COMUNICADO DE PRENSA

Europa y Asia central: Dificultades para el crecimiento en la parte occidental y aumento de la volatilidad en la parte oriental

Abril 07, 2016


KIEV, 7 de abril de 2016. Según un nuevo informe del Banco Mundial, las economías de Europa y Asia central siguen enfrentando factores adversos en un entorno económico mundial cada vez más complejo e incierto, y las perspectivas a corto plazo son considerablemente diferentes de un país a otro.

Tras una contracción del 1,1 % en 2015, se espera que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Europa oriental y Asia central[1] sea prácticamente nulo en 2016, lo que supone un ajuste a la baja de más de un punto porcentual desde fines del año pasado. Los ajustes a la baja son especialmente grandes en el Cáucaso meridional (3,3 puntos porcentuales), en Asia central (1,6 puntos porcentuales) y en Rusia (1,3 puntos porcentuales).

Por otra parte, se espera que este año el crecimiento del PIB de la Unión Europea y de los Balcanes occidentales sea de un promedio del 1,8 %, es decir, que no cambia con respecto a las expectativas de hace seis meses. En Europa meridional finalmente se está afianzando la recuperación, si bien el crecimiento todavía no es lo suficientemente firme como para revertir los daños ocasionados por la Gran Recesión. En Europa central se prevé que el crecimiento siga siendo robusto.

“Muchos países de Europa y Asia central siguen atravesando momentos difíciles debido a una combinación de desafíos políticos, fiscales y monetarios que impiden el crecimiento y ponen a prueba la resiliencia de economías ya de por sí frágiles”, dijo hoy Cyril Muller, vicepresidente del Banco Mundial para Europa y Asia central, con motivo de la presentación del informe sobre las perspectivas de la economía de la región de Europa y Asia central. “Los encargados de formular las políticas de la región tienen que adoptar con carácter de urgencia medidas difíciles para restablecer el crecimiento y crear empleo, y para avanzar en ese sentido, la coordinación y la cooperación son esenciales”.

En la parte oriental de la región, los países exportadores de petróleo y los países que dependen de las remesas procedentes de ellos se encuentran en recesión, o próximos a ella. Estas economías siguen viéndose afectadas negativamente por un ritmo de crecimiento del comercio mundial históricamente bajo, precios del petróleo bajos y volátiles, y tensiones geopolíticas continuas.

Aunque el crecimiento económico en la parte occidental de la región de Europa y Asia central se recupera lentamente en general, los países de la Unión Europea enfrentan múltiples riesgos. La crisis de los refugiados está sometiendo a una dura prueba la capacidad de Europa de coordinar políticas de manera eficaz, al mismo tiempo que la posibilidad de que el Reino Unido abandone la Unión Europea (BREXIT) pone de manifiesto las complicaciones políticas que entraña el proceso de integración europea.

El informe se centra en las repercusiones de la transformación económica de China y de la desaceleración de su PIB, lo que a largo plazo abre la puerta tanto a desafíos como a oportunidades para las economías de las partes oriental y occidental de la región de Europa y Asia central.

El informe sostiene que una posible reducción del crecimiento en China puede generar oportunidades para la parte occidental de la región de Europa y Asia central en la medida en que los productores de estos países tendrán que hacer frente a una competencia menor en los mercados nacionales y terceros mercados. Al mismo tiempo, un menor crecimiento probablemente perjudicará a las economías de la parte oriental de Europa y Asia central, debido a una disminución de la demanda de sus recursos naturales.

“No obstante, cuando la desaceleración estructural vaya acompañada de un reequilibrio de la economía china (es decir, mayor consumo, menor inversión, mayor nivel de cualificación de los trabajadores, mayor salida de inversión extranjera directa), la parte oriental de la región probablemente se beneficie más que la parte occidental”, aseguró Hans Timmer, economista jefe del Banco Mundial para Europa y Asia central.

Las recientes depreciaciones reales registradas en Europa y Asia Central suponen una intensa fuerza impulsora para la modificación de las relaciones comerciales con China. Los países de la región pueden ser más competitivos y una mayor producción nacional de bienes comercializables sustituirá las importaciones e incrementará las cuotas de mercado en el extranjero. Las oportunidades de ampliar las cuotas de mercado son mayores de lo que, según muchas opiniones, cabría esperar.

No obstante, para desviar recursos de bienes no comerciables hacia bienes comerciables y aprovechar tales oportunidades hacen falta reformas de políticas. Facilitar la movilidad en el mercado laboral y la flexibilidad en el sector bancario nacional son medidas de especial importancia.

 

[1] Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Georgia, Moldova, Kazajstán, Kirguistán, Federación de Rusia, Tayikistán, Turquía, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

 

 

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2016/ECA/117

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