ARTÍCULO

Enfoques más inteligentes para combatir el crimen y el extremismo violento

Mayo 19, 2016


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From left to right: Quy-Toan Do, Asli Demirgüç-Kunt, Saroj Kumar Jha


TITULARES
  • La economía forense aplica las herramientas económicas al campo del crimen para revelar las fuerzas del mercado que sustentan estas actividades.
  • El uso de novedosas técnicas de datos y fuentes —desde imágenes satelitales infrarrojas hasta la evolución de los precios del marfil— aporta nueva información sobre diversas actividades ilícitas.
  • La economía forense ha identificado enfoques más inteligentes para detener el financiamiento de actos criminales y extremistas, como la caza furtiva de elefantes en África, la piratería somalí y Dáesh.

¿Cuál es el hilo común que vincula a los cazadores furtivos de elefantes, los piratas somalíes y Dáesh? Todos ellos se pueden comprender a través del prisma de la economía forense, una disciplina que aplica las herramientas económicas a las actividades criminales con el fin de encontrar enfoques más inteligentes para combatirlas.

En el evento Policy Research Talk de este mes, el economista superior Quy-Toan Do (i) analizó las maneras cómo los nuevos datos y herramientas de la economía forense ayudan a los encargados de formular políticas a comprender los mecanismos que usan los criminales para obtener los ingresos que financian sus actividades. Al desarrollar modelos de incentivos de los criminales y predecir sus comportamientos, las instituciones de desarrollo, los Gobiernos, la sociedad civil y otras partes interesadas podrán tener mejores herramientas para detener el financiamiento de actos criminales.

“Desafortunadamente, el crimen y el conflicto violento están alrededor de nosotros por dondequiera que miremos hoy en día”, afirmó Asli Demirguc-Kunt, (i) directora de Investigación del Grupo de investigaciones sobre el desarrollo del Banco Mundial, quien organizó el evento. “La charla de hoy es fascinante porque entreteje distintas experiencias y lecciones de una serie de estudios de caso, que incluyen desde los piratas de Somalia y los cazadores furtivos de elefantes hasta los grupos islamistas radicales. En última instancia, todos estos representan un fracaso en el establecimiento de instituciones gubernamentales eficaces, con consecuencias regionales y mundiales para el comercio, la biodiversidad y el flujo de refugiados, por mencionar solo algunas”, señaló la investigadora.

La economía forense, un concepto introducido por primera vez en los años setenta por el Premio Nobel de Economía Gary Becker, sostiene que los criminales se comportan como cualquier otro agente económico racional y responden a incentivos. Todo mercado tiene una “oferta” de criminales potenciales y una “demanda” de acciones criminales (un conjunto de oportunidades para cometer delitos). Con este marco de oferta y demanda, “tenemos todas las bases para tener un mercado, y todas las herramientas en términos de regulaciones para un mercado de este tipo”, dijo Do.

Durante los últimos cinco años, Do ha aplicado esta teoría a ejemplos del mundo real relacionados con el crimen y el extremismo violento, obteniendo resultados novedosos y a menudo inesperados.


La crisis de la caza furtiva de elefantes en África

Las estadísticas actuales muestran un panorama desalentador acerca de la caza furtiva de elefantes en África. Las poblaciones de estos animales han disminuido desde una cantidad estimada de entre 3 millones y 5 millones a comienzos del siglo XX a menos de 650 000 en 2013. A pesar de que existe buena información sobre las cantidades de elefantes, poco se sabía acerca de los precios del marfil o cómo estos podrían estar impulsando la dinámica de la caza furtiva.

“Hablar sobre la crisis de los elefantes sin tener datos del precio del marfil era como hablar de la crisis del petróleo sin conocer los precios del petróleo”, señaló Do. Al recopilar datos sobre los precios del marfil desde los años setenta hasta el presente, los investigadores pudieron construir una base de datos que vinculó los precios con la práctica de la caza furtiva.

Los nuevos datos revelaron que el marfil se comporta como un activo financiero que almacena valor. Desde que se promulgó una prohibición internacional en 1989, el precio del marfil ha aumentado a una tasa constante de un 14 % anual. La conclusión es que solo tomando medidas importantes para hacer bajar el precio del marfil los índices de caza furtiva caerán lo suficiente como para contribuir a detener la crisis.

“Si se desea bajar el precio a un nivel suficientemente bajo, se necesita considerar valores negativos. Por ejemplo, ofrecer beneficios financieros a las comunidades que dependen del freno de la caza furtiva”, dijo Do. Empoderar a las comunidades locales y proporcionarles incentivos para que protejan a la población de elefantes podría, de hecho, fijar un precio negativo al marfil.

