A medida que el debate sobre la deuda de la Eurozona se caldea, muchos en América Latina piensan en formas de proteger a la región de una crisis que, al igual que la anterior recesión, no ayudó a crear.
Como parte de esos intentos, un grupo de expertos de primer nivel concluyó que se debe hacer más para fortalecer la actual arquitectura financiera internacional, permitiendo reestructuraciones de deuda sin desestabilización, cuando la situación lo amerite.
Personajes como el premio Nobel Joseph Stiglitz, el profesor de la London School of Economics (LSE) Richard Portes y otros expertos que asistieron a un seminario de un día en Buenos Aires, evaluaron experiencias recientes en Europa y otras partes del mundo para analizar las brechas en la actual arquitectura financiera mundial.
Sin bien América Latina no es inmune a un impacto externo, está bien posicionada como para sobrellevar una crisis, indicaron varios expertos.
“Las experiencias latinoamericanas generan valiosas lecciones para compartir con otras regiones,” dijo la directora del Banco Mundial para Argentina, Penélope Brook.
“Varios países de la región, poniendo en práctica una diversidad de políticas, lograron atravesar las crisis de los 90 y las de esta década y así generar un periodo de crecimiento y estabilidad que ha causado admiración en el resto del mundo,” agregó.
“La reunión proporcionó una plataforma abierta y plural para una discusión crucial dentro del actual entorno económico,” dijo Brook. “El valor de esta conferencia radica en su capacidad de fomentar un debate fructífero, libre de preconceptos, promoviendo una agenda para la cooperación mundial,” indicó.
Vida después de la deuda
Asegurándole a la audiencia de que “hay vida después de la deuda”, Stiglitz subrayó que “es necesario crear un sistema internacional más ordenado, un sistema de bancarrota, ya que el mercado no ha de tomar la iniciativa para reestructurar las deudas.” Los planes de austeridad y de ajuste por sí mismos no van a funcionar como solución, agregó Stiglitz.
Los expertos asistentes se concentraron en los enormes costos económicos y sociales que una negociación prolongada de reestructuración de una deuda insostenible puede ocasionarles a los países.
La presentación de Stiglitz fue seguida por unas palabras del vicepresidente Amado Boudou. En el panel, también estuvieron la presidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el entonces secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino.
Algunos vislumbraron el aspecto que tendría un sistema renovado.
“Cualquier actualización del actual sistema financiero debería tomar en cuenta factores tales como la falta de capacidad de pago del deudor, minimizar los riesgos de falta de voluntad de pago en casos en que sí hay capacidad y cómo arbitrar racionalmente este dilema,” dijo el economista en jefe para la región del Banco Mundial, Augusto de la Torre.
“Un sistema más eficiente debería evitar que los problemas de liquidez se transformen en problemas de insolvencia producto de la demora en la acción de la política pública y la hipersensibilidad de los mercados,” dijo de la Torre.
El anfitrión del seminario y designado Ministro de Economía argentino, Hernán Lorenzino, apuntó a la importancia de promover dicho debate en las actuales circunstancias.
“Nuestra intención es generar un debate de cara a lo que pensamos es una insuficiente reforma del sistema financiero internacional,” dijo Lorenzino. “Queremos instalar el tema en lo más alto de la agenda internacional, convocando a quienes puedan proporcionar distintas visiones fundadas.”