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Reseña de resultados Enero 10, 2018

Uruguay adquiere un seguro contra la falta de lluvia y los altos precios del petróleo

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UTE


Un seguro climático de US$450 millones protegió a la empresa de energía eléctrica uruguaya, la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE), de su exposición ante las sequías y los altos precios del petróleo. Más del 80% de la energía eléctrica del país es hidráulica, por ende, cuando descienden los niveles de agua, la empresa se ve obligada a generar electricidad de fuentes térmicas, consumiendo combustibles fósiles. Si bien en última instancia el seguro no fue activado, la transacción protegió al gobierno uruguayo y en definitiva a los consumidores - los más vulnerables en términos individuales - ante el impacto de la escasez de lluvia y la volatilidad en el precio del petróleo.

Desafío

Uruguay es vulnerable al clima y a la fluctuación de los precios de los commodities, en particular a la volatilidad en el precio del petróleo. Más del 80% de la energía eléctrica del país tiene origen hidráulico, así que cuando la falta de lluvias hace descender el nivel del agua en las represas, UTE, la empresa pública de electricidad uruguaya, debe recurrir a la generación térmica, que es más costosa y requiere petróleo.

Asimismo, cuando el precio del petróleo es elevado, los costos de generación aumentan y se vuelven una carga financiera para los consumidores, así como para el presupuesto nacional, dado que el Estado le brinda apoyo financiero a UTE. En 2012, el costo de satisfacer la demanda de electricidad llegó a un récord de US$1400 millones, muy por encima de las proyecciones iniciales de UTE de $953 millones.

En diciembre de 2013, en búsqueda de soluciones prácticas a estos complejos problemas financieros, el Banco Mundial anunció la ejecución de una transacción de seguro contra el clima y el precio del petróleo de US$450 millones para la empresa eléctrica uruguaya, asegurando a UTE durante los 18 meses subsiguientes frente a las sequías y los altos precios del petróleo.

Enfoque

El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) - el brazo del Grupo Banco Mundial que proporciona préstamos, garantías, productos de gestión de riesgos, y servicios de asesoría a los países de ingreso mediano y a los países de ingreso bajo con capacidad crediticia - inició un diálogo con el gobierno de Uruguay y UTE en 2009, tres años antes de la crisis, buscando anticiparse y hallar soluciones específicas para reducir la vulnerabilidad del país a la volatilidad en el costo de la generación eléctrica. Esto formó parte de una estrategia a largo plazo para diversificar la matriz energética del Uruguay, de una predominantemente hidroeléctrica a una de fuentes alternativas de energía, como la eólica y la biomasa. Mientras esta estrategia de diversificación se estaba llevando a cabo, la transacción de derivados climáticos proporcionó una cobertura financiera de corto plazo ante las sequías y el precio del petróleo.

Resultados

No es fácil medir el universo total de beneficiarios, dado que los beneficios indirectos no siempre se reflejan de manera clara. Los beneficios muchas veces solo quedan en evidencia cuando el seguro es activado. Las bajas precipitaciones y el elevado precio del petróleo durante 2008-9 le costaron al gobierno uruguayo más de US$450 millones (o más del 1% del PIB uruguayo de entonces). Se calcula que una sequía tan severa como la que sufrió el país en la década de 1950 costaría más de US$1000 millones.

El seguro le brindó a Uruguay la seguridad de que no estaría expuesto a obligaciones fiscales tan onerosas, generando espacio para una gestión fiscal apropiada y responsable. Además de proporcionarle certidumbre en los costos y estabilidad presupuestaria a la empresa eléctrica del Estado, el seguro también protegió a los consumidores de electricidad (en especial a los más vulnerables) de los aumentos súbitos del precio, dado que el impacto fiscal fue amortiguado.

Esta fue la mayor transacción en el mercado de gestión de riesgos climáticos y la primera vez que una empresa de servicios públicos utilizó este tipo de herramienta de gestión de riesgos. Es importante advertir que este contrato forma parte de un marco legislativo más amplio aprobado por el gobierno uruguayo tendiente a reducir las vulnerabilidades de UTE, incluidos fondos de estabilización y financiamiento de contingencia con bancos privados.

Contribución del Grupo del Banco

La participación del Banco Mundial es esta transacción fue impulsada por su compromiso por reducir la vulnerabilidad ante obligaciones contingentes como desastres naturales, trastornos en los precios de los commodities y otros riesgos. La intermediación del Banco Mundial conlleva un número de ventajas que han ayudado a UTE a reducir el costo de la cobertura. Éstas incluyen la capacidad de:

  • Valerse de la experiencia, presencia en el mercado, prestigio internacional y un demostrado poder de convocatoria en operaciones similares (p. ej., derivados meteorológicos para Malawi, Bono CAT en México, Mecanismo de Seguros contra Riesgos Catastróficos del Caribe, Programa Piloto de Seguros contra Riesgos Catastróficos del Pacífico, etc.) para atraer un número de inversores interesados en participar de esta innovadora transacción. 
  • Fortalecer la confianza del mercado en la operación y los protocolos asociados a la recopilación de datos. 
  • Obtener mejores términos en el mercado gracias a nuestra calificación crediticia AAA, capacidad de reducir el riesgo crediticio y de transferir el beneficio de esos términos a UTE.

Socios

El Banco Mundial (Tesoro) actuó como intermediador, es decir que en una parte de la transacción nos asociamos con UTE, y por la otra con aquellos operadores de mercado seleccionados de manera competitiva que asumieron el riesgo (el fondo de cobertura Nephila, la compañía de seguros Allianz y la compañía de reaseguros Swiss Re). Ambas partes de la operación firmaron contratos que operaron en base a un principio de mutuo respaldo, con términos financieros que se asemejaban entre sí.

Hacia adelante

Esta transacción puede reproducirse en otros países con retos similares. El Banco Mundial puede ejecutar dichas transacciones en un número de sectores —ya sea relacionados a la energía, agricultura u otros tipos de gestión de riesgos ante desastres— para entidades soberanas, subnacionales o empresas públicas en países del BIRF y la AIF.

El gobierno uruguayo consideró a los derivados meteorológicos como una herramienta que puede utilizarse para fortalecer la capacidad de recuperación del sector energético en el corto a mediano plazo, mientras se embarcaba en un plan a largo plazo para diversificar su base generadora invirtiendo en energía eólica y gas natural. Más allá del progreso de Uruguay en la diversificación de su matriz energética, un aumento significativo en el precio del petróleo aún podría obligar al gobierno a desviar recursos de áreas prioritarias para responder a necesidades inmediatas.

Con esta operación, el BIRF llevó a cabo su primera transacción soberana de cobertura petrolera en 2016, mientras que Uruguay se convirtió en el primer Estado en ejecutar una cobertura de materias primas con el Banco Mundial.