Los piratas de Somalia

En los últimos años, la piratería en la costa de Somalia ha caracterizado las rutas de transporte marítimo. Los últimos cálculos indican que se han producido alrededor de 1100 ataques y los pagos por rescate han llegado a USD 338 millones (dólares estadounidenses).

Dos importantes políticas en el ámbito de la aplicación de la ley se han utilizado para combatir este crimen en alta mar: el aumento de las flotas de las marinas internacionales en 2008, y el incremento en la seguridad a bordo en los barcos. Al analizar los datos del número y la frecuencia de los ataques, las tendencias en los secuestros y la cantidad de tiempo que los cautivos estuvieron rehenes, Do y su equipo pudieron desarrollar modelos precisos capaces de predecir los factores que impulsan la conducta pirata.

Estos les permitieron simular los efectos de los aumentos y las disminuciones en la aplicación de la ley, e identificar la combinación óptima de despliegue naval y seguridad a bordo.

Do también mencionó una predicción incluida en el informe de 2013 titulado Los piratas de Somalia. En dicha publicación se sostuvo que los ataques de piratas podrían reaparecer si no se realizaban acciones continuas de aplicación de la ley, un predicamento que ha sido confirmado por acontecimientos posteriores. “Sin el compromiso de los cuerpos policiales tanto en tierra como en el mar, la piratería no disminuirá. Como con la crisis de los elefantes, los responsables de formular políticas necesitan empoderar e incentivar a las comunidades locales para que condenen y no aprueben el comportamiento criminal”, dijo Do.


" Los responsables de formular políticas necesitan empoderar e incentivar a las comunidades locales para que condenen y no aprueben el comportamiento criminal "
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Quy-Toan Do

Economista superior

Los islamistas radicales de Dáesh

Desde 2013, los islamistas radicales de Dáesh —el grupo Estado Islámico (EI)— han financiado sus actos de violencia mediante una combinación de actividades lucrativas: el petróleo, el contrabando, los impuestos, los saqueos y la confiscación, los secuestros, donantes extranjeros y, presuntamente, la desviación de reservas de divisas del Banco Central de Iraq. Aunque muchos informes de los medios de comunicación han señalado que el petróleo es una de las fuentes principales de ingresos de Dáesh, los detalles han sido escasos.

Do y un equipo de investigadores aprovecharon una novedosa fuente de datos para probar esta afirmación. La quema de subproductos del gas metano deja una huella infrarroja que se puede ver por medio de imágenes satelitales. Al combinar esto con datos históricos anteriores a la guerra de Siria, los investigadores pudieron generar un nuevo cálculo de la producción de petróleo de Dáesh —31 000 barriles diarios en su apogeo—, lo cual era muy inferior a las estimaciones anteriores. El petróleo, por lo tanto, no era una fuente tan importante de ingresos como se asumía ampliamente, y atacar las instalaciones petroleras sería bastante menos eficaz para detener el financiamiento de Dáesh que lo que se creía con anterioridad.

 

Recurrir a las comunidades para combatir el crimen y el extremismo violento

Al combinar estos tres estudios de caso, Do concluyó que a menudo no basta detener las oportunidades que tiene la actividad criminal lucrativa del lado de la “oferta”. En lugar de ello, Do sostuvo que el combate eficiente del crimen requiere “la descentralización de la aplicación de la ley al nivel de la comunidad”. Para que esto sea eficaz, la comunidad también debe tener los incentivos apropiados que le permitan hacer cumplir la ley, un área en la cual las instituciones de desarrollo como el Banco Mundial pueden ser útiles en los Estados frágiles y afectados por conflictos.

Saroj Kumar Jha, director superior del Grupo de fragilidad, conflicto y violencia del Banco Mundial, compartió su perspectiva acerca del uso de estas innovadoras herramientas. “Es importante conocer en profundidad el fenómeno del mercado laboral. En los países que son vulnerables a los conflictos y al extremismo violento, la economía forense puede realmente ayudarnos a entender mejor ese fenómeno. Las organizaciones de vigilancia de los vecindarios, en conjunto con la policía local, han ayudado a contener el crimen y la violencia en los barrios”. Advirtió, sin embargo, que la aplicación de la ley con ayuda de la comunidad es más eficaz en las áreas donde la cohesión social es fuerte, pero plantea más dificultades en las sociedades fragmentadas.


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