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Julio 02, 2020

Contaminación atmosférica: confinada pero no detenida por la COVID-19

Una joven con mascarilla en Mumbai, India. Crédito de la fotografía: Kunal Umesh Mohite/Shutterstock.com.

Por Urvashi Narain

Incluso antes de la pandemia de COVID-19, una de las crisis mundiales más graves de nuestro tiempo, muchos países consideraban que la contaminación atmosférica constituía un problema sanitario de gran magnitud. En el informe State of Global Air 2019 (Estado de la calidad del aire en el mundo) (i) se señaló que , y que la contaminación del aire ambiente causaba alrededor de 5 millones de muertes en el mundo, es decir, 1 de cada 10 fallecimientos. Además, se estableció que morían más personas debido a enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica que por accidentes de tráfico o por paludismo.

El confinamiento para contener la propagación del nuevo coronavirus ha restringido marcadamente la actividad económica y están llegando informes de todo el planeta que indican que pueden verse cielos azules, en algunos casos por primera vez en la vida de los habitantes del lugar. Sin embargo, ¿se traduce esto en niveles más bajos de contaminantes atmosféricos nocivos?

Al mismo tiempo, las nuevas evidencias sugieren que ¿Cómo sabemos que existe esta relación?

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Las mejoras de la calidad del aire han llegado en un momento de inimaginable sufrimiento humano y pérdida de medios de subsistencia. Estas mejoras probablemente se disiparán a medida que se levanten los confinamientos y se reanude la actividad económica. ¿Se volverá a contaminar la atmósfera, o es posible que los países apliquen programas de recuperación económica para retomar la senda de un crecimiento más sólido y más limpio, evitando de ese modo una nueva crisis sanitaria? ¿Qué tipos de políticas permiten lograr esta transición a cielos más limpios y más claros?

La contaminación atmosférica, la COVID-19 y la reconstrucción de un mundo mejor

  • ¿Los informes de cielos azules se traducen en niveles más bajos de contaminantes atmosféricos nocivos? Sí y no.
  • ¿Qué sabemos acerca de la relación entre la contaminación atmosférica y la COVID-19? Mucho, aunque la información aún no es concluyente.
  • ¿Los países pueden retomar la senda de un crecimiento más limpio y estimular el crecimiento económico? Sí..

 

Puede ser que el cielo esté azul pero, ¿qué nos dicen los datos acerca de la calidad del aire?

En el presente artículo se analiza el impacto del confinamiento en la calidad del aire, se incluye un resumen de las publicaciones sobre la relación entre la contaminación atmosférica y el virus de la COVID-19 y se sugieren recomendaciones de políticas para que los países logren reconstruir un mundo mejor.

El confinamiento impuesto al menos en 89 países, afectando a más de la mitad de la población mundial, ha restringido marcadamente la actividad económica del mundo con la consecuencia imprevista de una reducción de la contaminación atmosférica. Han comenzado a llegar informes de todo el planeta indicando que pueden verse cielos azules, en algunos casos por primera vez en la vida de los habitantes del lugar. Los datos satelitales de los niveles de concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) durante el período de cierre comparados con los niveles de NO2 del mismo período de 2019, muestran claras disminuciones. De igual modo, los datos suministrados por el satélite Sentinel 5-P (vea el gráfico 1) muestran que en las zonas del confinamiento, los niveles medios de NO2 en 2020, para el período que abarca desde el 15 de marzo hasta el 30 de abril, fueron inferiores a los niveles de 2019. En el gráfico 2 se observa una disminución similar en India. Estos resultados eran previsibles dado que el tráfico vehicular, una de las principales fuentes de emisiones de NO2, disminuyó marcadamente durante el confinamiento. El análisis también ha puesto de relieve los notables avances tecnológicos que se han realizado para medir la contaminación; gracias a los datos satelitales, es posible medir los niveles de NO2 casi en tiempo real en todo el mundo.

Gráfico 1: Los niveles de NO2 disminuyeron marcadamente en todo el mundo durante el confinamiento

Concentraciones medias de NO2, sobre la base de datos satelitales, entre el 15 de marzo y el 30 de abril de 2020 (con confinamiento)Image

Concentraciones medias de NO2, sobre la base de datos satelitales, entre el 15 de marzo y el 30 de abril de 2019 (sin confinamiento)ImageFuente: Personal del Banco Mundial. Notas: Datos del dióxido de nitrógeno (columna vertical troposférica), procesados mediante el motor de Google Earth.

