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ARTÍCULO Octubre 30, 2017

“El cambio climático requiere de un enfoque integral por parte de las ciudades argentinas”

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Daños por inundaciones en las calles de Buenos Aires en 2013.

AFP


Por su posición geográfica y estructura productiva, Argentina es una de las naciones más afectadas por el cambio climático. Las ciudades argentinas tienen una capacidad única para abordar los desafíos del cambio climático global.

En los últimos años, Argentina ha sido uno de los países de América Latina donde el cambio climático ha provocado mayor impacto. Este fenómeno genera una mayor cantidad de inundaciones, sequías, olas de calor más prolongadas e intensas, propagación de enfermedades, entre otros, que cuestan al país casi un punto del PBI, según estimaciones del Banco Mundial.

Los desafíos del cambio climático y las nuevas herramientas para aumentar la resiliencia ante los eventos extremos fueron los ejes centrales de una capacitación organizada por el Banco Mundial, junto con el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Hablamos con Carole Megevand, líder del programa del Banco Mundial para Desarrollo Sustentable en Argentina, Uruguay y Paraguay, quien compartió su experiencia sobre infraestructura y resiliencia.

P: ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las ciudades argentinas respecto al cambio climático?

CM: Argentina está dentro de las diez economías emergentes que son más vulnerables al cambio climático. A la vez, el país es uno de los más urbanizados del mundo: aproximadamente el 92% de los argentinos viven en ciudades. Es por este motivo que cada vez que un evento climático extremo impacta en las ciudades argentinas, la calidad de vida de alrededor de millones de personas se ve afectada.

En particular, el área metropolitana de Buenos Aires ha sido muy afectada por los diferentes eventos climáticos críticos. Allí viven alrededor de 12 millones de personas, situación que la convierte en el mayor mercado consumidor del país, tanto por población como por nivel de ingresos. Las mejoras a los sistemas de drenaje de la Ciudad en las cuencas de los arroyos Cildáñez, Vega y Maldonado, que el Banco Mundial está facilitando con un préstamo de US$200 millones, son un ejemplo de las mejoras que se deben realizar en áreas críticas. Como resultado, 1,7 millones de personas tendrán un mejor acceso a sus lugares de trabajo, escuelas y servicios médicos, sin verse paralizados por las lluvias. Por otra parte, beneficiará a los 1,3 millones de vecinos que habitan el área de las tres cuencas. De esta manera, no solo se beneficia a los vecinos del área metropolitana sino también a la economía de todo el país.

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Obras en la Ciudad de Buenos Aires, dentro del Plan Director de Ordenamiento Hidráulico.

P: ¿Cuáles son las regiones de Argentina más impactadas por los fenómenos del cambio climático?

CM: Lo que hemos visto en los últimos años es que los eventos climáticos siguen aumentando en intensidad y frecuencia. El incremento del nivel de precipitaciones es una de las principales consecuencias del cambio climático en Argentina.  Históricamente, las regiones del noreste y centro y el área metropolitana de Buenos Aires han sido las más afectadas por las inundaciones. Sin embargo, en los últimos años estos eventos han aumentado en intensidad y han afectado gravemente áreas que tradicionalmente no se incluían como alta exposición en mapas de riesgo.

En particular, el nivel medio de las aguas subterráneas de la Pampa argentina ha aumentado más de dos metros en los últimos 20 años. Este cambio limita la capacidad de los suelos a mitigar el aumento de las precipitaciones y a su vez afecta la producción, las exportaciones y el trabajo de toda la región.

No se trata exclusivamente de un fenómeno circunscripto a las grandes ciudades del país, sino que es un tema que todos los gobiernos locales tienen que tomar en cuenta para su gestión municipal y su planificación.

P: ¿Cuáles son algunos aspectos importantes a considerar para aumentar la resiliencia de las ciudades?

CM: Las ciudades tienen una capacidad única para abordar los desafíos del cambio climático global. Las decisiones que los gobiernos locales tomen hoy son críticas y van a impactar en la prosperidad y calidad de vida de sus habitantes en el corto, mediano y largo plazo. Al mismo tiempo, estas disposiciones determinarán el alcance y el impacto del cambio climático, así como la posibilidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Si no se comprende la urgencia de este desafío, todo el sistema urbano se encuentra en riesgo ante los eventos extremos.

La urbanización es un fenómeno que va a seguir fortaleciéndose. Se estima que para 2050 el 95% de los argentinos vivirán en ciudades, por lo que si no se controla el modelo de crecimiento se aumenta la exposición y vulnerabilidad a desastres naturales. Las inversiones en infraestructura, vivienda y transporte requieren de un trabajo integral que pueda recoger, organizar y analizar datos con respecto a los efectos del cambio climático y la vulnerabilidad de las diferentes ciudades. Esta es la única forma de construir un futuro bajo en carbono y resiliente para las ciudades.

Vale la pena también pensar en soluciones “naturales” que consideran parques y ecosistemas naturales para reducir los impactos de eventos extremos.  Pensar esas soluciones no solamente permite aumentar la resiliencia de las ciudades al frente del cambio climático, sino que también contribuye a reducir las emisiones de gases a efecto invernadero.

P: ¿Cómo pueden los gobiernos locales trabajar de manera eficiente ante el cambio climático?

CM: Las ciudades deben desarrollar planes integrales que tomen en cuenta los múltiples desafíos que se les presentan: tanto el cambio climático como la urbanización acelerada, el crecimiento de los asentamientos informales, entre otros. Esta planificación requiere de un desarrollo y financiación de infraestructura crítica que pueda hacer frente a los eventos extremos.

El desarrollo de la resiliencia no solo requiere de decisiones por parte de quienes ocupan posiciones de autoridad formal, sino también demanda de una red sólida de relaciones institucionales y sociales que puedan proporcionar seguridad a la población vulnerable. La adaptación al cambio climático en las ciudades necesita de mecanismos de solución de problemas en un marco de colaboración y coordinación entre los diferentes sectores públicos, privados y de la sociedad civil.

Por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires cuenta con un Equipo Interministerial de diversas áreas de gobierno que llevan adelante acciones de mitigación y adaptación ante el cambio climático. Además, se creó el Foro de Lucha contra el Cambio Climático compuesto por parlamentarios, técnicos y Asociaciones y Organizaciones No Gubernamentales especializadas en la materia.

P: ¿Cómo puede una ciudad mejorar la planificación teniendo en cuenta el cambio climático?

CM: Es central que estos los gobiernos puedan contar con herramientas que los ayuden a desarrollar una planificación que sea baja en carbono y resiliente al cambio climático. El Banco Mundial diseñó una nueva herramienta que busca asistir a las ciudades en este desafío: “CURB”, Acción Climática para Sostenibilidad Urbana, que ayuda a las autoridades municipales a identificar, priorizar y planificar de manera más fácil iniciativas rentables y eficientes para reducir las emisiones de carbono. De esta manera es posible diseñar e implementar programas de crecimiento sostenible de acuerdo al contexto de cada una de las ciudades.

Buenos Aires fue una de las primeras ciudades en el mundo en trabajar con estas nuevas herramientas, diseñando planes de acción para el clima existente en la ciudad y mejorando las simulaciones de escenarios al disponerse de datos de alta calidad. En los últimos meses se capacitó a nuevos especialistas de diferentes ciudades de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil, para que luego puedan evaluar una variedad de inversiones inteligentes en energía, desechos sólidos, transporte y aguas residuales.

 


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