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ARTÍCULO Noviembre 16, 2018

La cultura, el “factor X” para reconstruir mejor después de conflictos y desastres

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“Stari Most” o el “Puente Viejo”, en la la ciudad histórica de Mostar, Bosnia y Herzegovina.

 

Foto: Kanuman © Shutterstock


TITULARES

  • A medida que el mundo continúa urbanizándose a un ritmo y magnitud sin precedentes, las ciudades tienen que soportar cada vez más conflictos, crisis y desastres.
  • Un nuevo documento de posición titulado Culture in City Reconstruction and Recovery (CURE) (La cultura en la reconstrucción y recuperación de las ciudades), propone un marco mejorado para la reconstrucción y recuperación urbana que integre tanto enfoques centrados en las personas como enfoques basados en el lugar.
  • El Marco CURE representa un hito importante en la alianza actual del Banco Mundial y la UNESCO para promover el desarrollo urbano sostenible mediante la inversión en cultura, regeneración urbana y resiliencia de una manera integrada.

Las ciudades no están conformadas solo por un conjunto de edificaciones, sino también por personas, sus historias y la manera en que ellas interactúan entre sí a través de su identidad cultural y sentido de pertenencia.

Como se observó cuando uno de los más populares monumentos históricos de Bosnia y Herzegovina —el puente “Stari Most” de la época otomana en el siglo XVI o el “Puente Viejo”— fue destruido en 1993 (i) durante la guerra de Bosnia, las comunidades locales exigieron y dieron prioridad a la reconstrucción completa del puente original, expresando un mensaje fuerte y claro: “Una persona asesinada es uno de nosotros; el puente es todos nosotros”.

Posteriormente, esfuerzos internacionales (i) respaldados por la UNESCO y el Banco Mundial ayudaron a reconstruir el Puente Viejo y a restaurar la ciudad histórica de Mostar. En la actualidad, ambos sitios forman parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO (i) y atraen turistas de todo mundo, creando empleos y revitalizando la economía local.

Con la convicción común de que , el Banco Mundial y la UNESCO presentaron un nuevo documento de posición titulado Culture in City Reconstruction and Recovery (CURE) (La cultura en la reconstrucción y recuperación de las ciudades). (i) El evento se realizó en la sede de la UNESCO y el objetivo de la publicación es proponer un marco mejorado para la reconstrucción y recuperación urbana que integre tanto enfoques centrados en las personas como enfoques basados en el lugar.


"La cultura debería ponerse al centro de las estrategias de reconstrucción y recuperación de las ciudades después de un conflicto y después de un desastre. El Banco Mundial y la UNESCO comparten estos valores y compromiso a través de nuestro documento de posición conjunto Culture in City Reconstruction and Recovery (CURE), que proporciona un marco y orientaciones operacionales a los encargados de formular políticas y los especialistas para la planificación, el financiamiento y la ejecución de intervenciones de reconstrucción y recuperación urbana después de una crisis."
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Ede Ijjasz-Vasquez
Director superior de Prácticas Mundiales de Desarrollo Social, Urbano y Rural, y Resiliencia del Banco Mundial


La cultura es el eje central de las personas, los espacios y las políticas de recuperación urbana

Como símbolo de la función fundamental que desempeña la cultura en la recuperación del tejido físico, social y económico de una ciudad luego de guerras y conflictos, la historia de Mostar es emblemática para las ciudades y las comunidades de hoy en todo el mundo.

“La cultura es una fuente clave de resiliencia, reconciliación y cohesión social para las ciudades y las comunidades”, señaló Ernesto Ottone R., subdirector general de Cultura de la UNESCO. “Como la alianza de la UNESCO y el Banco Mundial en todo el mundo nos indicó, y que incluye Haití, Malí y Bosnia y Herzegovina, conservar la cultura es muy importante para los procesos de reconstrucción y recuperación después de una crisis”.

A medida que el mundo continúa urbanizándose a un ritmo y magnitud sin precedentes, las ciudades tienen que soportar cada vez más conflictos, crisis y desastres. Los peligros naturales, tales como tormentas, inundaciones y terremotos, aumentan en intensidad y frecuencia, impactando las zonas urbanas de manera desproporcionada. Paralelamente, los conflictos armados son cada vez más complejos, forzando a millones de personas a huir de sus hogares (i) y causando destrucción generalizada en las ciudades. Tanto los desastres naturales como los conflictos provocan efectos devastadores en la cultura.