Gráfico 2: Los niveles NO2 disminuyeron marcadamente en toda la región de Asia meridional durante el confinamiento

Concentraciones medias de NO2, sobre la base de datos satelitales, entre el 15 de marzo y el 30 de abril de 2020 (con confinamiento) y entre el 15 de marzo y el 30 de abril de 2019 (sin confinamiento)

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Fuente: Personal del Banco Mundial. Notas: Datos del dióxido de nitrógeno (columna vertical troposférica), procesados mediante el motor de Google Earth. Vea la imagen completa aquí

Los datos de los niveles de NO2 registrados por monitores a nivel del suelo indican una situación similar. Las concentraciones medias diarias de NO2 en la provincia de Hubei, China, donde está situada la ciudad de Wuhan, muestran una marcada disminución cuando entró en vigor el confinamiento (vea el gráfico 3, panel izquierdo). Los niveles de NO2 en 2020, sin embargo, volvieron a los niveles registrados en 2019 una vez que finalizó el confinamiento. En Francia, los datos registrados por monitores a nivel del suelo también muestran que las concentraciones diarias de NO2 disminuyeron durante el confinamiento y la interrupción del tráfico vehicular (vea el gráfico 3, panel central). El impacto fue aún más marcado en la llanura indogangética, una de las regiones más contaminadas de la India, como se muestra en el gráfico 3 (vea el panel derecho).

Gráfico 3: Los niveles de NO2 disminuyeron marcadamente en Hubei (China), Francia, y la llanura indogangética (India) durante el confinamiento

Promedio móvil de 7 días de concentraciones diarias de NO2, sobre la base de los datos registrados por monitores a nivel del suelo, antes, durante y después del confinamiento

ImageFuente: Personal del Banco Mundial. Notas: Se obtuvieron datos de OpenAQ (https://openaq.org/ [i]) para las mediciones de PM2,5 y NO2 registradas por monitores a nivel del suelo para India, China y Francia.  Los datos de la Junta Central de Control de la Contaminación (CPCB) de India (https://www.cpcb.nic.in/ [i]]) se combinaron con los datos de OpenAQ para completar la información sobre India. Los datos se descargaron del siguiente sitio web https://app.cpcbccr.com/ccr/#/caaqm-dashboard-all/caaqm-landing/data (i). Vea la imagen completa aquí.

¿Esta disminución de los niveles de NO2 implica que las personas están expuestas a niveles más bajos de contaminantes nocivos? Estas partículas, que se denominan PM2,5, tienen un diámetro aerodinámico inferior a 2,5 micrones, alrededor de una trigésima parte del grosor del cabello humano. La exposición a PM2,5 puede causar enfermedades mortales tales como cáncer de pulmón, accidentes cerebrovasculares y cardiopatías.

¿Cuál fue el efecto del confinamiento en los niveles de PM2,5? Los datos satelitales no proporcionan estimaciones precisas de las PM2,5 en tiempo real, y se necesitan datos registrados por monitores a nivel del suelo.

Estos datos sugieren que el impacto del confinamiento no es tan claro (gráfico 4).

Gráfico 4: El impacto del confinamiento en los niveles de PM2,5 no tuvo la misma magnitud en Hubei (China), Francia y la llanura indogangética (India)

Promedio móvil de 7 días de concentraciones diarias de PM2,5, sobre la base de los datos registrados

ImageFuente: Personal del Banco Mundial. Notas: Se obtuvieron datos de OpenAQ (https://openaq.org/) (i) para las mediciones de PM2,5 y NO2 registradas por monitores a nivel del suelo para India, China y Francia. Los datos de la Junta Central de Control de la Contaminación (CPCB) de India (https://www.cpcb.nic.in/) (i) se combinaron con los datos de OpenAQ para completar la información sobre India. Los datos se descargaron del siguiente sitio web https://app.cpcbccr.com/ccr/#/caaqm-dashboard-all/caaqm-landing/data (i). Vea la imagen completa aquí.

En la provincia de Hubei, los niveles de PM2,5 en 2020 fueron más bajos que en 2019, pero esto sucedía incluso antes del confinamiento. Por otra parte, el confinamiento coincidió con un período en el que los niveles de PM2,5 disminuyen estacionalmente. En Francia, no se registró ningún cambio en los niveles de PM2,5 después del confinamiento. Y en la llanura indogangética de India, al igual que en Hubei, los niveles de PM2,5 en 2020, tanto antes como después del confinamiento, fueron más bajos que en 2019, posiblemente como resultado de programas gubernamentales para controlar la contaminación atmosférica o debido a factores meteorológicos o a raíz de la desaceleración de la actividad económica en el país. Sin embargo, los niveles de PM2,5 disminuyeron aún más cuando se impuso el confinamiento.

