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COMUNICADO DE PRENSA Diciembre 09, 2018

El mundo es testigo de una enorme adopción de políticas sobre energía sostenible en la última década

Sin embargo, un nuevo informe sostiene que aún existen desafíos importantes, como el avance lento en materia de políticas para reducir las emisiones de carbono de los sectores del transporte y la calefacción

KATOWICE, POLONIA, 10 de diciembre de 2018. Asimismo, muchos de los países con mayor consumo energético del mundo han realizado mejoras notables en sus reglamentaciones sobre energía renovable desde 2010, según RISE 2018, (i) nuevo informe del Banco Mundial que recoge los avances mundiales en materia de políticas energéticas sostenibles.

Los avances fueron incluso más marcados en el ámbito de la eficiencia energética, donde el porcentaje de países que establecieron marcos normativos avanzados aumentó más de 10 veces entre 2010 y 2017. Además, para 2017, el 75 % de los países con grandes poblaciones que viven sin electricidad había instaurado las políticas y reglamentaciones necesarias para ampliar el acceso a la energía.

No obstante, como el informe indica claramente, existen obstáculos significativos para el avance mundial en materia de energía sostenible. Si bien los países continúan centrándose en políticas de energía limpia para generar electricidad, se siguen soslayando las políticas para reducir las emisiones de carbono de los sectores del transporte y la calefacción, que representan el 80 % del consumo energético mundial.

En el informe RISE 2018 (i), se miden los avances normativos logrados por 133 países con respecto a la energía renovable, la eficiencia energética, el acceso a la electricidad y el acceso a combustibles limpios para cocinar: las cuatro metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (ODS 7), que es una llamada a la acción para lograr el acceso universal a energía asequible, segura, sostenible y moderna para 2030.

“El informe RISE 2018: “Policy Matters” confirma las cifras que ponen claramente de manifiesto que las políticas constituyen un indicador importante de la transición mundial hacia la energía sostenible”, señaló Riccardo Puliti, director superior de Prácticas Mundiales de Energía e Industrias Extractivas del Banco Mundial. “Sin embargo, el informe también contiene una advertencia: que sin la adopción acelerada y aplicación rigurosa de buenas políticas, el logro de las metas mundiales en materia climática y del ODS 7 está en riesgo”.

Este ímpetu fue particularmente marcado en la esfera de la energía renovable. En 2010, solo el 37 % de los países incluidos en el informe RISE tenía una meta nacional relativa a la energía renovable. Para 2017, ese porcentaje había aumentado al 93 %; el 84 % de los países había establecido un marco jurídico para respaldar la implementación de fuentes renovables de energía, y el 95 % permitía que el sector privado fuera propietario y administrador de proyectos de energía renovable. Durante el mismo periodo, la proporción de países que habían promulgado leyes nacionales sobre eficiencia energética aumentó del 25 % al 89 %.

En los países con déficit de acceso a la electricidad, los responsables de la formulación de políticas están prestando cada vez más atención a soluciones sin conexión a la red para salvar la brecha. La proporción de países con bajo nivel de acceso que adoptan medidas para fomentar la creación de minirredes y sistemas de energía solar para uso doméstico aumentó de manera espectacular, de aproximadamente un 15 % en 2010 a un 70 % en 2017.

En esos mismos países, sin embargo, el deterioro en la situación fiscal de las empresas nacionales de servicios públicos está poniendo en riesgo el avance. Entre los países con bajo nivel de acceso a la energía, la cantidad de empresas que cumplen con los criterios básicos de capacidad crediticia disminuyó del 63 % en 2012 al 37 % en 2016.

De las cuatro metas que forman parte del ODS 7, el acceso a combustibles limpios para cocinar sigue siendo la más desatendida e infrafinanciada por parte de los responsables de la formulación de políticas. Si bien el informe concluye que hubo una evolución en los marcos normativos desde 2010, se observan pocos avances en cuanto al establecimiento de normas relativas a las cocinas o la oferta de incentivos para estimular a los productores a adoptar tecnologías limpias.

“Ahora existe una gran oportunidad para que los países aprendan unos de otros a fin de acelerar la adopción de buenas políticas”, dijo Puliti. “Por ejemplo, ¿qué ha hecho Kenya para ampliar tan rápidamente el acceso a la electricidad? ¿Cómo hizo India para estructurar sus subastas de energía renovable y ofrecer energía solar a precios bajos sin precedentes? Al mismo tiempo, necesitamos tomar medidas urgentes para subsanar deficiencias cruciales, como las relativas a las empresas de servicios públicos ineficientes, el acceso a combustibles limpios para cocinar y el avance lento en materia de reducción de las emisiones de carbono de los sectores del transporte y la calefacción”, agregó.

El informe RISE 2018: “Policy Matters”  (i) es la segunda edición de RISE (Regulatory Indicators for Sustainable Energy), informe publicado por el Banco Mundial con financiamiento del Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP).

El informe completo, junto con los perfiles detallados de los países evaluados, está disponible en el sitio web http://rise.esmap.org/.


COMUNICADO DE PRENSA N.º 2019/098/EEX

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