Discursos y transcripciones

Soluciones a la inseguridad ciudadana en América Latina y el Caribe

Noviembre 05, 2014

Jorge Familia, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe Conferencia-Taller Internacional Unidos Juntos para la Acción: Colaboraciones para la Prevención del Crimen y la Violencia Juvenil en Las Américas Antigua, Guatemala

Texto preparado para la intervención

La inseguridad ciudadana es hoy una amenaza real a la aspiración de la región de seguir  avanzando por la  senda de la prosperidad con oportunidades para todos los ciudadanos

Buenos días a todos.

·        Sr. Presidente de la República de Guatemala, Sr. Otto Pérez Molina;

·        Distinguidos miembros del presídium;

·        Amigas y amigos,

Me da mucho gusto regresar a Antigua para participar en esta profunda reflexión sobre un tema que preocupa a prácticamente todos los latinoamericanos.

A lo largo y ancho de nuestra región, los distintos niveles de inseguridad generan pérdidas económicas y alteran el estado de ánimo y la cohesión de nuestras sociedades.

Paradójicamente, de la mano del progreso económico y social de la última década, se ha desarrollado una ola de inseguridad que nos afecta a todos.

En la última década hemos visto a la pobreza extrema reducirse a la mitad, y por primera vez en la historia la región tiene ahora más personas de clase media que pobres.

La desigualdad también ha disminuido. De hecho, entre 2005 y 2010 el crecimiento del ingreso del 40% de la población más pobre, con relación al ingreso de la población total, fue mayor en América Latina que en cualquier otra región del mundo.

E incluso ahora con un pronóstico de crecimiento muy inferior a los vistos en los últimos diez años, la región ha logrado, gracias a un prudente manejo macro económico, romper con los ciclos de auges seguidos de profundas crisis, que generaban un notable retroceso económico, perjudicando especialmente a los más pobres.

Y este progreso económico y social que benefició a todos nuestros países en mayor o menor medida contrasta con algunas cifras que resultan alarmantes. Déjenme darles cuatro pequeños datos puntuales que son ilustrativos:

1.     En nuestro país anfitrión Guatemala, los empresarios ubican al delito como una de las cinco principales restricciones a la productividad y el crecimiento, según encuestas del Banco Mundial.

2.     El algunos países de la región, el costo del crimen y la violencia alcanza el 8 por ciento de sus respectivos PIB.

3.     América Latina alberga a cerca del 9% de la población mundial. Sin embarga, padece casi el 30% de los homicidios registrados en el mundo.

4.     30 países de la región tienen tasas de homicidios que superan los niveles que la Organización Mundial de la Salud define como niveles epidémicos. 

Tal vez lo más preocupante es ver como esto afecta a la juventud: la mayoría de las víctimas y victimarios son jóvenes varones de entre 14 y 29 años de edad y mayoritariamente de bajos recursos. Las víctimas no sólo son estadísticas. Las víctimas son:

·        hijos que no podrán ayudar a sus padres,

·        parejas que dejarán a mujeres buscando el sustento de la familia

·        padres que dejarán a sus hijos huérfanos.

La violencia juvenil  responde a varios  factores de riesgo, incluido el consumo de alcohol o drogas, la violencia intrafamiliar, falta de supervisión, malas influencias, y  fácil acceso a armas de fuego. 

Como lo han demostrado varios estudios, la inseguridad ciudadana es un fenómeno  complejo, multidimensional, que no admite una respuesta única. Pero la reducción del crimen y la violencia asociada a éste continúan demandando del éxito de una agenda de desarrollo que genere oportunidades de progreso para más ciudadanos.


Amigas y Amigos,

En estas últimas décadas hemos aprendido mucho sobre la naturaleza del desafío que enfrentamos y el tipo de soluciones que funcionan.  No tenemos todas las respuestas pero contamos con evidencia suficiente como para generar un cambio.