El panorama también es diverso a nivel urbano.

Sorprendentemente, no se registraron diferencias en los niveles de PM2,5 en las ciudades chinas de Shanghai, Beijing y Tianjin como resultado del confinamiento (gráfico 5).

Gráfico 5: El confinamiento no tuvo impacto alguno en los niveles de PM2,5 en ciudades de China

Promedio móvil de 7 días de concentraciones diarias de PM2,5, sobre la base de los datos registrados por monitores a nivel del suelo, antes, durante y después del confinamiento en Shanghai, Tianjin y Beijing

ImageFuente: Personal del Banco Mundial. Notas: Se obtuvieron datos de OpenAQ (https://openaq.org/ [i]) para las mediciones de PM2,5 y NO2 registradas por monitores a nivel del suelo para India, China y Francia. Vea la imagen completa aquí.

Gráfico 6: El confinamiento tuvo impactos diversos en los niveles de PM2,5 en ciudades de India

Promedio móvil de 7 días de concentraciones diarias de PM2,5, sobre la base de los datos registrados por monitores a nivel del suelo, antes, durante y después del confinamiento en Nueva Delhi, Kolkata y Mumbai

ImageFuente: Personal del Banco Mundial. Notas: Se obtuvieron datos de OpenAQ (https://openaq.org/ [i]) para las mediciones de PM2,5 y NO2 registradas por monitores a nivel del suelo para India, China y Francia. Los datos de la Junta Central de Control de la Contaminación (CPCB) de India (https://www.cpcb.nic.in/ [i]) se combinaron con los datos de OpenAQ para completar la información sobre India. Los datos se descargaron del siguiente sitio web https://app.cpcbccr.com/ccr/#/caaqm-dashboard-all/caaqm-landing/data (i). Vea la imagen completa aquí.

Los niveles de PM2,5 disminuyeron en Delhi alrededor de 10 días después del confinamiento (gráfico 6, panel izquierdo). Es interesante observar que los niveles de 2020 fueron inferiores a los niveles de PM2,5 en 2019. En Kolkata, la disminución se produjo más de tres semanas después del confinamiento (gráfico 6, panel central). En Mumbai, hubo poca diferencia entre los niveles de 2019 y de 2020 (gráfico 6, panel derecho) y los niveles de concentración en Mumbai fueron sistemáticamente más bajos que en Delhi o Kolkata.

Las reducciones más pequeñas, o nulas, en las concentraciones de PM2,5 obedecen a que las PM2,5 tienen una estructura compleja de fuentes y no todas las fuentes de PM2,5 se vieron afectadas por el confinamiento económico. Entre las fuentes más comunes cabe citar las emisiones generadas por la quema de combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, y biomasa sólida, como madera, carbón vegetal o residuos de cultivos. Las PM2,5 también están presentes en el polvo que acarrea el viento, que incluye el polvo natural, así como el polvo de obras en construcción, carreteras y plantas industriales. 

Además de las emisiones directas, las PM2,5 se pueden formar indirectamente (en cuyo caso se denominan PM2,5 secundarias) a partir de reacciones químicas que involucran a otros contaminantes, como amoníaco (NH3) combinado con dióxido de azufre (SO2) y dióxido de nitrógeno (NO2). Además, las PM2,5 pueden quedar suspendidas en la atmósfera durante largos períodos de tiempo y viajar cientos o miles de kilómetros. El confinamiento ha tenido una amplia gama de impactos en distintas fuentes de PM2,5 en lugares geográficos diferentes, que ilustran estas sorprendentes tendencias.

En síntesis, la calidad del aire tiene muchos componentes y las mejoras no fueron congruentes como resultado del confinamiento económico, en particular en cuanto concierne al contaminante más nocivo para la salud humana: PM2,5.

¿Por qué esto es importante en este momento de la crisis sanitaria de la COVID-19?

La pandemia de COVID-19 es una grave crisis sanitaria que ha provocado la peor crisis económica de nuestra época. Sin embargo, no es conveniente que los responsables de formular las políticas dejen de prestar atención a los impactos sanitarios de la contaminación atmosférica. ¿Por qué?

En primer lugar, la contaminación atmosférica sigue siendo un desafío y las consecuencias sanitarias de la mala calidad del aire aún afectan a todos los niveles de la sociedad.

