ARTÍCULO

Mejora en suministro de agua promueve autonomía femenina en Kenya, un país afectado por la sequía

Abril 19, 2010


TITULARES
  • La igualdad de género es clave para impulsar el acceso al agua y la seguridad alimentaria.
  • El plan Visión 2030 de Kenya para convertirse en país de ingreso mediano depende de la participación igualitaria de las mujeres en el desarrollo.
  • Los contratos basados en el desempeño proporcionan incentivos para que el personal del Ministerio de Recursos Hídricos se ocupe de la desigualdad de género en sus labores.

Nairobi, Kenya, 19 de abril de 2010-- Las colinas ondulantes del árido distrito central de Kajiado en Kenya están teñidas de verde gracias a las lluvias recientes, pero la prolongada sequía del año pasado aún pesa en la memoria de muchos.

Magdeline Mvrunya,  miembro de la tribu seminómada Maasai, dice que pasó gran parte de su día juntando agua del pozo más cercano mientras su esposo arreaba el ganado hasta la lejana frontera con Tanzanía en busca de pasturas.

“No se trata de que el pozo estuviera demasiado lejos”, dice Mvrunya, de 55 años, hablando suavemente en la oscuridad de su hogar de paredes de barro. “El problema era que durante la sequía tenía que esperar dos horas para que el agua subiera. Entonces los animales tenían que beber antes de que yo pudiera sacar agua”.

Mvrunya es una de los 15 millones de personas  en este país -afectado por la sequía- que viven al margen de los servicios de abastecimiento de agua, dependiendo de pozos a veces distantes, estanques, transportes de agua o precipitaciones para la agricultura o el uso personal.

Durante la seca, las mujeres y las niñas, tradicionales colectoras de agua y frecuentemente productoras de los alimentos, viajaban 5 kilómetros o más a pie para buscar agua. Muchas se vieron obligadas a renunciar o reducir negocios secundarios o incluso dejar de ir a la escuela para satisfacer las necesidades familiares a medida que este recurso se volvía más escaso y los hombres traían al hogar el ganado moribundo para que las mujeres lo alimentaran a mano. 

Cuando la sequía finalmente disminuyó en marzo, el personal del Ministerio de Recursos Hídricos y Riego mejor entrenado para ayudar a aliviar la carga de recolección del agua que pesaba sobre las mujeres, se reunió en Karen, cerca de Nairobi para participar en una sesión de capacitación especial. Esta fue organizada por dicho Ministerio en colaboración con el Proyecto de Mejora de los Servicios Hídricos y Sanitarios -financiado por la Asociación Internacional de Fomento (AIF)-  y con una contribución monetaria del Plan de Acción sobre cuestiones de Género del Grupo del Banco Mundial. 

La mayoría era puntos focales recientemente designados con la función de respaldar el ambicioso plan Visión 2030 de Kenya para convertirse en un país de ingreso mediano.

Tanto el Gobierno keniano como sus asociados en el desarrollo comprenden cada vez mejor que no podrán lograr los objetivos de Visión 2030, incluidos la seguridad alimentaria y la mejora de los servicios de suministro de agua, sanitarios y sociales sin que las mujeres participen igualitariamente en el proceso de desarrollo.

“Debemos ocuparnos de las cuestiones de género para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio y los de Visión 2030”, dijo Wangari Mwai, profesor de la Universidad Kenyatta, a 35 funcionarios que trabajan en el área del género de ocho regiones el 23 de marzo pasado. “Debemos entender y ocuparnos de los prejuicios de género… Los proyectos no pueden funcionar sin un cambio de pensamiento”.

Plan para acercar el agua

Mientras que el 83% de la población de las zonas urbanas de Kenya tiene acceso al agua potable, protegida de contaminantes como la materia fecal, sólo el 51% de los habitantes de las zonas rurales cuenta con ese servicio.  Y solamente el 12% de estos últimos tiene conexiones domésticas de agua. Alrededor del 30% de la población accede a servicios sanitarios mejorados, que se definen como una instalación que separa higiénicamente las excreciones humanas del contacto humano, según  el Programa Conjunto de Monitoreo OMS/UNICEF de Abastecimiento de Agua y Saneamiento.


