COMUNICADO DE PRENSA

China: Argumentos a favor del cambio en el camino hacia 2030

Febrero 27, 2012




En un nuevo informe de investigación se exhorta a China a modificar su modelo de desarrollo y crecimiento

BEIJING, 27 de febrero de 2012. China debe completar su transición a una economía de mercado ―mediante reformas de la actividad empresarial, la tenencia de la tierra, el trabajo y el sector financiero―, fortalecer el sector privado, abrir sus mercados a una mayor competencia e innovación, y garantizar la igualdad de oportunidades para contribuir a alcanzar su objetivo de una nueva estructura de crecimiento económico.

Estas son algunas de las principales conclusiones presentadas en un informe conjunto sobre una investigación realizada por un equipo del Banco Mundial y el Centro de Investigaciones para el Desarrollo del Consejo de Estado de China, donde se exponen argumentos a favor de una nueva estrategia de desarrollo para que China pueda hallar un nuevo equilibrio en el papel del Estado y el mercado, el sector privado y la sociedad, y así alcanzar la meta de convertirse en un país de ingreso alto para 2030. 

En el informe, titulado China 2030: Building a Modern, Harmonious, and Creative High-Income Society (China 2030: Construcción de una sociedad de ingreso alto moderna, armoniosa y creativa), se recomiendan medidas para abordar los riesgos que China enfrentará en los próximos 20 años, entre ellos el peligro de una brusca desaceleración económica a corto plazo, así como las dificultades que plantean el envejecimiento y la reducción de la fuerza laboral, el aumento de la desigualdad, las tensiones ambientales y los desequilibrios externos.

“Los dirigentes de China han reconocido que el modelo de crecimiento del país, tan exitoso en los últimos 30 años, no funcionará en las décadas venideras”, dijo Robert B. Zoellick, presidente del Grupo del Banco Mundial. 

“Los argumentos a favor de la reforma son convincentes porque China ha llegado a un punto de inflexión en su modalidad de desarrollo. Dirigir la transición de un país de ingreso mediano para que llegue a ser de ingreso alto será difícil; si a esto se añade el agravante de que es probable que el ambiente mundial siga siendo incierto e inestable en el futuro próximo, la necesidad de cambio asume aún más importancia”.

“China tiene la oportunidad de evitar la trampa de los países de ingreso mediano, promover el crecimiento inclusivo sin interferir con el medio ambiente y continuar su avance hasta convertirse en un participante responsable en la economía internacional”, señaló Zoellick.

En el informe se formulan seis recomendaciones estratégicas para el futuro de China: completar la transición a una economía de mercado; acelerar el ritmo de la innovación abierta; adoptar medidas ecológicas para transformar las tensiones ambientales en un crecimiento “verde” que impulse el desarrollo; aumentar las oportunidades y los servicios tales como la salud, la educación y el acceso al empleo para toda la población; modernizar y fortalecer el sistema fiscal nacional, y tratar de entablar con el mundo relaciones mutuamente beneficiosas conectando las reformas estructurales de China con los cambios en la economía internacional.

“Entre las conclusiones del informe se destaca como fundamental la necesidad de que China modernice su base financiera nacional y avance hacia un sistema financiero público ―en todos los niveles de gobierno― que sea transparente y responsable, supervisado por instituciones menos numerosas, pero más sólidas, para ayudar a financiar un programa económico, ambiental y social en evolución”, dijo Zoellick.

“El programa de reforma, con un sector financiero más sólido y flexible, el fomento de la innovación y el crecimiento verde como factores impulsores del desarrollo pueden generar oportunidades de empleo y una mayor productividad dentro de China, así como nuevas oportunidades para empresas extranjeras”.

Se ha profundizado la convicción, respaldada por las conclusiones del informe de investigación, de que el crecimiento de China disminuirá gradualmente de aquí a 2030, a medida que el país llegue a los límites del crecimiento permitido por las tecnologías aplicadas en su estructura económica actual. En la publicación se sugiere a las autoridades chinas que no solo presten atención a la magnitud del crecimiento, sino también a su calidad.

En el informe se aboga por que el Gobierno redefina su función ―que se centre más en los sistemas, normas y leyes― para impulsar una producción eficaz, promover la competencia y reducir los riesgos. Se recomienda redefinir los cometidos de las empresas estatales y eliminar los monopolios en determinadas industrias, diversificar las estructuras de propiedad, reducir los obstáculos al ingreso de firmas privadas y facilitar el acceso de las pequeñas y medianas empresas al financiamiento.

