ARTÍCULO

Zonas marinas protegidas son imprescindibles para restablecer la biodiversidad

Febrero 23, 2012


TITULARES
  • En algunas zonas protegidas, las toneladas de peces por kilómetro cuadrado se cuadruplicaron en cinco a 10 años.
  • Los pescadores de las Islas Salomón y Kenya duplicaron sus ingresos después de cinco años de protección de las zonas.
  • La Gran Barrera de Coral de Australia atrae 2 millones de visitantes anuales, generando US$2.800 millones para la economía.

Estados Unidos, Australia, Brasil, Indonesia y Estados insulares del Pacífico y el Caribe se encuentran entre quienes solicitan que se pongan más entornos marinos bajo protección legal, proporcionando refugio para especies, hábitats y ecosistemas amenazados.

Las zonas marinas protegidas (ZMP) limitan las actividades humanas en áreas definidas y son consideradas una oferta de protección más completa para los ecosistemas costeros. Las organizaciones con experiencia en el establecimiento de ZMP dicen que la evidencia demuestra su eficacia al permitir la recuperación y reposición de las poblaciones de peces agotadas y los ecosistemas. También hacen hincapié en la importancia de la participación de las comunidades locales en la aplicación, para garantizar que no se quiten a las poblaciones los recursos de los que históricamente han dependido para su subsistencia. La participación local puede fortalecer los sistemas de derechos de propiedad y mejorar la supervisión y vigilancia.

Hoy en día, menos del 2% de los mares mundiales está bajo algún tipo de cuidado y muchas zonas protegidas existentes no son gestionadas con eficacia. En cambio, el 12% de la masa terrestre del planeta se encuentra bajo protección, por medio de parques nacionales o reservas.

Los defensores de los océanos piden que se amplíen los esfuerzos en este ámbito de forma más enérgica. Sylvia Earle, una investigadora superior en el tema oceánico asociada a la National Geographic Society, ha solicitado una cadena de zonas protegidas equivalente al menos al 10% de los océanos, el mismo nivel que requiere el Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica para 2020.

“Interés propio bien entendido”

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) está creando una red de 54 zonas prioritarias de protección en el Golfo de California, tomando como base años de colaboración con The Nature Conservancy, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas de México, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, y otros. El programa está destinado a brindar la protección necesaria a la amenazada vaquita marina, como también fortalecer otros recursos pesqueros.

WWF facilitó la creación de dos de las primeras ZMP en el Arrecife Mesoamericano, la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an en México y la Reserva Marina de Hol Chan en Belice. También encabezó un plan de conservación de los arrecifes regionales que fortaleció la gestión de las zonas protegidas, la pesca y la conservación de las especies.

Conservación Internacional (CI) ha colaborado con asociados para crear santuarios que cubren una superficie combinada de 57 millones de hectáreas, aproximadamente el tamaño de Madagascar. Sebastián Troeng, vicepresidente de CI, dice que más Gobiernos e incluso actores del sector privado están considerando las zonas marinas protegidas como una inversión necesaria.

Para defender el 10%, la comunidad internacional debe acelerar el movimiento de protección del medio marino. CI ha encontrado que en algunas zonas protegidas, las toneladas de peces por kilómetro cuadrado pueden cuadruplicarse y más en cinco a 10 años. Sin embargo, las experiencias varían de un ecosistema a otro.

En el Pacífico, CI está trabajando con The Nature Conservancy y otros asociados con un grupo de seis países ─Indonesia, Malasia, Papua Nueva Guinea, Filipinas, Islas Salomón y Timor-Leste─ sobre la Iniciativa del Triángulo de Coral, que ayuda a crear nuevas zonas marinas protegidas y fortalecer la gestión de las existentes. WWF, activo en la iniciativa, estableció la primera ZMP transfronteriza para tortugas marinas, ubicada entre Malasia y Filipinas. El programa también propone un plan más amplio para el manejo del sector marino. “Este es realmente un buen modelo para la ampliación”, dice Troeng. “Estamos viendo que los países confluyen en un interés propio bien entendido”.

Antes de la Iniciativa del Triángulo de Coral, cinco Gobiernos de Micronesia, con el respaldo de The Nature Conservancy, se propusieron conservar al menos el 30% de los recursos marinos costeros y el 20% de los recursos terrestres para 2020. La zona cubrirá más del 5% del Océano Pacífico, proporcionando protección al 61% de las especies de coral del mundo.

