ARTÍCULO

Asia meridional: ¿es necesario implementar políticas fiscales anticíclicas?

Junio 09, 2009


TITULARES
  • ¿Son necesarias las políticas fiscales anticíclicas?.
  • El gasto en infraestructura puede constituir un estímulo eficaz.
  • Asia meridional debería ampliar los sistemas de protección social.

9 de junio de 2009 — La crisis financiera mundial en curso redujo las perspectivas de crecimiento de Asia meridional para 2009-10 de manera significativa. “El temor inicial a una inflación elevada ha sido reemplazado por tasas de crecimiento decrecientes y el consiguiente impacto en los pobres de Asia meridional”, dijo Ejaz Ghani, asesor económico de la Oficina Regional de Asia meridional del Banco Mundial. El segmento más pobre de la población es más vulnerable a las fases descendentes de la economía.

A diferencia de las economías desarrolladas, los países del sur de Asia no cuentan con estabilizadores automáticos o sistemas de protección social que entran en vigor para minimizar los efectos negativos de las desaceleraciones económicas”, agregó. Por ello, lo que deben analizar las autoridades normativas de Asia meridional es la manera de emplear políticas fiscales discrecionales para impulsar la demanda y proteger el crecimiento, en consonancia con la estabilidad macroeconómica a mediano plazo. “Debido a los altos niveles de deuda pública, las opciones con que cuenta la mayoría de los países del sur de Asia resultan limitadas”.

En el caso de los países desarrollados, las medidas fiscales discrecionales fueron en general anticíclicas - es decir, se redujeron los impuestos y se aumentó el gasto durante las fases descendentes a fin de impulsar el crecimiento y la recuperación económica. Desafortunadamente, en las economías emergentes se tiende a implementar medidas fiscales pro cíclicas. Los gobiernos son demasiado condescendientes para introducir políticas fiscales más estrictas en épocas buenas, lo que deja menos margen para aplicar un estímulo fiscal durante las crisis.

Para hacer uso apropiado del estímulo fiscal de manera que proteja a los pobres y al crecimiento, los países del sur de Asia deben responder las siguientes tres preguntas”, dijo Ghani.

En primer lugar, ¿son necesarias las políticas fiscales anticíclicas en Asia meridional?

En segundo lugar, ¿qué proporción del estímulo fiscal debería ser invertido en infraestructura humana y física, como las redes de protección social?

En tercer lugar, ¿hay una estrategia de salida?, y dichas políticas, ¿cumplirán con el triple requisito de ser oportunas, temporarias y dirigidas a grupos específicos, a fin de asegurar el éxito del programa de estímulo fiscal?

¿Son necesarias las políticas fiscales anticíclicas?

En las condiciones actuales de restricción del crédito, una política monetaria laxa resulta menos eficaz en la protección del crecimiento. Cabe mencionar la experiencia de los Estados Unidos, donde la Reserva Federal partió de la distensión monetaria, seguida sin tardanza de estímulo fiscal por parte del Departamento del Tesoro. “No obstante, las políticas fiscales discrecionales son en general de llegada más lenta que las políticas monetarias, que conllevan cambios en las tasas de interés y tipos de cambio”, dijo Ghani.

Es posible que los países de Asia meridional hayan perdido la oportunidad de fortalecer su situación fiscal durante las épocas buenas, lo que hubiera aumentado su capacidad de contrarrestar las fases descendentes de la economía. La cronología es esencial. Cualquier política anticíclica debe ser adaptada a las condiciones de cada país, y la capacidad de asumir políticas fiscales anticíclicas depende de la capacidad del país para financiar el déficit fiscal resultante, lo que es más sencillo cuando la deuda pública es baja y los saldos externos están en buenas condiciones.

Los países deben cuidar que los paquetes fiscales que introducen para fomentar la actividad económica durante una caída sean cancelados cuando comienza la suba. “Si las medidas fiscales se vuelven permanentes, la deuda pública empieza a subir”, advirtió Ghani.

