educación que los hombres, o enfrentan leyes y costumbres discriminatorias.

De hecho, Zinabua dice que ha sido difícil llegar a donde está hoy.

Primero tuvo que convencer a su marido, que es funcionario público, de que tenía que trabajar para ayudar a pagar la educación de sus hijos. Después del nacimiento de su tercer hijo, Zinabua consiguió un préstamo de unos USD 100, usando su casa como garantía. Comenzó a cocinar y vender comida a los jornaleros. Dos años más tarde, obtuvo un préstamo más grande y abrió un restaurante. Después de cinco años de reembolsar fielmente los préstamos, calificó para un préstamo más grande y abrió su negocio actual.

“Las mujeres se están empoderando cada vez más y participan más en los negocios”, dice Zinabua. “Es un deber participar en el desarrollo económico”.

Sin embargo, se estima que un 70 % de las pequeñas y medianas empresas de propiedad de mujeres en los países en desarrollo no pueden obtener financiamiento suficiente para crecer. Se calcula que las necesidades de financiamiento ascienden a unos USD 285 000 millones.

Las investigaciones indican que las inversiones en empresas de propiedad de mujeres ofrecen una de las “más altas oportunidades de retorno disponibles en los mercados emergentes”, según Francesco Strobbe y Salman Alibhai, economistas del Banco Mundial.

Debido a que las mujeres empresarias tienden a contratar a otras mujeres, entre las cuales el desempleo es más común, sus negocios “pueden ser un factor clave para reducir los altos índices generales de desempleo”, dijeron en su documento Financing Women Entrepreneurs in Ethiopia (Financiamiento de mujeres empresarias en Etiopía).

Strobbe dirige el Proyecto de Desarrollo Empresarial de la Mujer (i) en Etiopía, que ofrece una línea de crédito de USD 50 millones a instituciones financieras que brinden financiamiento a microempresas y pequeñas empresas de propiedad de mujeres. El proyecto también ha proporcionado capacitación empresarial a más de 5000 mujeres.

La demanda de este financiamiento ha sido “sorprendente”, dijo Strobbe.

De enero de 2014 a septiembre de 2015, la línea de crédito desembolsó 768 millones de birr (unos USD 38 millones) para 3227 empresarias, lo que resulta en un monto de préstamo individual promedio de 219 605 birr (casi USD 11 000). Al ritmo actual, se desembolsarán aproximadamente USD 2 millones por mes.

Aproximadamente el 76 % de las prestatarias nunca había obtenido un préstamo antes, sin embargo, la tasa de reembolso es del 99,4 %.

El proyecto tiene como objetivo movilizar capital para ayudar a cerrar la brecha de financiamiento, en particular para las empresas orientadas al crecimiento que necesitan préstamos más grandes equivalentes a USD 10 000 o más.

Zinabua pudo obtener un préstamo de casi USD 40 000 para su empresa de hotel y restaurante, o sea, unas 2,6 veces más que su préstamo anterior (unos USD 14 000) de la misma institución.


" Las mujeres se están empoderando cada vez más y participan más en los negocios. Es un deber participar en el desarrollo económico "

Zinabua Hailu

Empresaria en Addis Abeba

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Sewasew Hailu, diseñadora de moda, afirma que el mayor desafío para quienes comienzan un nuevo emprendimiento es el financiamiento. © Stephan Gladieu

Sewasew Hailu, diseñadora de moda establecida en Addis Abeba, ha obtenido cuatro préstamos, cada uno mayor que el anterior, en los siete años que ha estado en el negocio. Ella también pudo aprovechar un monto significativamente mayor de financiamiento —USD 40 000— como resultado de la nueva línea de crédito. Como Zinabua, su préstamo anterior había sido de aproximadamente USD 14 000.

“El mayor desafío para quienes comienzan un nuevo emprendimiento es el financiamiento”, dijo Sewasew, que cuenta con clientes de Europa y otros países africanos.

La dificultad para conseguir un préstamo es colateral, afirmó.

“La necesidad financiera está allí. Hay muchas mujeres y hombres que quieren esos servicios”, dijo Sewasew.


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