Con el enfoque en la lucha contra la pobreza, el Banco Mundial equilibra la protección de los hábitats marinos y los ecosistemas con la defensa de los medios de subsistencia. Por lo general, la protección del medio marino implica una combinación de regímenes destinados a preservar las fuentes de ingresos: las zonas de “No extracción” prohíben cualquier actividad extractiva, aunque podría aprobarse el turismo y la investigación científica; otras áreas gestionadas podrían permitir el turismo y la investigación marina, así como la pesca de subsistencia. Más allá de estas áreas gestionadas puede haber zonas de amortiguamiento, donde se autorizará el uso comercial restringido, frecuentemente la pesca basada en el otorgamiento de derechos.

La investigación realizada por la National Geographic Society ha descubierto que los pescadores locales de las Islas Salomón y Kenya duplicaron los ingresos después de cinco años de protección de zonas específicas contra toda actividad extractiva. Sin embargo, las comunidades a menudo necesitan ayuda para gestionar las pérdidas de ingresos que se producen cuando algunas áreas quedan fuera de los límites para la pesca.

Gestión comunitaria de los arrecifes de coral en Indonesia

En el marco del Proyecto de Rehabilitación y Gestión de los Arrecifes de Coral (COREMAP) respaldado por el Banco Mundial en Indonesia, 358 aldeas costeras colaboran con el gobierno local en la gestión comunitaria de sus arrecifes de coral. Las comunidades tienen autoridad para establecer y vigilar las zonas de “No extracción” de la aldea y protegerlas con el apoyo de las oficinas de distrito. Estas áreas son consideradas “bancos de peces” que ayudan a reponer las poblaciones agotadas.

Para compensar las zonas de No extracción, el proyecto comenzó a ofrecer créditos para medios de subsistencia alternativos y pronto respaldará las ecoempresas basadas en servicios de los ecosistemas de arrecifes de coral. La más prometedora de estas empresas será asistida para que impulse sus actividades a escala comercial a fin de estar en condiciones de contratar trabajadores que han abandonado el sector de la pesca o han sido forzados a reducir sus actividades. “Las comunidades quieren proteger sus arrecifes de coral, pero también tienen que ganarse la vida”, dice Marea Hatziolos, especialista superior en Mares y Costas del Banco Mundial para Asia oriental y el Pacífico.

Onereef, una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación de los arrecifes de coral, vincula a los inversores con las comunidades que comparten su ética de conservación pero carecen de recursos para proporcionar una protección adecuada. En el programa de Onereef, los fondos de los inversores se utilizan para pagar a personas de la zona para que trabajen como administradores de la conservación de estos arrecifes. Los primeros resultados muestran una rehabilitación medible de aquellos que han sido dañados.

Brasil adopta medidas para una mayor protección

Los 9.000 kilómetros de costa de Brasil ─fundamentales para los 43 millones de habitantes costeros, junto con innumerables formas de vida marina─ se enfrentan a las amenazas del rápido crecimiento demográfico, la pesca y la exploración de petróleo y gas. Sin embargo, menos del 2% de la extensión marina y costera recae dentro de algún sistema de protección oficial.


" Las comunidades quieren proteger sus arrecifes de coral, pero también tienen que ganarse la vida. "

Marea Hatziolos

Especialista superior en Mares y Costas del Banco Mundial.

La Comisión Nacional sobre Biodiversidad de Brasil (CONABIO) ha establecido el objetivo nacional de poner finalmente bajo protección el 10% de las zonas marinas y costeras. Con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y otros donantes internacionales, el Fondo Brasileño para la Biodiversidad (FUNBIO) está planeando poner en marcha una red de zonas marinas y costeras protegidas, uniendo las áreas ya existentes con las nuevas zonas y poniendo al menos el 5% del área marina total de Brasil bajo alguna forma de defensa.

Petróleo Brasileiro SA, Petrobras, líder en la industria del petróleo y el gas, cooperará en el financiamiento del proyecto, en tanto que otras empresas privadas estudian la posibilidad de participar. Los partidarios de la iniciativa dicen que ayudará a que los problemas de la biodiversidad sean considerados un factor en los planes costeros y también en la pesca, el turismo y el sector petroquímico.

Flujos de beneficios

Las zonas protegidas brindan beneficios económicos independientes de la reposición de las poblaciones de peces. Por ejemplo, la Gran Barrera de Coral en Australia atrae unos 2 millones de visitantes cada año y genera unos US$2.800 millones anuales para la economía. El Reino Unido y Estados Unidos se han unido a Australia para reservar grandes áreas marinas como zonas protegidas. Guinea-Bissau, uno de los países más pobres del mundo, también está invirtiendo en la protección de la biodiversidad marina, con la esperanza de construir un negocio de ecoturismo para el futuro.

La Alianza Mundial a favor de los Océanos es una asociación que reúne a cada vez más Gobiernos, organizaciones internacionales y grupos de la sociedad civil y del sector privado comprometidos con combatir las amenazas a la salud, la productividad y la capacidad de resistencia de los océanos del planeta.


Api
Api

Bienvenidos