Uso sostenible de las aguas subterráneas y conservación del suelo

Abril 15, 2014


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Arando los campos.

Foto: Curt Carnemark / Banco Mundial

Con la ayuda de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y el Fondo Japonés de Desarrollo Social, Yemen ha prestado servicios a más de 39 000 agricultores a través de 2500 grupos de usuarios de agua y ha protegido las cuencas hidrográficas para casi 5000 hectáreas de tierra. En junio de 2012, había provisto irrigación con aguas subterráneas para un total de 50 868 hectáreas, un área que representa a 12 003 granjas.

Desafío

A pesar de ser un país predominantemente rural —el 68 % de su población vive en áreas rurales—, donde la principal actividad económica y fuente de ingresos y de empleo sigue siendo la agricultura de regadío, Yemen estaba sufriendo una rápida disminución de sus recursos de aguas subterráneas. La disponibilidad per cápita de agua era 115 metros cúbicos por año en comparación con 1250 metros cúbicos en los países de Oriente Medio y Norte de África (MENA), mientras el resto del mundo cuenta en promedio con 7500 metros cúbicos. Si no se tomara ninguna medida, la ya escasa disponibilidad de agua se reduciría gradualmente hasta volúmenes insostenibles de 65 metros cúbicos anuales para 2031. Además, los agricultores no tenían, o apenas tenían, prácticas de gestión del agua en las fincas que ayudaran a minimizar el consumo. Por lo tanto, el agotamiento de las aguas subterráneas tuvo un impacto directo en la pobreza, el empleo y el orden social. 

Solución

El Proyecto de Conservación de las Aguas Subterráneas y el Suelo tuvo como objetivo ayudar al Gobierno de Yemen  a promover la protección de las aguas subterráneas en las zonas de cultivo y aumentar la disponibilidad tanto de estas como de las aguas superficiales. El proyecto buscaba aumentar el uso eficiente del agua de riego y por consiguiente incrementar el rendimiento del agua para los agricultores y crear las condiciones que les permitirían a estos reducir la extracción de agua subterránea de los acuíferos. También se centró en mejorar la recarga y la protección de las cuencas hidrográficas con el fin de aumentar la disponibilidad de aguas superficiales y subterráneas. Otro punto de atención del proyecto fue apoyar el marco de gestión de las aguas subterráneas y a las instituciones con el fin de proporcionar incentivos y capacidades para administrar los recursos hídricos locales de manera sostenible.

Resultados

Muchos de los agricultores que recibieron apoyo del proyecto han recibido beneficios sustanciales, lo que ayudó a reducir los costos y mejorar los rendimientos. Los agricultores más pequeños obtuvieron mayores subsidios, mientras que los agricultores más grandes consiguieron un tope máximo dependiendo del área respectiva. Además del ahorro de más de 80 millones de metros cúbicos anuales de aguas subterráneas, las inversiones del proyecto permitieron un mejoramiento notorio de los  ingresos familiares de los beneficiarios, el que se tradujo en un aumento de 13,8 % a 27 % por encima de los niveles previos. Además, la tasa de rendimiento económico subió de 16,6 % en el momento de la evaluación inicial del proyecto a 36,4 %. Por otra parte, el valor neto actualizado llegó a 13 700 millones de riales (US$62,3 millones) en comparación con 2270 millones de riales en el momento de la evaluación inicial. El aumento de la producción de las granjas beneficiarias y la reducción en los costos de producción (principalmente por el descenso de 16 % de la extracción de aguas subterráneas trajeron como resultado un aumento de 43 % en la productividad del agua bombeada (de 53 riales de valor neto de la producción por metro cúbico de agua extraída a 76 riales).

Contribución del Grupo del Banco Mundial

Un monto total de US$54,2 millones fue desembolsado de un crédito de la AIF de US$40 millones y un crédito adicional de la AIF de US$15 millones para completar el proyecto. Además, el Fondo Japonés de Desarrollo Social (JSDF, por sus siglas en inglés) entregó US$1,1 millones para apoyar tres planes piloto que demostraron con éxito la gestión sostenible de los recursos de aguas subterráneas por parte de las comunidades. 

Asociados

El proyecto fue implementado por la unidad de coordinación del proyecto (PCU, por sus siglas en inglés) establecida en el Ministerio de Agricultura y Riego. En el marco de la PCU, se crearon 10 unidades en terreno para llevar a cabo la supervisión diaria de las actividades del proyecto en las provincias seleccionadas. La Universidad de Saná participó en el proyecto como organismo ejecutor de las actividades financiadas por el JSDF. A través de la implementación de este proyecto, el Banco jugó un papel destacado en el manejo de la irrigación y los recursos hídricos en Yemen y condujo la discusión de la Estrategia Nacional del Sector del Agua y el Programa de Inversiones con el Gobierno en colaboración con otros asociados en el desarrollo, entre ellos el Organismo Alemán de Cooperación Internacional (GIZ, por sus siglas en alemán), el Banco Alemán de Desarrollo (KfW), los Países Bajos y el Organismo Japonés de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés).

Próximos pasos

El proyecto fue ampliado gracias a un financiamiento adicional de US$15 millones. Además, posteriormente se aprobó un préstamo de US$90 millones para el  Proyecto de Apoyo al Sector del Agua, una iniciativa de carácter nacional cofinanciada por el KfW y los Países Bajos.

Beneficiarios

El proyecto promovió el riego por goteo con cubetas entre las mujeres para ser usado en los huertos caseros destinados a aumentar la alimentación de las familias pobres. Este aspecto del proyecto fue adoptado posteriormente por un proyecto de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). En el caso de los sistemas entubados para transportar agua, el 94 % de los agricultores informaron que obtuvieron mayores ingresos, y 80 % señaló lo mismo en el caso de los sistemas de riego localizado en las granjas. En promedio, los agricultores ahorraron 46 % en los costos de bombeo, 39 % en combustibles diésel y 54 % en mano de obra. Unos pocos agricultores —4 % para los sistemas entubados y 9 % para los sistemas de riego ubicados en las fincas— indicaron que el proyecto tuvo un positivo impacto en los niveles de aguas subterráneas. En relación con la sostenibilidad, los agricultores ya han comenzado a mantener por sí mismos los sistemas de riego entubados y localizados en las fincas. En términos de impactos a largo plazo, se ha desarrollado una asociación para solucionar problemas con los agricultores, especialmente en lo que respecta a los sistemas entubados. Los agricultores manifestaron que las ventajas principales estaban en el menor uso de mano de obra, mayor producción y ahorro de agua, e incluso beneficios mayores en el caso de los sistemas de irrigación localizados en las explotaciones agrícolas.




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