San José, Costa Rica, 5 de junio de 2025. Costa Rica, reconocida desde hace mucho tiempo por su liderazgo ambiental, está trazando una nueva ruta con la puesta en marcha de su primer programa piloto de pagos por servicios ambientales (PSA) marinos, que se centra en los ecosistemas de manglares del golfo de Nicoya, a lo largo de la costa del Pacífico. La iniciativa amplía los mecanismos de financiamiento basado en resultados del país de los ecosistemas terrestres a los ecosistemas costeros y marinos.
Durante más de dos décadas, Costa Rica ha sido pionero en los planes de PSA que recompensan a los propietarios de tierras por conservar los bosques, contribuyendo así a la recuperación forestal y el secuestro de carbono. En la actualidad, con el apoyo del Banco Mundial y fondos proporcionados a través del Premio Earthshot, el país está implementado un modelo piloto de PSA marinos adaptado a las características ecológicas y socioeconómicas únicas de los bosques de manglares, hábitats costeros críticos que proporcionan beneficios en materia de biodiversidad, pesca y resiliencia climática.
“Nos hemos comprometido a aprovechar la experiencia extraída del uso del financiamiento de servicios ambientales en bosques y plantaciones para aplicarla a los ecosistemas marinos. Nuestro objetivo es apoyar la conservación y la utilización sostenible de los ecosistemas marino-costeros fundamentales y su biodiversidad, reconociendo al mismo tiempo el papel de las comunidades costeras cuyos medios de subsistencia dependen de estos recursos y que, por lo tanto, son sus principales administradores", dijo Franz Tattenbach, ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica.
Un esfuerzo de múltiples partes interesadas
Un esfuerzo colectivo es central en el nuevo programa piloto de pagos por servicios ambientales marinos de Costa Rica. El Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) y la Fundación Banco Ambiental (FUNBAM) se unieron para formalizar la iniciativa a través de un Acuerdo de Cooperación multiinstitucional.
Este acuerdo, respaldado por el Decreto Ejecutivo 44558-MINAE, sienta las bases legales e institucionales para reconocer y compensar las prácticas sostenibles en los ecosistemas de manglares. Específicamente, permite realizar pagos a grupos de comunidades rurales que participan en la recolección regulada de moluscos, y cuyo trabajo diario sostiene tanto los medios de subsistencia como la salud de los manglares de los que dependen.
Al reconocer formalmente su función, el proyecto piloto refuerza la posición de estas comunidades como guardianes de primera línea de los ecosistemas costeros, al tiempo que les proporciona un apoyo financiero significativo para mantener sus medios de vida.
Con el fin de fortalecer los marcos institucionales y potenciar las capacidades de las comunidades, la iniciativa piloto incluye la elaboración de un manual de operaciones integral. En este documento se describen todos los detalles relacionados con los mecanismos de reconocimiento económico y se introduce el nombramiento de personal de campo especializado en biología para garantizar la supervisión técnica y la alineación con los planes nacionales de biodiversidad. Una estructura de gestión sólida, respaldada por la Comisión de Coordinación Interinstitucional, garantiza una colaboración ininterrumpida, un seguimiento continuo y un alto nivel de rendición de cuentas y transparencia durante toda la implementación del modelo piloto.