Hace una semana, el Grupo Banco Mundial anunció que se pronostica que por primera vez el número de personas que viven en situación de pobreza extrema bajará a menos del 10 % de la población mundial en 2015. Pero al término de las Reuniones Anuales 2015 del Grupo Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, realizadas en Lima (Perú), el centro de atención se desplazó a los obstáculos que existen para poner fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida: el cambio climático, el menor crecimiento mundial y la actual crisis en los Estados frágiles.
Los 25 miembros del Comité para el Desarrollo del Grupo Banco Mundial y del Fondo manifestaron en un comunicado que se han incrementado los riesgos de que los resultados económicos sean menos favorables en 2015 y 2016. “Las probabilidades de que las condiciones de financiamiento se hagan más restrictivas, el comercio se desacelere y los precios de los productos básicos vuelvan a deteriorarse están afectando la confianza en muchos países en desarrollo”, dijo. El Comité instó al Grupo Banco Mundial y al FMI a seguir de cerca los riesgos y las vulnerabilidades dela economía y a “intensificar la asistencia que brindan” a los países.
En un discurso pronunciado ante todos los miembros del Grupo Banco Mundial y del Fondo, el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, reconoció que el mundo atraviesa por condiciones difíciles.
“Si bien confiamos en que acabaremos con la pobreza extrema, el último tramo será sumamente difícil porque nos encontramos en medio de un periodo que se caracteriza por un menor crecimiento mundial, el fin del superciclo de los productos básicos, las previsiones de aumento de las tasas de interés y la continua fuga de capitales de los mercados emergentes”, dijo Kim.
“Para estimular el crecimiento debe analizarse el impacto de cada dólar de gasto público. Debe hacerse todo lo posible por aumentar la productividad”, indicó. “Y en un periodo en que los bancos están eliminando riesgos, debemos garantizar que el capital sea accesible, especialmente para los pequeños comerciantes y empresarios que habrán de crear puestos de trabajo”.
En las Reuniones Anuales –las primeras que se realizan en América Latina desde 1967– se abordaron diversos temas mundiales, así como algunas cuestiones relacionadas con la región anfitriona. En una serie de eventos transmitidos en vivo por Internet se debatieron materias como la desigualdad, la desaceleración económica, las energías renovables, el cambio climático y los dos objetivos del Banco de poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030 y promover la prosperidad compartida. En estos eventos participaron ministros de Gobiernos, expertos en desarrollo, ejecutivos de empresas y personalidades públicas. El Banco también dio a conocer durante la semana información económica actualizada sobre América Latina y el Caribe, Asia oriental y el Pacífico, (i) África, (i) y Asia meridional. (i)
Una problemática global urgente que atrajo particular atención fue la crisis mundial de los refugiados y los migrantes. El Comité para el Desarrollo dijo en su comunicado que dicha crisis requiere brindar “apoyo específico” para “los países y las regiones convulsionadas, en especial en Oriente Medio y Norte de África, pero también en otros Estados frágiles y afectados por conflictos”.
El presidente Kim, a principios de la semana, (i) estuvo de acuerdo, al señalar que “para todos los afectados, la crisis de los refugiados supone un desafío inmensamente difícil”. “En los últimos años, el Grupo Banco Mundial ha estado brindando asistencia a las comunidades que reciben a los refugiados en el Líbano y Jordania, y actualmente estamos estudiando nuevas formas de incrementar nuestra ayuda a los vecinos de Siria”, dijo.