Quizás aún más importante en el contexto de la COVID-19, numerosos estudios permiten suponer que existe una correlación entre la contaminación atmosférica y los contagios de COVID-19[1]. Para explicar estas conclusiones empíricas, los epidemiólogos señalan que Se cree que el virus se transmite por gotículas que quedan suspendidas en el aire, en particular cuando una persona infectada estornuda o tose. Dado que la tos es una respuesta común a la contaminación atmosférica, es probable que esta aumente la transmisión. Además, la contaminación atmosférica puede aumentar la susceptibilidad a la infección. En las vías aéreas superiores, donde es más probable que se depositen las gotículas virales, las células que recubren las vías respiratorias tienen filamentos en forma de cabello denominados cilios. Estos cilios mueven el moco en el que han quedado atrapadas las partículas virales hacia el frente de la nariz para que este sea expulsado en un pañuelo de papel, o hacia la garganta, para que sea tragado, evitando de este modo que el virus ingrese a los pulmones. La contaminación atmosférica degrada estas células de manera que los cilios ya no están presentes o no funcionan, por lo cual las personas son más susceptibles de contagiarse de COVID-19. Por último, existe un consenso creciente de que las personas con enfermedades crónicas preexistentes (cardiopatía, diabetes, enfermedad pulmonar crónica no asmática y enfermedad renal crónica) conforman la mayoría de los pacientes hospitalizados por COVID-19.

En esta etapa, las vinculaciones entre la COVID-19 y la contaminación atmosférica aún no son concluyentes debido a la imposibilidad de contabilizar con precisión los casos de COVID-19 o, incluso, las muertes causadas por la enfermedad, y al hecho de que los impactos dependen de diversos factores, como la capacidad del sistema de salud, el acceso a los hospitales y la voluntad de las personas de concurrir a ellos. No obstante, teniendo en cuenta los conocimientos actuales y los datos señalados, es razonable esperar una vinculación general entre la contaminación atmosférica y las infecciones respiratorias. Por otra parte, durante la epidemia de síndrome respiratorio agudo grave (SRAG) en 2003 (el virus que causa SRAG es un pariente cercano del que causa COVID-19), en varios estudios se estableció un vínculo ente la contaminación atmosférica y el aumento de la mortalidad por SRAG. En un estudio se estableció que la probabilidad de que los pacientes de SRAG en regiones de China con un alto índice de la calidad del aire fallecieran debido a la enfermedad era dos veces mayor en comparación con los pacientes de regiones con un índice bajo.

Esta sección se basa en gran medida en una entrevista con Michael Brauer, profesor de la Escuela de Población y Salud Pública de la Universidad de British Columbia.

En síntesis, Este problema persiste dado que la calidad del aire no ha mejorado de manera uniforme durante la pandemia.

¿Qué deben hacer los responsables de formular las políticas?

  • Como mínimo, deben proseguir los programas gubernamentales para controlar la contaminación atmosférica y los países no deben flexibilizar las reglamentaciones ambientales como parte de los programas de recuperación económica.
  • Además, se deben desalentar las actividades que podrían generar aumentos de la contaminación atmosférica en el corto plazo, por ejemplo la quema de residuos de cultivos. El Departamento de Ecología del estado de Washington, EE. UU., solicitó que se prohibieran las quemas, restringiéndose o posponiéndose aquellas innecesarias, con el objeto de ayudar a contener la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19. Del mismo modo, los esfuerzos emprendidos por el Gobierno de India para proporcionar a mujeres de hogares pobres acceso gratuito a cilindros de gas de petróleo licuado para cocinar son encomiables, dado que constituyen una intervención de política de protección social y una política para contener la pandemia.
  • Por último, en vista de que las decisiones que se adopten hoy para estimular la recuperación económica fijarán el nuevo tipo de economía que existirá durante un período incierto, y dado que los Gobiernos carecerán de fondos para invertir en bienes públicos, como el aire limpio, debido a la deuda que están acumulando, hay sólidos argumentos económicos en favor de emprender ahora la doble tarea de impulsar el crecimiento y mejorar los resultados ambientales. ¿Es esto posible?  

 

¿Los países pueden retomar la senda de un crecimiento más limpio, estimulando el crecimiento económico y también reduciendo la contaminación atmosférica?