Los contextos locales pueden ser diferentes, pero las políticas exitosas deben basarse en el lugar y centrarse en las personas. Mientras las estrategias basadas en el lugar dan prioridad a la reconstrucción de los bienes físicos, las estrategias centradas en las personas pueden fortalecer el protagonismo de la comunidad y la inclusión social, mejorar el nivel de habitabilidad del entorno edificado y acelerar la recuperación socioeconómica de las ciudades.

Tanto en la base como en la intersección de las personas y los lugares radica el “factor X” de la cultura. La cultura es esencial como un activo y una herramienta para la reconstrucción y recuperación urbana a través del patrimonio cultural y la creatividad.


El Marco CURE

El Marco CURE proporciona principios rectores que incorporan enfoques basados en el lugar y enfoques centrados en las personas mediante la cultura en las políticas de desarrollo urbano sostenible para ayudar a las ciudades a abordar eficazmente el impacto de las crisis urbanas.

“El Marco CURE representa un hito importante en la alianza actual del Banco Mundial y la UNESCO (i) para promover el desarrollo urbano sostenible mediante la inversión en cultura, regeneración urbana y resiliencia de una manera integrada”, dijo Sameh Wahba, director de Desarrollo Urbano y Territorial, Gestión de Riesgos de Desastres, y Resiliencia del Banco Mundial.

El nuevo marco y las orientaciones operacionales sirven de guía a los encargados de formular políticas y a los especialistas en los procesos de planificación, financiamiento y ejecución. El Marco CURE destaca el rol fundamental de la cultura y pone énfasis en que los programas de reconstrucción y recuperación urbana eficaces requieren que la cultura se incorpore en todas las evaluaciones de los daños y las necesidades, así como en las políticas y la definición de estrategias, el financiamiento y la ejecución. Por último, este esfuerzo colaborativo reconoce que la integración de la cultura en la recuperación y el desarrollo urbano posterior a una crisis puede contribuir considerablemente a avanzar hacia ciudades más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.

El documento se basa en experiencias mundiales para mostrar los avances logrados sobre el terreno. Ya se trate de desarrollar una cultura cívica en Medellín (Colombia) para contrarrestar el pasado violento de la ciudad o promover la consolidación de la paz a través de la transparencia y la participación comunitaria en Banda Aceh (Indonesia), la cultura es el eje central.

Otros casos son la recuperación y conservación del patrimonio cultural del centro histórico de Lijiang (China) después de un terremoto; (i) el fomento de la reconciliación mediante la defensa del patrimonio cultural en Nicosia (Chipre), y el mejoramiento de la gestión de riesgos de desastres para la protección de monumentos en Bagan (Myanmar). (i) En Iraq, el Banco Mundial y la UNESCO se preparan para colaborar en la rehabilitación de Mosul, sobre la base del Marco CURE, como parte de la iniciativa de la UNESCO “Revivir el espíritu de Mosul” (i) y el Proyecto de Emergencia para Operaciones de Desarrollo (i) del Banco Mundial.

De acuerdo con el documento de posición, la cultura es la base para la recuperación, por lo que con frecuencia se empieza con la reconstrucción física de monumentos emblemáticos, tales como el Puente Viejo en Mostar (Bosnia y Herzegovina). En otras ocasiones, la acción colectiva para reconstruir patrimonio común es el motor para el renacimiento de una sociedad, tal como el proceso de reconstrucción de sitios religiosos y culturales en Timbuktu (Malí) luego del término de los conflictos. Además, Tokyo (Japón) muestra cómo un enfoque de formación cultural, junto con mecanismos de reajuste de tierras innovadores, da como resultado una ciudad resiliente que prospera a pesar de numerosas y grandes adversidades. En la publicación, los ejemplos de Seúl (República de Corea) y Beirut (Líbano) muestran que la recuperación sin la incorporación de la cultura debe ser a la larga modificada para lograr resultados sostenibles.

Con la adopción del Marco CURE, los líderes nacionales y locales podrán poner la cultura en el centro de sus propios procesos de reconstrucción y recuperación urbana frente a crisis, ya sea desastres, conflictos armados o peligros urbanos, para construir ciudades y comunidades inclusivas, resilientes y sostenibles para todos, lo que es esencial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenibles antes de fines de 2030 así como para poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida a nivel local, nacional y regional.

Para obtener más información sobre el Marco CURE, descargue el documento de posición Culture in City Reconstruction and Recovery (i) preparado conjuntamente por el Banco Mundial y la UNESCO.



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