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ARTÍCULO Abril 10, 2019

Un nuevo dragón emerge: ¿Cómo potenciar a las empresas de América Latina?

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Lograr el rápido crecimiento de una empresa no es tarea fácil. Se necesita trabajo, dinero y nuevas ideas. ¿Cómo reconocer y acompañar a las compañías de alto crecimiento?

“La guarida del dragón”, o manē no tora en japonés, es un programa de televisión donde entusiastas participantes suelen presentar ideas de negocios rentables y de alto crecimiento a potenciales inversores, para que los asistan con fondos y asesoramiento.

Este formato ha probado ser un éxito mundial: más de 30 países han adaptado el show a su realidad local y miles de participantes han pasado por esta experiencia. Incluso dos países latinoamericanos, México y Colombia, han desarrollado sus propias versiones.

Fuera de los estudios de televisión, identificar empresas y emprendimientos de alto crecimiento también es un desafío. Poder encontrarlas y potenciarlas es fundamental para promover el desarrollo económico, en especial en los países de América Latina y el Caribe, convirtiéndolas en motores de creación del empleo y desarrollo de la producción.  

¿Qué son?

La mayoría de las personas asocian a las empresas de alto crecimiento con emprendimientos tecnológicos. Esta relación tiene sentido, sobre todo en Latinoamérica donde emprendimientos digitales como la colombiana Rappi han revolucionado el mercado en solo tres años. En este caso, el uso de herramientas tecnológicas permitió abordar desafíos pendientes de la región: los mensajeros compensan la mala logística existente, se mitigan ciertos problemas de seguridad y se generan nuevos servicios para los usuarios no bancarizados.

Sin embargo, la mayoría de estas empresas de alto crecimiento presentan una realidad bastante distinta, ya que no operan solo en el sector de alta tecnología. Tanto en México como en Brasil, las compañías dedicadas a la elaboración de alimentos y diseño de indumentarias se encuentran entre los sectores donde las empresas tienen un alto potencial.

Si bien suelen ser más jóvenes que el promedio en los mercados de países en desarrollo, la mayoría de estas empresas tienen un par de años y están desarrollándose en distintas ciudades, no solamente en las capitales.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que un periodo de elevado crecimiento no es garantía de continuidad; de hecho, estos momentos son más bien efímeros. Muchas compañías entran y salen de periodos de expansión acelerada. El desarrollo rápido no es una característica permanente de ninguna empresa, sino un momento dentro de su ciclo de vida.

La innovación, la aglomeración de empresas, el capital humano, las redes internacionales y el desarrollo financiero son factores fundamentales para impulsar el crecimiento rápido. Pero, aún más importante, el crecimiento empresarial requiere un entorno competitivo donde emprendedores puedan crear sus compañías, financiarse, poner a funcionar sus instalaciones, hacer valer sus contratos, conseguir empleados, y también saber capear la volatilidad de los mercados.

Según datos del informe Doing Business, que mide todos estos factores, los países de América Latina siguen teniendo oportunidades de mejora en aspectos sensibles como pago de impuestos, registro de propiedades y protección de los inversionistas minoritarios.

El efecto dominó

Un nuevo informe del Banco Mundial indica que en países en desarrollo, como Brasil, las empresas de alto crecimiento representan solamente el 20% de la totalidad de las compañías que operan en el país, aunque son responsables del 60% de los nuevos empleos creados.

A la vez, estas empresas generan un fuerte efecto en sus comunidades, facilitan el desarrollo de otras actividades económicas en la misma localidad y generan nuevos polos industriales. También posibilitan la transferencia de nuevas tecnologías y el desarrollo de competencias blandas, como las habilidades de gestión.

“El desarrollo de un sector privado vibrante e innovador es uno de los aspectos centrales para lograr un crecimiento económico sostenible en los países de América Latina y el Caribe. Empresas y hacedores de políticas deben hacer frente a nuevos desafíos para poder seguir promoviendo la creación de empleo y el desarrollo de nuevas competencias”, sostiene Daniel Gomez Gaviria, especialista del Banco Mundial.

Identificar a los dragones

Ante los desafíos del comercio global y de tendencias de consumo en cambio permanente, hay una sola pregunta: ¿cómo se respalda el crecimiento de este tipo de empresas?

El mencionado informe del Banco Mundial sostiene que uno de los mayores desafíos de los gobiernos está en identificar las empresas de alto crecimiento, especialmente en los periodos tempranos de desarrollo, momento en que la iniciativa empresarial requiere de mayor acompañamiento.

Los expertos proponen un nuevo ABC para promover la formación de este tipo de empresas:

  • Asignación de los recursos: Deben garantizarse las condiciones para facilitar el desarrollo de las empresas, apuntando a mejorar la eficiencia en la asignación de los recursos facilitando el ingreso y salida de los mercados, así como generando las condiciones de flexibilidad necesarias.
  • Business to business spill overs (Efectos de derrame entre empresas): Las empresas pueden tener efectos indirectos una con otra, a pesar de que realicen diferentes actividades. Vínculos geográficos, economías de aglomeración, redes comerciales y mecanismos de transferencia de conocimiento permiten fomentar el aprendizaje, mejorar la calidad y potenciar los beneficios para el crecimiento.
  • Capacidades empresariales: Para poder crecer en mercados competitivos, es central que las empresas puedan contar con recursos humanos, tecnológicos y financieros adecuados. Para esto, se requiere de políticas que permitan que las empresas prioricen sus áreas de investigación y desarrollo, aceleren la adopción de nuevas tecnologías y fortalezcan sus prácticas gerenciales y aptitudes interpersonales de sus colaboradores.

Afortunadamente, en América Latina gobiernos y organizaciones de la sociedad civil ya han desarrollado diversos instrumentos para apoyar la acumulación de estas capacidades, con diversos niveles de éxito.

Programas como iNNpulsa en Colombia buscan promover la innovación y la productividad a través de la provisión de préstamos e inversiones de capital, y la consolidación del ecosistema emprendedor. En México, los programas del Instituto Nacional del Emprendedor proveen de inversiones equivalentes, asegurando hasta el 80% de los costos para que una empresa invierta en equipamiento tecnológico, certificación, consultoría o maquinarias.



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