Como parte de las reformas se debería imprimir un carácter más comercial al sistema bancario, eliminar gradualmente los controles de las tasas de interés, profundizar el desarrollo de los mercados de capitales y continuar estableciendo órganos reguladores independientes y sólidos para apoyar la eventual integración del sector financiero chino en el sistema financiero mundial. Las reformas financieras de las próximas dos décadas deberían ser decisivas e integrales y estar bien coordinadas, conforme a una hoja de ruta adecuadamente trazada. Una de las prioridades consiste en liberalizar las tasas de interés de acuerdo con los principios del mercado.

Con respecto a la reforma de la tenencia de la tierra, se debería dar prelación a la protección de los derechos de los agricultores a las tierras agrícolas mediante la ampliación de los registros catastrales y los derechos de arrendamiento. Para contribuir a las reformas laborales, es prioritario modificar el hukou o sistema de permisos de residencia, modificación que debería iniciarse cuanto antes y estar finalizada para 2030, si bien dependerá de las reformas fiscales que equilibren las facultades de recaudación de ingresos y gasto en los distintos niveles de gobierno.

A fin de acelerar el ritmo de la innovación, en el informe se recomienda desplegar mayores esfuerzos para crear redes de investigación en todo el país, tomar medidas para mejorar la calidad de la educación terciaria y establecer vínculos con redes internacionales, con el respaldo de un ordenamiento jurídico más firme y una aplicación más estricta de los derechos de propiedad intelectual. Se afirma que un sistema de innovación abierto de estas características sería requisito previo para beneficiarse plenamente de los vínculos mundiales en este ámbito.

Para que el desarrollo de China sea ambientalmente adecuado, el país deberá recurrir a incentivos de mercado a largo plazo que alienten a empresas y hogares a adoptar medidas ecológicas. Se podrían aumentar las inversiones públicas y mejorar el diseño y la aplicación de disposiciones que complementen esos incentivos, por ejemplo, mediante impuestos, derechos, permisos y cupos negociables, y etiquetas ambientales. China puede erigirse en líder mundial en tecnología “verde” implementando políticas rigurosas y eficaces para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el comercio del carbono o los impuestos a su emisión, que podrían impulsar la innovación en tecnologías “verdes”.

Para invertir la tendencia creciente a la desigualdad, en el informe se indica que China deberá diseñar un sistema de protección social que resulte adecuado para el país en 2030 y preste atención especial a los pobres. Se exponen argumentos a favor de la “flexiguridad”, que puede incluir reformas de los sistemas de pensiones y seguros de desempleo orientadas a dar a los trabajadores un respaldo razonable cuando lleguen a la vejez o estén desempleados. Con estas medidas los beneficios de jubilación tendrán un amplio alcance y abarcarán especialmente a la población rural y los trabajadores migrantes de las ciudades. En el informe también se advierte que la ampliación del nivel actual de servicios urbanos y protección social para beneficiar a los migrantes y residentes rurales ―más de la mitad de la población― implicará una considerable carga fiscal y debe implementarse con prudencia.

Con el objeto de financiar las prioridades de China en las décadas por venir y de afrontar las crisis externas, en el informe se exhorta a introducir nuevas reformas en el sistema fiscal, que deberían incluir el aumento de la eficiencia de la recaudación de ingresos y la modificación de las relaciones fiscales entre los diferentes niveles de gobierno, así como un gasto público más eficaz. Hay posibilidades de incrementar los ingresos aumentando los impuestos al consumo de energía, percibiendo dividendos de las empresas estatales y gravando la renta personal, los vehículos automotores y las propiedades.

En el informe se proponen una secuencia de reformas, así como mejoras inmediatas y medidas para enfrentar los riesgos a corto plazo. Las reformas recibirán un apoyo más firme si los planes se basan en la plena participación de todos los niveles de la sociedad. La principal amenaza proviene de los intereses creados que tratarán de frustrarlas.

Como participante clave en la economía mundial, China puede analizar de qué manera sus reformas estructurales se relacionan con un nuevo equilibrio en los cambios en la situación internacional. Debería respaldar el libre comercio y un acuerdo multilateral sobre las inversiones. Los intereses del país a largo plazo se vinculan con el libre comercio mundial y un sistema financiero y monetario a nivel internacional de carácter estable y eficaz, que dependen de marcos multilaterales para ayudar a configurar los objetivos de gobierno mundiales.

Debido a la importancia creciente de China en el comercio mundial, el tamaño de la economía del país y su papel como el mayor acreedor del mundo, la internacionalización del renminbi es inevitable. La aceptación de la moneda china entre las principales divisas de reserva dependerá del ritmo y el éxito de las reformas del sector financiero y la apertura de las cuentas de capital externo.

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2012/290/EXT

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