Es fundamental proteger el gasto público central en infraestructura social y física frente a la disminución de los ingresos. Posiblemente sea necesario aumentar el gasto destinado a los grupos vulnerables. Esto requeriría la reasignación de gastos de otras áreas, como así también una mayor dependencia de préstamos y donaciones. No obstante, será siempre una propuesta arriesgada, especialmente para países que tienen un historial débil de control de gastos y donde existen temores de inflación, ya que una vez que se introducen tales gastos es difícil revertir la situación.

El gasto en infraestructura puede constituir un estímulo anticíclico eficaz en Asia meridional.

El gasto público anticíclico en infraestructura tal como carreteras, escuelas y hospitales es una herramienta eficaz para proporcionar las bases de una pronta recuperación y la creación de empleos. No obstante, ya se hizo sentir en toda la región de Asia meridional un descenso importante de la disponibilidad de financiamiento internacional destinado a la infraestructura. Las reformas específicas de las políticas de infraestructura dependerán de las condiciones fiscales de cada país en particular. Países como Paquistán y Sri Lanka tendrán menos opciones por su falta de espacio fiscal.

La dificultad principal que enfrentan los proyectos de infraestructura más importantes es el proceso prolongado que requiere su preparación, diseño, construcción y revisión. Además, los países no deberían canjear la posibilidad de un crecimiento sostenible a largo plazo por beneficios a corto plazo. Las inversiones en infraestructura deberían ser sometidas a un cuidadoso análisis económico y de gobierno para asegurar que son económicamente sólidas a largo plazo y que los fondos no son utilizados de manera indebida. Como parte de sus políticas fiscales anticíclicas, Asia meridional debería ampliar los sistemas de protección social Los programas de protección social en Asia meridional tienen muchas imperfecciones que les impiden llegar a las personas más pobres y a los hogares afectados por desastres. Bhután y Afganistán no tienen sistemas públicos de protección social, Sri Lanka y Nepal tienen uno o dos programas de protección social basados en transferencia de efectivo. En el extremo opuesto se encuentran India y Bangladesh, que cuentan con varios programas de protección social. La cobertura de los programas es variable. En Paquistán alcanza a un 2% de la población, mientras que en India cubre a un 30% y en Sri Lanka casi a un 40% de la población.

No obstante, algunos de estos programas de protección social no benefician eficazmente a los segmentos más pobres de la sociedad. “En muchos de estos programas existen fugas y distorsiones importantes. Los controles de precios de los alimentos le quitan incentivo a los agricultores para aumentar la producción. Las exenciones de préstamos debilitan al sector financiero. Estas políticas no son buenas para las personas pobres pero tampoco son buenas para el crecimiento. Las autoridades deberían pensar seriamente en programas de transferencia de efectivo”, dijo Ghani.

La experiencia mundial muestra que los países con sistemas de protección social dirigidos estratégicamente a las personas más pobres tienen más éxito en su reacción ante la crisis. Es más fácil ampliar un programa de protección social ya existente que diseñar uno nuevo, especialmente como reacción ante una crisis actual.

Estímulo fiscal: oportuno, dirigido y temporario

Un programa de estímulo fiscal para contrarrestar una fase descendente de la economía debe tener las tres cualidades para ser eficaz; debe ser oportuno, temporario y dirigido a grupos específicos, según Larry Summers, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca y otros.

Un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) titulado Perspectivas para la economía mundial 2008 muestra que en promedio, para todas las economías, un paquete de estímulo discrecional equivalente a 1% del PIB del país se asocia con aumentos del PIB de alrededor de 0,1% a 0,2% por sobre el volumen de la inversión inicial. El desafío para las autoridades es asegurar que las medidas de política fiscal que constituyen el estímulo – un aumento en el gasto discrecional o reducción de los impuestos – se cumplan con rapidez. Resultan menos eficaces las reducciones de impuestos que los aumentos de gastos. No obstante, es probable que los aumentos de gastos que vuelven insostenible la deuda causen la caída y no el crecimiento de la producción.

Api
Api

Bienvenidos