Panamá es reconocido por su rica diversidad y variedad de ecosistemas, que incluyen selvas tropicales, bosques nubosos y numerosas islas en los océanos Atlántico y Pacífico. El país también es conocido por su sostenido crecimiento económico y su papel como centro logístico internacional. Sin embargo, estas ventajas coexisten con profundas desigualdades sociales y territoriales.
Aunque ha habido avances en la reducción de la pobreza, la desigualdad persiste, particularmente entre las áreas urbanas y rurales, y entre la población indígena y el resto del país. Una gran parte del empleo se concentra en sectores de baja productividad y alta informalidad, lo que limita la movilidad social y el acceso a la protección social.
El acceso a servicios públicos de calidad —como educación, salud, agua y saneamiento— sigue siendo desigual, afectando a comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes. Las mujeres, especialmente las mujeres indígenas, enfrentan mayores barreras para acceder a la educación, el empleo y los servicios básicos, lo que perpetúa las brechas de género y limita el desarrollo de su potencial.
Panamá enfrenta importantes desafíos ambientales: las presiones ambientales y los desastres naturales amenazan sectores clave como el Canal, la energía, el turismo y la agricultura, con el mayor impacto en las comunidades vulnerables. La gestión sostenible de los recursos naturales y la adaptación al cambio climático son esenciales para el futuro del país.
A un año del gobierno de José Raúl Mulino, las presiones fiscales, la incertidumbre por el cierre de la mina y los riesgos de sequía que podrían afectar los ingresos del Canal presentan desafíos importantes. Para superarlos, es esencial fortalecer las instituciones, mejorar la gestión pública, invertir en capital humano y promover un crecimiento inclusivo y resiliente. De esta manera, Panamá podrá avanzar hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.
Última actualización: Oct 06, 2025