En los últimos años has trabajado con El Salvador para fomentar una transformación en el área de educación: ¿cuáles son los tres mayores logros que destacarías?
He tenido la suerte de trabajar con muchas personas en El Salvador para mejorar la educación. Si tuviera que contar tres cosas importantes que hemos logrado juntos, serían estas:
- Movilizar dinero para mejorar la educación. Ayudamos a que llegara más dinero al país para invertir en el área. No solo fue dinero del Banco Mundial, sino también de otros organismos que quieren apoyar a El Salvador. Lo importante es que ese dinero se está invirtiendo bien, en cosas que el país realmente necesita, como mejorar las escuelas, capacitar a los maestros y comprar materiales. Así, con un poco más de esfuerzo, se logra mucho más.
- Promover la colaboración de actores clave. Logramos que diferentes instancias dentro del gobierno, sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y otros socios de cooperación, se pusieran de acuerdo para trabajar por la educación. Un resultado importante fue que acordaran que enseñar a leer y escribir bien desde pequeños debía ser una prioridad para el país. La lectoescritura es clave para luchar contra la pobreza de aprendizaje.
- Traer buenas ideas de otros países y adaptarlas a El Salvador. Hemos compartido ideas que han funcionado en otros lugares del mundo, siempre pensando en cómo hacerlas funcionar en el país para potenciar los esfuerzos locales. Por ejemplo, ayudamos a crear estándares claros sobre qué deben aprender los niños en cada grado, cómo preparar mejor a los maestros, y cómo saber si los estudiantes están aprendiendo lo que necesitan.
El proyecto Crecer y Aprender Juntos es el principal instrumento de colaboración entre el Banco Mundial y El Salvador para trabajar el área educativa en el país: ¿cómo está apoyando a avanzar esta importante agenda?
El proyecto Crecer y Aprender Juntos, que tiene como objetivo que los niños aprendan mejor desde su comienzo en el sistema educativo, supone un antes y un después en la educación para el país. El equipo del Banco Mundial que lideré los últimos 4 años ayudó al Gobierno de El Salvador a lograr cinco importantes resultados:
- La mejora de la educación desde la primera infancia, a través de estándares claros para que todos los centros que atienden a los más pequeños cumplan con ciertos niveles de calidad. Esto asegura que los niños reciban buenos cuidados y aprendizajes desde el inicio en todas las áreas de intervención.
- Preparación de las y los maestros. Los docentes son, sin duda, la principal palanca para un cambio del sistema educativo en el país. El proyecto los capacita con nuevas formas de enseñar que ayudan a que el cerebro de los niños se desarrolle al máximo en sus primeros años. También estamos cambiando cómo se forman los futuros maestros para que lleguen mejor preparados a las aulas y estén dotados de las mejores herramientas.
- La evaluación del sistema, clave para mejorar. El proyecto está rediseñando cómo se mide el aprendizaje desde preescolar hasta bachillerato, sirviéndose de datos para que las escuelas sepan en qué están bien y qué pueden mejorar.
- Creación de espacios que inviten a aprender, con escuelas renovadas para que sean seguras, limpias y con servicios básicos como agua y baños, pero también para que tengan áreas que motiven a los estudiantes a aprender y a convivir, convirtiendo el entorno en un aliado pedagógico
- Fortalecimiento del vínculo entre el hogar, la escuela y familia, incluyendo la entrega de libros y materiales a más de 62 mil familias, y la capacitación a padres y madres para que apoyen la lectura y el desarrollo emocional de sus hijos en casa. Esto es clave para involucrar a las familias con el desarrollo de los más pequeños, fomentando oportunidades de aprendizaje fuera de las aulas, y para cambiar patrones culturales que han limitado históricamente a las niñas.