ARTÍCULO

Pequeños agricultores aprenden a mejorar sus ingresos cuidando al medio ambiente

Agosto 03, 2012


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Librada González ha mejorado la productividad de su chacra.

Foto: Ruth González LLamas/Banco Mundial

TITULARES
  • Miles de familias campesinas reciben fondos de inversión para la producción.
  • Con asesoría técnica, aprenden a planificar sus cultivos y ganan más.
  • Se espera que a finales del 2012, se sumen otras 5.000 familias.

Librada González acomoda con esmero los productos de su huerta en dos grandes canastos para llevarlos al mercado municipal de Caaguazú, a unos 20 kilómetros de su chacra, en la comunidad de Cantera Boca, en el este del país.

Para llegar, deberá caminar un kilómetro para esperar un ómnibus que la acerque hasta el mercado. La ida es cansadora, pero el regreso es satisfactorio, porque vuelve con las ventas: unos US$20 a la semana. “Podemos comprar algunas cosas de consumo y los útiles para la escuela”.

La de Librada es una de las más de 3.000 familias beneficiadas con un fondo de inversión para la producción del Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible (Proders) del Ministerio de Agricultura (MAG), con el apoyo técnico y financiero del Banco Mundial, por un monto de US$37,5 millones.

El proyecto se implementa en los departamentos de San Pedro y Caaguazú y está dirigido a pequeños agricultores con menos 20 hectáreas de tierra (en promedio tienen 5 hectáreas cada uno) en 61 microcuencas de comunidades campesinas y 73 comunidades indígenas. 


" Es muy importante para nosotros la capacitación, aprendemos cómo cultivar sin dañar a la tierra. "

Librada González

Agricultora

Capacitación para la producción y la gestión

Las inversiones se usan para comprar semillas de maíz, poroto o maní (para la producción y el consumo familiar), para comprar equipos y herramientas menores; y para mejorar la infraestructura que usan en la cría de gallinas y cerdos.

Para tener acceso al fondo, los comités de familias reciben asesoría de un equipo técnico para hacer un plan de actividades productivas que tome en cuenta el potencial de mercado de la producción, para que genere ingresos.

“Estamos cultivando más porotos y hortalizas porque vimos en nuestro plan que pueden tener buena salida y se vende bastante”, explica Librada, contenta de haber planificado su producción.

El uso de estas herramientas contables ha contribuido a que hoy día muchos de ellos participen en cooperativas de producción o en bancas comunales.

Producción sustentable

Otro de los desafíos es guiar a las familias para que pasen de las prácticas agrícolas actuales a estrategias sostenibles, que mejoren la gestión de los recursos naturales y reduzcan la pobreza rural.

“Es muy importante para nosotros la capacitación, aprendemos cómo cultivar sin dañar a la tierra” afirma Librada.

Para finales de 2012, se prevé que otras 5.000 familias se sumen al Proyecto, para llegar a más de 8.000.  El objetivo final es llegar a 12.000 familias que cultiven productos diversificados de manera sostenible.


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