¿Qué sucederá cuando los países pongan fin al confinamiento económico y se reanude la actividad económica? ¿Aumentará nuevamente la contaminación, o los países pueden utilizar los programas de recuperación de la economía para retomar la senda de un crecimiento más sólido y más limpio? Esta cuestión es importante porque se corre el riesgo de que la contaminación atmosférica no solo regrese a sus niveles anteriores sino, además, de que probablemente empeore si, para estimular el crecimiento, se flexibilizaran las reglamentaciones ambientales.

La experiencia adquirida por los países a través de los programas de estímulo fiscal verde en el momento de la crisis económica de 2008 proporciona algunas lecciones y sugiere que es posible retomar la senda de un crecimiento más limpio.

Primero, una definición de lo que denominamos “programa de estímulo fiscal verde”.

El término estímulo fiscal verde se refiere a las políticas y medidas que contribuyen a estimular la actividad económica en el corto plazo, a crear condiciones para la expansión a largo plazo del producto y a mejorar los resultados ambientales en el corto y el largo plazo. Los incentivos para que las empresas inviertan en tecnologías para reducir la contaminación atmosférica, por ejemplo en tecnología para reducir la contaminación, no constituyen, en sí mismos, un estímulo fiscal verde. También se necesitan medidas adicionales para estimular la demanda, a través de un programa de adquisiciones verdes para obtener bienes de industrias más limpias. Por otra parte, el programa de adquisiciones verdes debe aplicarse a gran escala de manera que contribuya a reducir el costo de la producción en el curso del tiempo y respalde la expansión económica en el largo plazo.

Cuando finalizó la crisis financiera internacional de 2008, el Gobierno de Estados Unidos puso en marcha un programa de estímulo fiscal verde para rescatar al sector automotriz. El programa impulsó la reactivación del sector y promovió la venta de vehículos eficientes desde el punto de vista energético. En 2008, el Programa de Alivio de Activos en Problemas otorgó a las empresas automotrices estadounidenses préstamos por un valor total de USD 80 000 millones. El apoyo estaba sujeto a la condición de que las empresas presentaran un plan para fabricar vehículos eficientes desde el punto de vista energético (que abarcan tanto vehículos híbridos como eléctricos) como parte de sus planes de reestructuración. A continuación, en 2009, se estableció el programa “dinero por chatarra” que, mediante incentivos para que los conductores cambiaran sus viejos vehículos con alto consumo de combustible por nuevos modelos de bajo consumo, incrementó las ventas de automóviles nuevos eficientes desde el punto de vista energético. Se calcula que el programa creó o salvó 42 000 empleos relacionados con la industria automotriz en el segundo semestre de 2009. A raíz del programa, además, la eficiencia en el uso del combustible mejoró un 61 % tras el canje de automóviles, en comparación con los vehículos nuevos adquiridos, con la consiguiente disminución de 72 millones de galones de gasolina al año. Luego del rescate, el empleo en la industria automotriz se estabilizó y después repuntó, y las empresas resurgieron como entidades rentables. En realidad, desde 2009, la industria automotriz ha sumado más de un cuarto de millón de empleos: 236 000. Los automóviles y camiones nuevos que se venden en EE. UU. consumen mucho menos combustible que hace una década.

De igual modo, en respuesta a la segunda contracción económica más grande del país que se produjo en el último trimestre de 2008, a la vez que enfrentaba los impactos del cambio climático y la contaminación y una alta dependencia de combustibles fósiles importados, Corea del Sur puso en marcha el Nuevo Pacto Verde en 2009. A través de esta directriz normativa, el Gobierno identificó proyectos clave en las esferas de la energía renovable, los edificios eficientes desde el punto de vista energético, los vehículos y ferrocarriles con bajas emisiones de carbono, y el abastecimiento de agua y la gestión de residuos, con el objeto de estimular el crecimiento económico, crear empleos productivos y mejorar los resultados ambientales. El programa comenzó con un plan de inversión de KRW 50 billones (USD 38 500 millones) para el período de 2009-12. Al mismo tiempo, se elaboró un presupuesto suplementario adicional en forma de un paquete de estímulo verde. El presupuesto suplementario, que representaba el 6,3 % del presupuesto del ejercicio de 2009, fue el mayor en toda la historia fiscal de Corea. Más importante aún, esta iniciativa ha impulsado el desarrollo de la tecnología y la industria verde en el país. Desde 2007, la industria de la energía renovable ha crecido 6,5 veces en términos de las ventas y 7,2 veces en términos de las exportaciones. Por otra parte, se registró un aumento de las inversiones verdes privadas. Las inversiones verdes de los 30 conglomerados principales aumentaron un 75 % al año entre 2008 y 2010. El programa de estímulo también creó nuevos motores de crecimiento. Entre ellos, la finalización de la principal fábrica de baterías de automóviles eléctricos del mundo, que es la segunda más grande a nivel mundial y produjo un cambio radical, de un déficit comercial a un superávit comercial en 2010.