" La mujer es el sostén familiar —es la persona que alimenta a la familia —de modo que si no la hacemos participar, enseñándole cómo plantar y cosechar en las granjas del distrito, promoviendo su autonomía para tomar decisiones agrícolas independientes, el riego no será sostenible.  "

Dorcas Otieno

Presupuesto y Planificación del Departamento de Riego y Desagües, Nairobi, Kenya

Durante la sequía, funcionarios del Gobierno perforaron pozos, transportaron agua a pobladores de zonas áridas y semiáridas e instalaron tanques de agua en lugares estratégicos para personas y animales, dice Theresa Wasike, funcionaria administrativa de género del Ministerio de Recursos Hídricos y Riego.

Pero el plan para 2030 requiere la construcción de más infraestructura, como represas, cañerías y sistemas de riego, para acercar el agua a la población, agrega Wasike.

Cuando se habla del agua, se debe tener en cuenta la distancia que viajan las mujeres para obtenerla y cómo ayudarlas a acceder a agua de calidad para que puedan continuar siendo productivas. Si pudiéramos acercarles los proyectos hídricos, ellas emplearían el tiempo haciendo otros proyectos y actividades. Los niños, en especial las niñas, no abandonarían la escuela para ayudar en la recolección de agua”.

Como mayor cantidad de jóvenes varones se está trasladando de zonas rurales a urbanas, resulta más importante aún promover la autonomía de las mujeres en las comunidades agrícolas, dice Dorcas Otieno, funcionaria que trabaja en la sección de Presupuesto y Planificación del Departamento de Riego y Desagües en Nairobi y quien participó en el taller sobre género.

“Cuando vamos a controlar, descubrimos que en los grupos hay muchos hombres en el nivel de gestión y toma de decisiones. Las mujeres vendrán pero quedarán relegadas como si creyeran que no tienen participación”, dice Otieno.

Ahora, como funcionaria de la Oficina de Presupuesto, tengo que presionar a mi director y principal funcionario financiero para que demos más dinero para capacitación y  concientización de las mujeres. La agricultura es la columna vertebral de nuestro desarrollo nacional. La mujer es el sostén familiar —es la persona que alimenta a la familia—de modo que si no la hacemos participar, enseñándole cómo plantar y cosechar en las granjas del distrito, promoviendo su autonomía para tomar decisiones agrícolas independientes, el riego no será sostenible. Debemos involucrarla y otorgarle poder en conformidad con el tercer objetivo de desarrollo del mileno”.

Reglamentaciones de género en sector hídrico

Como parte de los esfuerzos, existen contratos basados en el desempeño —instituidos por el Ministerio de Recursos Hídricos y Riego en 2009— que proporcionan incentivos y penalidades al personal de dicho Ministerio dependiendo de cómo es abordada la desigualdad de género en sus labores.

Es realmente una buena práctica porque de pronto los funcionarios son responsables de prestar atención a cuestiones de género y está incluido en sus tareas y serán evaluados por esto”, dice Rosemary Rop, especialista del Programa de Recursos Hídricos y Saneamiento financiado con un fondo fiduciario del Banco Mundial.

El objetivo es la “reglamentación sobre género” en el sector hídrico, un concepto respaldado por el Plan de Acción sobre cuestiones de Género del Grupo del Banco Mundial que se encuentra en diferentes etapas en varios países africanos. La idea es acelerar la integración de esta temática en sectores económicos como la infraestructura y como resultado abordar las causas principales de la pobreza y de la desigualdad entre los sexos.

Asa Torkelsson, especialista principal en género del Banco Mundial con base en Nairobi, uno de los organizadores de la capacitación sobre género en Karen, dice que los contratos de Kenya basados en el desempeño han tenido un “efecto catalítico” sobre los esfuerzos por reglamentar las cuestiones  de género en el sector hídrico.

Si juzgamos por las evidencias actuales, tenemos todavía enormes brechas en las cuestiones de género, pero puedo ver que se están haciendo muchas cosas asombrosas y que se invierte mucha energía en esto. No creo que hace un par de años hubiera sido posible encontrar a un activista de género en el sector hídrico como jefe superior y siendo varón. Todos ponen entusiasmo para que las cosas sucedan”.

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