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OPINIONES Octubre 11, 2018

Carta abierta al mundo: Debemos preocuparnos por el capital humano

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Nos hemos unido para enviar este urgente mensaje.

Si queremos un mundo mejor —estable, más próspero y más equitativo, en el que las personas alcancen su potencial—, los países deben comenzar hoy mismo a invertir de manera más eficaz en su población.

Durante la última generación se lograron enormes avances. Nunca en la historia una proporción tan grande de personas había podido sobrevivir a la infancia, asistir a la escuela, alfabetizarse, salir de la pobreza, incorporarse a la fuerza de trabajo o vivir tantos años. Pero estos mismos avances —y el hecho de que el cambio es posible— hacen que el statu quo actual resulte aún más injustificable.

  • Más de la mitad de la población mundial no puede acceder a los servicios esenciales de salud; 100 millones de personas se ven empujadas a la pobreza extrema cada año como consecuencia de los gastos en salud.
  • En los países más pobres del mundo, cuatro de cada cinco personas pobres no están cubiertas por una red de protección social, lo que las hace extremadamente vulnerables.
  • En 2017 murieron unos 5,4 millones de niños menores de 5 años, en su mayoría por causas evitables. En la mitad de esos casos, se trataba de recién nacidos.
  • Más de 750 millones de adultos son analfabetos, lo que hace que la productividad a lo largo de su vida se vea gravemente reducida como consecuencia del bajo nivel de educación.
  • Más de 260 millones de niños no asisten a la escuela primaria ni secundaria, y otros 250 millones no saben leer ni escribir a pesar de haber ido a la escuela. Si conformaran un país, sería el tercero más grande del mundo.
  • Casi uno de cada cuatro niños pequeños del mundo padece malnutrición (presenta retraso en el crecimiento) y sus perspectivas de vida se ven limitadas para siempre por la acumulación de factores adversos en los primeros años.

La naturaleza del trabajo está cambiando rápidamente en todo el mundo, al igual que la demanda de habilidades de alto nivel. Aun así, hoy en día, 500 millones de jóvenes de países en desarrollo están subempleados o tienen empleos precarios. Si los jóvenes no tienen las oportunidades de hacer realidad sus aspiraciones, corremos el riesgo de que aumenten las situaciones de fragilidad y conflicto en todo el mundo, lo que generaría costos económicos incalculables.

Con cada año adicional de escolarización, los ingresos de las personas aumentan entre un 8 % y un 10 %. En algunos lugares, el rendimiento llega al 22 %. La mediana de la relación costo-beneficio correspondiente a las intervenciones que reducen el retraso del crecimiento en los primeros 24 meses de vida equivale a USD 18 de beneficio por cada dólar gastado. Si los ingresos fueran equitativos desde el punto de vista del género, la riqueza en términos de capital humano podría incrementarse un 21,7 % a nivel mundial.

El mensaje para los países, las economías, los líderes y los ciudadanos comprometidos de nuestro mundo interconectado es claro:

Hay sólidas evidencias de que, con un gran impulso, se pueden lograr avances rápidamente. Podemos aprovechar las enseñanzas de Malawi, donde en apenas unos pocos años la tasa de retraso del crecimiento ha disminuido 10 puntos porcentuales hasta ubicarse en un 37 %. O las de Vietnam, donde los resultados del aprendizaje mejoraron aceleradamente en lectura, matemáticas y ciencias. En ambos casos, el éxito se logró gracias al liderazgo focalizado, el compromiso de las partes interesadas y la aplicación de enfoques gubernamentales integrados.

Esperamos que el Proyecto de Capital Humano —y el nuevo Índice de Capital Humano, que vincula los resultados en ese ámbito con la productividad futura— impulse la adopción de medidas concretas y nos permita posicionarnos de manera más firme en el camino que conduce al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos para 2030.

De este modo, podemos transformar el futuro de las naciones, las familias y las generaciones cuyos sueños solo se equiparan con la voluntad que tienen de convertirlos en realidad.

Abiy Ahmed, primer ministro, Etiopía

Achim Steiner, administrador, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

Aliko Dangote, presidente y fundador, Fundación Dangote

Børge Brende, presidente, Foro Económico Mundial

Sir Chris Hohn, cofundador, Children’s Investment Fund Foundation

Douglas Peterson, presidente y director ejecutivo, S&P Global

Sir Fazle Abed, fundador y presidente, BRAC

Frans van Houten, director ejecutivo, Philips

Henrietta Fore, directora ejecutiva, Unicef

Hugh Evans, presidente, Global Citizen

Dr. Jim Yong Kim, presidente, Grupo Banco Mundial

Joanne Carter, directora ejecutiva, RESULTS

 

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