¿Cómo sería un programa de estímulo verde para respaldar la recuperación económica y, al mismo tiempo, reducir la contaminación atmosférica?

En este caso, es importante entender la composición de la fuente de contaminación atmosférica. Las tendencias en materia de PM2,5 sugieren, en efecto, que varios factores contribuyen a los niveles de concentración de PM2,5, y si bien las fuentes vinculadas al transporte son importantes, también contribuyen otros sectores, como la generación de energía eléctrica, la contaminación industrial, el uso doméstico de energía de biomasa, y la agricultura. Por lo tanto, un programa para reducir la contaminación atmosférica debe abarcar múltiples sectores. Además, como se señaló anteriormente, en el programa se deberían combinar medidas relacionadas con la oferta y con la demanda.

El cuadro 1 contiene ejemplos de las medidas de política que se pueden adoptar en los diferentes sectores para reducir la contaminación atmosférica y respaldar la recuperación económica.

Cuadro 1: Ejemplos de medidas de política para reducir la contaminación atmosférica y, al mismo tiempo, respaldar la recuperación económica

Sector

Medidas para estimular la producción verde

Medidas para estimular la demanda verde

Transporte

Política de desguace de vehículos para promover el retiro de vehículos viejos.

Programa de dinero por chatarra para incentivar la modernización del parque automotor.

Industria

Certificación verde y líneas de crédito subvencionado para la producción verde.

Programa de adquisiciones verdes.

Agricultura

Reducir/eliminar el subsidio del fertilizante portador de urea (el uso excesivo de este fertilizante es una fuente secundaria de PM2,5) y destinar el subsidio a la agricultura orgánica.

 

Energía

Préstamos subvencionados para energía renovable.

Programa de fijación de límites e intercambio de emisiones (para generar demanda de energía limpia).

El cuadro 1 contiene algunos ejemplos, pero existen numerosas medidas que permiten promover la recuperación económica y, al mismo tiempo, mejorar la calidad del aire. La creación de zonas de bajas emisiones y áreas exclusivas para peatones puede reducir la contaminación atmosférica y estimular el crecimiento de la economía minorista a través de restaurantes y centros comerciales, y es otro ejemplo que está cobrando impulso debido a que los ciudadanos desean mantener el aire limpio en sus ciudades.

En conclusión, aunque algunos elementos de la calidad del aire han mejorado, los contaminantes más nocivos —PM2,5— todavía siguen presentes a pesar del confinamiento económico. Además, es probable que estas partículas estén acrecentando la propagación y la gravedad de la COVID-19. Durante este tiempo, por lo tanto, los Gobiernos deben seguir prestando atención a la gestión de la contaminación atmosférica.

Como primer paso, los responsables de formular las políticas pueden adoptar las siguientes medidas:

  • En el corto plazo, los países deben proseguir los programas de control de la contaminación atmosférica y no flexibilizar las reglamentaciones ambientales en nombre del crecimiento económico. También se deberían desalentar las actividades que podrían generar un aumento de la contaminación atmosférica en el corto plazo.
  • Al mismo tiempo que los Gobiernos dedican atención a la recuperación económica, deberían establecer programas de estímulo fiscal verde para lograr un mayor nivel de crecimiento y un menor grado de contaminación. Esto es posible.
  • Por último, los datos son esenciales. Los países deben medir toda la gama de contaminantes y difundir esta información en tiempo real. La combinación de los datos registrados por monitores a nivel del suelo y los datos satelitales proporcionará un panorama más preciso.

** “Construir un futuro equilibrado” es una nueva serie del Banco Mundial en que se presentan enseñanzas derivadas de la COVID-19 y opiniones de expertos acerca de cómo crear un mundo inclusivo y sostenible que sea más resiliente a las crisis.

Richard Damania, Karin Kemper, Susan Pleming, Elizabeth Mealey, Karin Shepardson, Martin Heger, Daniel Mira-Salam, Ernesto Sanchez-Triana, Yewande Awe, Jostein Nygard y Dafei Huang contribuyeron con este artículo. Nagaraja Rao Harshadeep, Hrishi Patel y Rochelle O’Hagan dieron apoyo con el análisis de los datos.