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La tecnología, la globalización y el futuro del desarrollo impulsado por el sector manufacturero: aprovechar las oportunidades en los países en desarrollo

Mensajes principales

  • Las nuevas tecnologías, que incluyen la robótica avanzada, la automatización industrial y la impresión 3D, están cambiando el panorama del sector manufacturero en el mundo.
  • La vía tradicional de los países en desarrollo para estimular su crecimiento, basada en la industria manufacturera, podría estar en riesgo ya que los criterios para convertirse en un lugar de producción atractivo están cambiando.
  • Si bien existen desafíos, los países en desarrollo siguen teniendo oportunidades, siempre y cuando los Gobiernos adopten políticas adecuadas en tres esferas: competitividad, capacidades y conectividad (las 3C).

The World Bank
Washington, 20 de septiembre de 2017 -- A lo largo de la historia, los países de ingreso bajo han dependido del sector manufacturero como un motor central de desarrollo, ya que proporciona empleos para trabajadores poco calificados, ayuda a aumentar la productividad e impulsa el crecimiento económico. Sin embargo, en la actualidad pocos países obtienen buenos resultados en sus sectores manufactureros y cadenas mundiales de valor. En 2015, el 55 por ciento de los productos manufacturados del mundo se producía en países de ingreso alto. China, el mayor productor mundial, representaba otro 25 por ciento. ¿Dónde están los otros países?

En un nuevo informe de la Práctica Global sobre Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial titulado Trouble in the Making? The Future of Manufacturing-Led Development (¿Dificultades en ciernes? El futuro del desarrollo impulsado por el sector manufacturero), se explica que los criterios para convertirse en un lugar atractivo para la producción están cambiando. Las empresas, que alguna vez tuvieron interés en instalarse en lugares con bajos costos laborales, están comenzando a preferir sitios donde pueden aprovechar mejor las nuevas tecnologías.

The World Bank
 

How can developing countries continue to advance and reduce poverty when technology and globalization are changing manufacturing? View full graphic>>

La adopción cada vez mayor de la automatización industrial, la robótica avanzada, las fábricas inteligentes, la Internet de las cosas y la impresión 3D están transformando el proceso de producción. “El uso de nuevas tecnologías para producir productos manufacturados tradicionales será perturbador para las economías en desarrollo, ya sea que utilicen o no esas nuevas tecnologías”, dijo Mary Hallward-Driemeier, asesora económica senior de la Práctica Global sobre Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial y coautora del informe. “Si la mano de obra representa un porcentaje más bajo de los costos, es posible que se registre más producción en los países más ricos, más cerca de los consumidores. Menos empresas se trasladarán a lugares donde los costos sean más bajos y las compañías locales enfrentarán una fuerte competencia. Pero no todas las noticias son malas. También hay nuevas oportunidades, y esa parte de la historia requiere mayor atención”.

El modelo es conocido: en algunos sectores, los robots y otros avances tecnológicos están automatizando los trabajos que antes eran realizados exclusivamente por personas. En China, por ejemplo, se prevé que las fábricas instalarán más de 400 000 robots industriales antes de fines de 2018, la cifra más alta en cualquier país del mundo. FoxConn —la empresa conocida por producir productos de Apple y Samsung en la provincia china de Jiangsu— reemplazó recientemente a 60 000 obreros chinos por robots industriales.

Al reducir la importancia relativa de los salarios, la robótica y las fábricas “inteligentes” pueden cambiar lo que los lugares de producción necesitan para competir en los mercados mundiales de productos manufacturados. Philips en los Países Bajos y Adidas en Alemania son dos empresas que recientemente volvieron a producir máquinas de afeitar y zapatillas deportivas en sus propios territorios, para estar más cerca de los consumidores finales. En cada uno de estos casos, las nuevas fábricas impulsadas por la tecnología generaron ahorros en los costos en comparación con las plantas ubicadas en el exterior y que se vieron impulsadas por una fuerza laboral con salarios más bajos.

Al mismo tiempo, los cambios en la economía mundial presentan otros desafíos. El posible crecimiento de las manufacturas podría disminuir debido a factores tales como la débil demanda de importaciones causada por la desaceleración del comercio tras la crisis financiera de 2008, la disminución del comercio de piezas y componentes, la constante expansión de China en el extremo inferior de las cadenas de valor mundiales y el resurgimiento del proteccionismo.

La intersección de estas tendencias en la tecnología y el comercio determina dónde y cómo se realiza la producción, dónde se crean diferentes tipos de empleo y el alcance de las oportunidades económicas en todo el mundo. Existe el riesgo de que el sector manufacturero ya no ofrezca una trayectoria de crecimiento accesible para los países de ingreso bajo.