•       Hoy sabemos, por ejemplo, que este problema es multidimensional y por lo tanto requiere de soluciones integrales. La violencia es resultado de una combinación de múltiples factores, que van desde el tráfico de estupefacientes y el crimen organizado, hasta la falta de oportunidades,  y la impunidad producto de sistemas de justicia de credibilidad dudosa, así como factores culturales propios de la sociedad de consumo. 

•       Sabemos también que una respuesta integral debe involucrar a todos. Sí, a los gobiernos locales, las fuerzas del orden y el sistema judicial, pero también a las organizaciones no gubernamentales, las iglesias, el sector privado, los medios de comunicación y la comunidad internacional.

•       Los jóvenes, obviamente, deben ser activos participes en estos esfuerzos. Y por eso es que agradezco especialmente a todos aquellos jóvenes que nos acompañan hoy aquí.

•       Sabemos que  enfocarnos en la prevención del crimen y la violencia no es algo sólo posible, sino necesario. Además es eficiente, ya que evita los costos económicos, sociales y  humanos posteriores.

•       Sabemos, que la violencia se concentra no sólo en ciertas comunidades, sino también en ciertas cuadras de una ciudad y a veces en porciones de dichas cuadras.  Estudios recientes han encontrado que el 10% de las calles pueden concentrar casi el 70% de los crímenes. Hace sentido contar con estrategias focalizadas en esas áreas.

•       También sabemos que una cantidad desproporcionada de las víctimas se concentra en los asentamientos urbanos pobres. Estos asentamientos carecen de acceso a servicios urbanos -- particularmente para jóvenes -- y oportunidades económicas. Se caracterizan por la baja cohesión de la comunidad y altos niveles de exclusión social y juvenil –factores que los tornan más vulnerables a diversas formas de delito y violencia.

Por ello, iniciativas como el Proyecto de Infraestructura Urbana en Guatemala con el Banco Mundial buscan incrementar el acceso a la infraestructura y los servicios urbanos básicos y a reducir los factores de riesgo del delito y la violencia en los municipios que conforman la Gran Mancomunidad del Sur. Este proyecto incluye también la prevención comunitaria de la violencia de género y entre parejas.

Armados del mismo espíritu, y dado que el problema de crimen y violencia no es privativo del mundo en desarrollo, proyectos como el programa de visitas domiciliarias a madres en riesgo, que es una iniciativa en varias ciudades estadounidense, ha logrado una caída del 82% en los arrestos en las madres de bajo ingreso económico  y  del 72% en jóvenes entre 13-16 años.

Otros ejemplos exitosos son los programas deportivos para mejorar las habilidades socio-cognitivas de  jóvenes en riesgo en Chicago, que lograron reducir en sólo un año la tasa de criminalidad violenta de estos jóvenes en 40%, además de mejorar su rendimiento educativo. Así como los programas de reducción de acceso a las armas de fuego y el consumo del alcohol que en Colombia han contribuido a disminuir los homicidios hasta en un 30%.

Quienes queremos impulsar una agenda de cambio tenemos que saber trasladar y adaptar estas buenas prácticas internacionales a los variados y diversos contextos institucionales de  la región.

Tenemos que guiarnos por resultados, y por la evidencia empírica  del impacto de  nuestras  acciones, de manera tal  que nos permita recomendar con más certeza qué funciona y qué no.

Dije con anterioridad que a un problema multi-dimensional, que ataca todos los rincones de la sociedad  hay que responder entre  todos y con todo. Por ello, la Red de Soluciones a la Violencia, RESOL-V, inaugurada el año pasado en Cali, Colombia, debe seguir fortaleciéndose. Se trata de una alianza internacional para compartir el conocimiento y ayudar a identificar, diseñar e implementar soluciones en materia de seguridad ciudadana.

El crimen y la violencia representan hoy una amenaza para el desarrollo, la convivencia democrática y la cohesión social en América Latina. Es un tema que trasciende la política, y que debe convertirse en una preocupación de interés nacional o de Estado.

Juntos podemos frenar esta espiral de inseguridad.

Juntos podemos poner por delante los intereses de toda la sociedad.

Juntos podemos construir un futuro de paz y seguridad para todos.

Es hora de actuar.

Muchas Gracias



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