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Panorama general

Los recursos naturales proporcionan empleo a cientos de millones de personas y medios de subsistencia a miles de millones más. Cuando se administran bien, los recursos naturales renovables, las cuencas hidrográficas, los paisajes terrestres productivos y los paisajes marinos pueden ser la base del crecimiento sostenido e inclusivo, la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y el bienestar humano.

La triple crisis ambiental del cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación está comenzando a revertir décadas de avances en el desarrollo en algunos países, y a desacelerar el progreso en otros. El desarrollo y el crecimiento económicos ya no pueden producirse a expensas del capital natural del planeta. Abordar los factores que impulsan la degradación ambiental y la pérdida de la naturaleza es esencial para poner fin a la pobreza en un planeta habitable. Un medio ambiente saludable también es fundamental para garantizar que las personas puedan llevar una vida sana y productiva, y que los recursos públicos y privados se destinen a inversiones para promover el desarrollo en lugar de solucionar la contaminación. Los ecosistemas del mundo regulan además el aire, el agua y el suelo de los que todos dependemos y constituyen un mecanismo de defensa único y eficaz en función de los costos contra los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático.

Para lograr un crecimiento sostenible es necesario que se integren mejor las medidas ambientales, climáticas y de desarrollo, tal como se destaca en los últimos compromisos mundiales, entre ellos el Marco Mundial de la Diversidad Biológica aprobado en diciembre de 2022 en la COP15 (i). Para que esto ocurra, los países necesitan una mejor gestión de los recursos naturales, políticas fiscales favorables al medio ambiente, mercados financieros más verdes y programas eficaces de gestión de desechos.

En particular, los programas relativos a la naturaleza y al cambio climático son complementarios, y las sinergias existentes deben aprovecharse para promover un desarrollo verde, resiliente e inclusivo. Los beneficios de una política inteligente con respecto a la naturaleza aumentan considerablemente cuando se tienen en cuenta los servicios de secuestro de carbono (i).

Es preciso prestar una mayor atención para garantizar que la naturaleza se convierta en un motor del desarrollo económico y social. Las inversiones en la naturaleza impulsan la recuperación económica al crear empleo, atender las necesidades de las comunidades más pobres y generar resiliencia a largo plazo.

Última actualización: Sept 15, 2023

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Ciudad de Washington
Hannah McDonald-Moniz