¿Siente que hoy en día está en mejor situación de la que estuvieron sus padres? Esta rápida referencia del progreso generacional, en la que es determinante más acceso a oportunidades de educación, salud y empleos bien remunerados, parece estar en tela de juicio tras una década de crecimiento récord en Latinoamérica.
Los avances tecnológicos y un mundo más conectado abren las puertas a nuevas oportunidades para los latinoamericanos. Pero, ¿están los jóvenes de la región mejor posicionados para salir adelante que sus padres o abuelos?
Un informe del Banco Mundial afirma que el acceso igualitario a bienes y servicios para los jóvenes ha mejorado en los últimos años, pero que hay “serios problemas” en torno a la calidad de esos bienes y servicios, especialmente en educación y vivienda. Los autores manifiestan su preocupación de que los avances sociales de la región -menos pobres y más clase media- se estanquen a la luz de un crecimiento económico menor. Tras crecer 4.3% del PIB per cápita en 2010 se prevé que en 2014 la región sólo alcanzará un ritmo de 1.7 %.
La investigación Avances sociales en la balanza, (en inglés) afirma que el acceso a estos productos y servicios, claves para el éxito futuro de un individuo, está en proporción directa a la educación e ingreso de los padres. Para la juventud latinoamericana, el estatus social de sus padres tiene un rol importante a la hora de definir su acceso a una educación de calidad, asistencia médica e incluso a servicios tan esenciales como agua y saneamiento. Por ello, a pesar de que en la última década 73 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza, la “movilidad intergeneracional” sigue siendo limitada.
“La paradoja es que con mayor educación, mi situación es más precaria e incierta que la que mis padres vivieron”, se lamenta el joven mexicano Xochitl Meseguer. “Hasta donde sé mis padres vivieron mejor que ahora”, secunda Daniel Armando Villalobos otro joven mexicano, en una reciente conversación en Facebook.
Para otros, como Erica Merino de Perú el “único avance” respecto de la generación de sus padres es el “tecnológico”.
El panorama no es igual en toda la región. Los países del cono sur y la región andina, por ejemplo, han logrado cerrar más esta brecha de desigualdad en el acceso, mientras que los centroamericanos solo han avanzado de manera modesta, según el reporte.