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Discursos y transcripciones Noviembre 21, 2020

Palabras de David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, en la cumbre de los líderes del Grupo de los Veinte (G-20)

Muchas gracias, Su Alteza. Me da gusto verlos hoy aquí. Estos son tiempos difíciles y es importante que nos reunamos y trabajemos juntos.

Si bien algunos países se están recuperando, la pandemia aún provoca consecuencias terribles, se pierden vidas y los niveles de pobreza aumentan marcadamente. La desigualdad y el cambio climático generan inestabilidad política y agravan la fragilidad, las crisis de los refugiados y la violencia contra las mujeres.

La cooperación internacional nunca ha sido tan importante. Gracias a su apoyo, el Grupo del Banco Mundial está en camino de ofrecer un monto récord de financiamiento para cumplir con el compromiso de proporcionar USD 160 000 millones. En el trimestre que finalizó el 30 de septiembre duplicamos el volumen de desembolsos respecto de las cifras del año pasado. Asimismo, estamos maximizando las donaciones para las personas y los países más pobres.

Implementamos programas de respuesta a la COVID en 112 países utilizando un mecanismo de vía rápida que ahora permite financiar la compra y distribución de vacunas. Nuestro nuevo mecanismo dotado de USD 12 000 millones tiene como objetivo apoyar la vacunación segura de 1000 millones de personas. Estamos avanzando con rapidez en las evaluaciones que llevamos adelante en 100 países referidas al grado de preparación para la aplicación de la vacuna.

Asimismo, trabajamos para lograr una recuperación más verde y sostenible. Durante los últimos cinco años, el Grupo Banco Mundial ha sido el mayor inversionista internacional en financiamiento relacionado con el clima. Bajo mi presidencia, el Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) han invertido más que en ningún otro momento de nuestra historia en iniciativas relacionadas con el clima. De cara al futuro, tenemos la intención de seguir cumpliendo nuestras ambiciosas metas de financiamiento relacionado con el clima y trabajar para mejorar los resultados que ayuden a los países a cumplir con sus contribuciones determinadas a nivel nacional y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para los países más pobres, que son los que menos carbono emiten, la adaptación al clima es de vital importancia. Ayer me reuní con los presidentes de los países de América Central para analizar los efectos devastadores de los huracanes y las inundaciones, y nuestra respuesta a la crisis.

Me ha dado mucha satisfacción ver los progresos que ha hecho el Grupo de los Veinte (G-20) en lo que respecta a la transparencia y el alivio de la deuda. Estos son pasos importantes y positivos para el desarrollo, y me alegra ver respuestas constructivas de los principales acreedores. Los compromisos asumidos por el presidente Xi y los anuncios formulados la semana pasada son valiosos y muy bienvenidos. La reducción y la transparencia de la deuda posibilitarán la inversión productiva, elemento clave para lograr una recuperación más rápida, más sólida y más duradera. Por supuesto, es necesario avanzar más en esta área, como señalaron los presidentes Putin y von der Layen, así como otros participantes aquí hoy.

Los problemas de deuda son cada vez más frecuentes, por ejemplo, en Chad, Angola, Etiopía y Zambia, donde, debido a la ausencia de un mecanismo de alivio más permanente, las perspectivas de pobreza siguen siendo sombrías. Tenemos que evitar que, por hacer muy poco ahora, suframos luego incumplimientos desordenados y reestructuraciones repetidas, como en la década de 1980.

Estamos trabajando en estrecha colaboración con ustedes para abordar los entornos de fragilidad, conflicto y violencia, como los del Sahel, Somalia, Líbano, Gaza y la Ribera Occidental, y muchos otros. En Sudán, confío en que la regularización de atrasos podrá avanzar rápidamente. Esta medida se vuelve aún más urgente en vista del ingreso de refugiados provenientes de Etiopía, y permitirá que el país comience a recibir un volumen considerable de financiamiento del Banco Mundial casi en forma inmediata.

A pesar de estos desafíos, hay motivos para el optimismo. Como nos recordó el primer ministro Morrison, mañana puede ser mejor que hoy. Las recientes noticias sobre las vacunas resultan prometedoras. Y esta crisis, única en 100 años, ha demostrado que la historia no se repite exactamente, porque la humanidad aprende de sus errores. La desigualdad del impacto ha sido trágica, pero podemos abreviar la desaceleración y construir una base sólida que permita elevar a todos los países y a todas las personas. Muchas gracias a nuestros anfitriones sauditas por el trabajo que han realizado en el G‑20 este año, y esperamos apoyar nuevos avances el año próximo, durante la presidencia de Italia. 

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