ARTÍCULO

Mujeres se convierten en propietarias de tierras en Etiopía

Abril 21, 2010


TITULARES
  • Titularidad de la tierra en zonas rurales de Etiopía aumenta la confianza y posición social de las mujeres
  • Esfuerzos por certificar los terrenos de las agricultoras continúa por medio del proyecto del Banco Mundial de ordenación sostenible de estos.
  • Objetivos principales incluyen detener la degradación de la tierra y fomentar la productividad agrícola.

21 de abril de 2010, Amhara, Etiopía - Tewabech Mamo observaba el exuberante campo de cebada frente a su casa, en las altiplanicies de Etiopía. La bruma se elevaba desde un grupo de florecientes eucaliptos que plantó luego de recibir el título de más de una hectárea de tierras agrícolas. En la actualidad, exhibe su nombre y su foto en la libreta verde que ratifica sus derechos territoriales.

“Es algo tan preciado como un niño, como mi propio hijo”, afirma sobre su certificado de propiedad esta mujer de 52 años, madre de cuatro hijos y dos hijas.

Lo obtuvo después de divorciarse de su esposo y recibir la mitad de la tierra familiar.

“Estoy feliz, orgullosa. El certificado me coloca en un plano de igualdad con los hombres. Nadie intenta maltratarme. Esto es mío y ahora soy una ciudadana orgullosa”.

Mamo es una de entre 349 dueñas de terrenos de Gola Kebele, una pequeña comunidad agrícola de Asagirt Woreda, al sur de la bulliciosa Debre Birhan, donde una compañía china está construyendo una importante carretera en sentido Norte-Sur.

La región de Asagirt Woreda (o distrito) es considerada insegura desde el punto de vista alimentario. A pesar de su belleza, presenta suelos empobrecidos, erosión y baja producción agrícola. El Banco Mundial y otras organizaciones internacionales respaldaron los esfuerzos por fomentar la productividad agrícola y los medios de vida por medio de la entrega de fertilizantes, otros insumos agrícolas y programas de dinero por trabajo.

Sin embargo, es posible que la clave para revivir la agricultura de la región se centre en los esfuerzos por entregar certificados de propiedad de las tierras, que aseguren a las agricultoras que no les quitarán los terrenos sin recibir una compensación, como ocurría en el pasado.

Un estudio realizado en 2008, financiado por el Plan de Acción sobre cuestiones de Género del Banco Mundial, determinó que el esfuerzo de certificación de las tierras a gran escala llevado a cabo por Etiopía —que abarcó a 6,3 millones de hogares en Amhara, Oromia, Tigray y en las naciones, nacionalidades y pueblos meridionales en más de cinco años— redujo los conflictos, alentó a las agricultoras a plantar árboles y utilizar sus tierras de manera sostenible y mejoró la posición social y económica de las mujeres.

“Las mujeres nos manifestaron que los derechos sobre la tierra eran importantes para ellas, aun cuando sus roles tradicionales no cambiaran”, dice Klaus Deininger, economista principal para el Desarrollo Rural del Grupo de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.

Dos años más tarde, varias mujeres de dos distritos de Amhara afirman que lograron mayor confianza gracias a sus derechos sobre la tierra.

“Se produjeron cambios significativos en las funciones y relaciones de las mujeres”, asegura Zewditu Assefa, de 35 años y madre de cinco hijos, quien heredó tres hectáreas de su padre luego de divorciarse de su esposo.

“Antes ellas no podían ser propietarias y ello las colocaba en una posición débil para negociar o tratar con los hombres. Ahora eso no sucede”.


" Las mujeres ahora comprenden sus derechos y los beneficios asociados a ellos en general y no sólo en términos de tierras. La certificación de las tierras otorgó verdadera confianza a las mujeres y las ayudó a salir de sus roles tradicionales "

Asresash Hailu

oficina de Asuntos para la Mujer de Woreda, distrito de Antsokia Gemza , Gran Valle del Rift, Etiopía

Programa aborda preocupaciones sobre seguridad de las tierras

La inseguridad sobre los terrenos, que existía desde que la monarquía gobernaba el país, empeoró para los agricultores cuando el régimen marxista de Deng nacionalizó todas las tierras y las redistribuyó en las décadas de 1970 y 1980. El Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope tomó el poder en 1991 y desde entonces introdujo una cantidad de reformas legales y políticas, destinadas a mejorar la seguridad de la tenencia y la gestión de las mismas.