No obstante, según el informe The Future of Manufacturing-Led Development el futuro no es completamente negativo. Los informes de los medios de comunicación sobre las pérdidas masivas de trabajos debido a la automatización, si bien son dramáticos, pueden ser también exagerados en los países en desarrollo. De hecho, de acuerdo al documento, la automatización podría tener una incidencia modesta de entre un 2 % y un 8 % en los empleos de hoy en las economías en desarrollo. La mayor incógnita, según el documento, son “los empleos del mañana”. Por un lado, existe un riesgo real de que los países pierdan trabajos que nunca serán creados. Por otro lado, las nuevas tecnologías podrían también derivar en ocupaciones completamente nuevas que no se pueden predecir hoy en día.

Los países necesitan de todas maneras enfrentar los costos del cambio. Sin embargo, para facilitar el desarrollo, se debería poner más atención en posicionar a las empresas y los trabajadores para aprovechar las nuevas oportunidades. Este trabajo [informe] ayuda a cambiar el enfoque sobre qué se necesita hacer en este ámbito crucial.
Anabel Gonzalez
Directora Superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial

Pese a los crecientes obstáculos que las economías enfrentan para ser competitivas a nivel mundial, existen oportunidades en el futuro para los países en desarrollo. La producción de bienes comercializables como productos textiles, indumentaria y calzado sigue demandando mucha mano de obra y no cuenta todavía con demasiada automatización. Etiopía se ha convertido en un nuevo centro de la industria textil, atrayendo grandes inversiones de China y siendo proveedor de marcas europeas importantes como H&M.

Las manufacturas basadas en productos básicos, como la elaboración de alimentos, los productos de madera y de papel, y los metales básicos seguirán siendo un punto de entrada para los países menos industrializados. Brasil es un país que ha sobresalido en esta esfera, produciendo exportaciones por un monto de USD 44.200 millones en 2016.

Por último, los servicios que se relacionan con los negocios —como los centros de llamadas (servicios telefónicos de atención al cliente) y los centros de datos— y los que se relacionan con productos manufacturados —como el diseño, la comercialización y la distribución— son otra esfera donde los países en desarrollo pueden aprovechar las oportunidades futuras. Por ejemplo, Filipinas, que ha tenido gran éxito con los centros de llamadas, se ha convertido en un centro de servicios para empresas transnacionales, dando empleo a un millón de trabajadores con un valor estimado de USD 18.000 millones por concepto de exportaciones.

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“Los países necesitan de todas maneras enfrentar los costos del cambio. Sin embargo, para facilitar el desarrollo, se debería poner más atención en posicionar a las empresas y a los trabajadores para aprovechar las nuevas oportunidades. Este informe ayuda a cambiar el enfoque sobre qué se necesita hacer en este ámbito crucial”, dijo Anabel González, directora senior de la Práctica Global sobre Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial.

¿Cómo pueden los países prepararse para el cambio? En el informe se recomienda un programa de políticas centradas en tres esferas (las 3C): competitividad, capacidades y conectividad.

  • Competitividad: es necesario pasar de un enfoque en los salarios bajos a consideraciones más amplias relacionadas con el entorno empresarial, el imperio de la ley y el uso de la tecnología para realizar transacciones financieras que ayuden a desarrollar ecosistemas sólidos.
  • Capacidades: es necesario dotar a los trabajadores con nuevas aptitudes, crear empresas más sólidas y desarrollar la infraestructura para adoptar las nuevas tecnologías.
  • Conectividad: es necesario mejorar la logística y limitar las restricciones comerciales sobre los productos manufacturados y los servicios.

El sector manufacturero seguirá formando parte de las estrategias de desarrollo, pero es probable que su contribución al crecimiento sea menor que en el pasado. La posibilidad de atraer el proceso de producción y permitir que las empresas locales usen nuevas tecnologías se está volviendo cada vez más difícil. Mientras los países se adaptan al cambiante entorno económico mundial, resulta urgente cumplir con el programa de políticas. “El cambio genera ganadores y perdedores”, señaló Gaurav Nayyar, economista  de la Práctica Global sobre Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial y coautor del informe. “Los encargados de formular políticas deben identificar vías concretas a través de las cuales los países en desarrollo puedan posicionarse para enfrentar las perturbaciones provocadas por la tecnología y aprovechar la globalización. No estar bien preparados puede resultar costoso y el exceso de confianza no es opción”.