ARTÍCULO

Mujeres logran grandes avances pero subsisten obstáculos para lograr igualdad

Marzo 08, 2010


TITULARES
  • Banco sigue aumentando respaldo a mujeres y a cuestiones de género en países en desarrollo.
  • Asuntos relacionados con el género se incluyeron en el diseño del 45% del total de préstamos en el ejercicio de 2008, un aumento con respecto al 35% del ejercicio de 2006.
  • Programas ayudan a mujeres a acceder a electricidad, a ser propietarias y a pasar de la escuela al mundo del trabajo.

8 de marzo de 2010. Las mujeres tienen mucho que celebrar en su Día Internacional. En la actualidad, gobiernan en países tan diversos como Alemania, Chile y Liberia, viven más años y en mejores condiciones que sus madres y abuelas y contribuyen cada vez más con la economía mundial. Sin embargo, demasiadas féminas siguen muriendo durante el parto y ganan menos dinero que sus contrapartes masculinas.

“Hemos vivido cambios espectaculares en los últimos 20 años”, dice Mayra Buvinic, directora del Banco Mundial para cuestiones de Género. “Las mujeres aumentaron su participación política e ingresaron masivamente en el mundo del trabajo. Están franqueando todas las barreras”.

Desde 1970, la expectativa promedio de vida de las mujeres aumentó unos 20 años en los países en desarrollo, en tanto que la brecha mundial entre niñas y varones que asisten a la escuela primaria se redujo de manera notable.

Pero ellas aún van a la zaga de los hombres en el lugar de trabajo, en las operaciones bancarias y en la actividad agrícola. Las mujeres ganan 22% menos de salario que sus contrapartes masculinas y su acceso al crédito es limitado. En África, por ejemplo, reciben el 1% del crédito total destinado a la agricultura a pesar de que constituyen la mayoría de trabajadores en el sector. Además, el riesgo de muerte por causas de maternidad en los países en desarrollo es 13 veces más elevado que en los países industrializados.

Mejor calidad de vida femenina

El Banco Mundial aumentó su respaldo para cuestiones relacionadas con el género ien los países en desarrollo mediante la inclusión de éstas en el diseño del 45% del total de operaciones en el ejercicio de 2008 –desde julio de 2007 hasta junio de 2008– comparado con el 35% en el ejercicio de 2006.

“Seguiremos haciendo todos los esfuerzos posibles para ayudar a las mujeres a mejorar y aumentar su rol en la economía, no sólo porque es bueno para ellas sino también para el desarrollo y el crecimiento económico”, explica Otaviano Canuto, vicepresidente del Banco Mundial para la Reducción de la Pobreza y Gestión Económica.

En África al sur del Sahara, por ejemplo, se calcula que la actividad agrícola podría incrementarse en un 20% si los aportes de este sector se distribuyeran más equitativamente entre hombres y mujeres. En países como Brasil, las probabilidades de supervivencia de un niño aumentarían en un 20% si los ingresos estuvieran en manos de la madre en lugar del padre.

Una de las formas de ayuda del Banco es el aumento de la incorporación de cuestiones de género en la infraestructura, agricultura y el acceso al crédito y al financiamiento.

El Plan de Acción sobre Cuestiones de Género (GAP, por sus siglas en inglés) del Grupo del Banco, puesto en marcha en 2007 y titulado La igualdad entre los sexos como economía (i) inteligente, cumplió una función central. En la República Democrática Popular de Lao, por ejemplo, el GAP y el Gobierno de Australia financiaron un proyecto exitoso que ayuda a acceder a la electricidad a las familias con una mujer a la cabeza, que representan el 43% de los hogares pobres.

En todo el mundo se está potenciando a las mujeres a través de programas de transferencias en efectivo condicionadas, en las que reciben estipendios en efectivo a cambio de enviar a sus hijos a la escuela y visitar periódicamente los centros de salud. El Banco respalda este tipo de programas en 13 países—en el ejercicio de 2009 suministró US$2.400 millones para esta actividad, durante la crisis económica. La institución ayuda también a aumentar la titularidad de tierras para incluir los nombres de ambos cónyuges en los títulos de propiedad, en lugar del nombre del marido solamente, como era el caso en Etiopía. i

En África i, en países como Ghana y Kenya, el Banco trabaja para reducir la incidencia de VIH/SIDA, mejorar la educación y ampliar el acceso al agua y servicios sanitarios. En Asia oriental y el Pacífico i, el Banco está preparando un nuevo Plan de Acción de Género Regional para abordar los desafíos que aún enfrentan ambos sexos, desde acceder a educación de calidad hasta encontrar oportunidades de empleo.

“Una vez que se invierte en educación para la gente, es necesario asegurarse de que proporcione beneficios”, dice Vikram Nehru, director del Banco Mundial para la Reducción de la Pobreza y Gestión Económica para la región de Asia oriental y el Pacífico.

En Afganistán, el Banco Mundial junto con otros asociados internacionales, trabaja desde 2001 en una serie de programas educativos destinados a proporcionar acceso a la educación de calidad en todos los niveles, con énfasis especial en las niñas. La matrícula en los grados 1 al 12 creció de 3,9 millones en 2004 a 6,2 millones en 2008. Las inscripciones femeninas aumentaron rápidamente, de 839.000 a más de 2,2 millones, y las masculinas de 2,6 millones a 3,9 millones, la matrícula más alta en la historia de ese país.

En Europa oriental y Asia central i, el Banco intenta reducir la desigualdad de género producida por la transición a la economía de mercado, y en América Latina y el Caribe, las actividades en este ámbito incluyen acciones para lograr la igualdad en la infraestructura. Un ejemplo es el Programa de Caminos Rurales de Perú, que permitió el empleo de un número creciente de mujeres en el mantenimiento de los caminos, ayudando a otras a viajar más y con mayor seguridad.

Próximos pasos

Los préstamos del Banco brindan un mayor respaldo para las actividades de las mujeres y del desarrollo y permiten abordar problemas que no fueron resueltos, según Mayra Buvinic.

En cuestiones de mortalidad infantil, el Banco está preparando un Plan de Acción sobre Salud Reproductiva. Del mismo modo, se está fortaleciendo la provisión de servicios económicos y financieros a mujeres empresarias. Pero estas acciones no serán suficientes si no están fundadas en información precisa y mejores evaluaciones del efecto sobre el terreno.

“Queremos pasar del apoyo a acciones basadas en evidencias”, señaló Arianna Legovini, asesora del Departamento de Economía del Desarrollo del Banco Mundial, durante un seminario sobre evaluación del impacto. “Existe evidencia convincente y argumentos económicos para tener en cuenta las cuestiones de género”.

“Actuar en beneficio de la igualdad de las mujeres es un imperativo moral, pero también es un requisito de la economía inteligente”, agrega Buvinic. “Una de nuestras contribuciones como institución mundial es asegurar que el mundo lo comprenda y actúe en consecuencia”.

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