Antes del esfuerzo de certificación, Asagirt Woreda soportó un conflicto —e incluso asesinatos— por los terrenos que ahuyentó a algunos residentes, según afirmaron funcionarios locales de la administración de tierras. Sin embargo, esos problemas se calmaron en gran medida ahora que se certificaron la totalidad de los 10.783 hogares de agricultores.

Una situación similar ocurrió en Antsokia Gemza Woreda, en el Gran Valle del Rift, donde se registró a casi la totalidad de 15.243 hogares y reclamaron los derechos a las tierras alrededor de 1.000 mujeres, una cifra mayor a lo esperado.
En épocas anteriores, ellas no tenían ningún derecho de posesión. Las mujeres divorciadas podían esperar poco más que un costal de granos como regalo de despedida de sus ex esposos. Ahora tienen derecho al 50% de la propiedad. Las esposas y viudas, que comúnmente provenían de otras comunidades, antes sólo tenían derechos provisorios sobre las tierras de sus esposos.

“Antes de obtener el certificado a mi nombre, se entendía socialmente que la tierra pertenecía a mi esposo”, dice Tashegu Woretaw, de 48 años, dueña de una hectárea de suelo ubicada cerca de la granja de Mamo.
“Si algo me sucedía, se suponía que debía abandonar mi hogar sin llevarme nada de nuestra propiedad común. Por lo tanto, no estaba realmente interesada en ninguna inversión a largo plazo en la tierra. Después de conseguir el certificado, planté eucaliptos y destiné una parte para césped, con el fin de criar pequeñas cantidades de ganado y bueyes".

Nuevo proyecto continúa esfuerzos de certificación de las tierras

La primera fase del programa gubernamental, que extendió libretas a las titulares de los terrenos, fue rápido, económico e imparcial, en el que colaboraron comités de uso de la tierra democráticamente elegidos a nivel local, dice Deininger. En tanto que la segunda etapa involucrará el mapeo de los suelos por medio de tecnología satelital.

Se incluye un piloto de la segunda fase de áreas seleccionadas en el proyecto de gestión sostenible de la tierra del Banco Mundial, que cubre 35 líneas divisorias de aguas en seis estados regionales. El proyecto se financia con una donación de US$20 millones de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), US$9 millones del fondo fiduciario del Fondo para el Medio Ambiente Mundial y US$8,79 millones del Gobierno de Etiopía.

El objetivo consiste en mantener actualizados los registros de las tierras, con miras a desarrollar un sistema nacional, asegura Deininger.
La meta general del proyecto es detener la degradación de la tierra, que cuesta a Etiopía entre 2% y 3% del producto interno bruto (PIB) cada año —un impacto importante en un país donde la agricultura representa casi el 50% del PIB, el 90% de los ingresos por exportaciones y es una fuente de ingresos para más del 85% de sus 70 millones de habitantes.

Parece que las mujeres agricultoras en su conjunto son más productivas desde que comenzó el programa de titularidad de las tierras, dice Ato Demiss Kebede, administrador del distrito de Antsokia.

“Dado que comenzaron a sentirse confiadas de que la propiedad les pertenece, duplicaron o triplicaron su producción e instalaron estructuras permanentes y otros aportes para mejorar sus tierras”, agrega.

Adds Asresash Hailu, de la oficina de Asuntos para la Mujer de Woreda, explica: “Las mujeres ahora comprenden sus derechos y los beneficios asociados a ellos en general y no sólo en términos de tierras. La certificación de las tierras otorgó verdadera confianza a las mujeres y las ayudó a salir de sus roles tradicionales”.


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