COMUNICADO DE PRENSA

Más allá de la brecha de género: Mujeres de América Latina y el Caribe en busca de un nuevo equilibrio

Octubre 25, 2011




Estudio del Banco Mundial, lanzado con la participación de líder de ONU Mujeres Michelle Bachelet, arroja luz sobre respuestas a una nueva realidad de género

 

NUEVA YORK, 25 de octubre de 2011 - En muchos aspectos, la brecha de género en América Latina y el Caribe (ALC) se ha cerrado. Hoy en día, la cantidad de mujeres de la región en escuelas y universidades es mayor que la de los hombres. Desde 1980, casi 70 millones de mujeres se han incorporado al mercado de trabajo asegurando que haya hoy más mujeres trabajando fuera del hogar que solo en él, y que el porcentaje de mujeres solteras con trabajo sea tan alto como el de hombres solteros.

 

"La región está dando pasos importantes hacia una mayor equidad social, con avances significativos en la reducción de la pobreza. También estamos presenciando una reducción de las disparidades de género", dijo Pamela Cox, vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. "Estamos contentos de ver que el enfoque en mejorar la situación de la mujer está dando sus frutos".

 

Según el nuevo estudio, Trabajo y familia: Mujeres de América Latina y el Caribe en busca de un nuevo equilibrio, las tasas de mortalidad materna han disminuido de forma continua en la región desde la década de 1980. De hecho, los países más afectados han visto el mayor avance, con tasas de mortalidad reducidas en un 40 por ciento en el Caribe y en un 70 por ciento en la región andina. Las tasas de fecundidad latinoamericanas son ahora tan bajas como los de naciones industrializadas.

 

Con la excepción de las poblaciones indígenas, las niñas ahora superan a los chicos en la educación, según el estudio presentado hoy en la sede de ONU Mujeres en Nueva York. Tasas de matrícula femenina desde la primaria hasta la educación terciaria han aumentado hasta el punto de cerrar o incluso revertir la brecha de género. En el mercado laboral, dicha brecha se ha reducido más rápido que en cualquier otra región del mundo en desarrollo. En la mayoría de los países de ALC la tasa de mujeres trabajadoras se ha duplicado desde la década de 1960 y se ha triplicado en Brasil.

 

Este compromiso profesional ampliado de las mujeres en la sociedad latinoamericana también se ha traducido en una mayor participación en la política formal, con la proporción de escaños parlamentarios ocupados por mujeres en la región en casi 24 por ciento, la más alta entre todas las regiones del mundo.

 

El espectacular aumento de mujeres trabajadoras ha traído un nivel de igualdad financiera y social entre hombres y mujeres inimaginable décadas atrás. Sin embargo, el aumento de acceso al trabajo y la independencia económica no se traducen automáticamente en mayor bienestar. El nuevo estudio sugiere evitar tales conclusiones simplistas, e insta a una comprensión matizada de las diferencias que persisten y que requieren un nuevo enfoque en las cuestiones de género.

 

"La mujer latinoamericana ha recorrido un largo camino en un tiempo relativamente corto, con un mayor acceso a la salud, la educación y el empleo", dijo la Sub-Secretario General de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo de la mujer, Michelle Bachelet,durante el lanzamiento. "Ahora tenemos que consolidar los logros y reducir las desigualdades, frente a la doble carga del trabajo no remunerado de las mujeres, y aumentar la participación política de las mujeres y su liderazgo. ONU Mujeres está comprometida con ello,”  agregó Bachelet, quien fue Presidente de Chile entre 2006 y 2010.

 

La búsqueda por alcanzar un equilibrio entre la vida y el trabajo refleja la tensión que comúnmente se conoce como "la culpa de las madres." En América Latina y el Caribe, los hombres y las mujeres tienden a creer aún que los niños pequeños están propensos a sufrir si sus madres trabajan. Sin embargo, cada vez más, mujeres y hombres en la región también creen que la identidad de las mujeres va más allá de su papel de ama de casa. Esta aparente contradicción representa la tensión entre los roles y las identidades que las mujeres ahora tratan de conciliar.

 

Como se discute en el informe, en algunos casos, las dinámicas del hogar pueden producir asignaciones eficientes de recursos, en que ambos cónyuges ganan con la cooperación. En otros casos, las interacciones del hogar pueden ser mucho menos eficientes y llevar a resultados destructivos, incluidos los casos extremos de violencia doméstica. Comprender las condiciones que afectan a las posiciones de negociación, es por ende crucial en la realidad actual.

 

Interacciones del hogar rara vez se explotan en el diseño de políticas. Una notable excepción son los programas de transferencias condicionadas de dinero en efectivo, creados en América Latina, que favorecen a las mujeres como las destinatarias de pequeñas sumas de dinero entregadas a cambio de mantener a los niños en la escuela y bajo chequeos médicos regulares. Estos programas están diseñados en la presunción de que el dinero en manos de las mujeres se gasta de manera diferente y beneficia a los niños más.

 

 "La política de género en la región está en un momento crucial", dijo el Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre. "Las pruebas y los análisis presentados en este estudio indican que las mujeres en la región enfrentan cada vez más al complejo desafío de equilibrar distintos roles, identidades y aspiraciones. Estas complejidades tienen que ser llevadas al corazón del diseño de políticas, con un mayor énfasis en la equidad que la igualdad".

 

El estudio evidencia, por ejemplo, las demandas de las mujeres de una mayor flexibilidad. Hoy, lamentablemente, las instituciones formales del mercado de trabajo siguen siendo insensibles a estas necesidades, dejando a las mujeres en la región con la única opción del empleo informal -- sin protecciones laborales básicas y sin el potencial de crecimiento profesional -- pero con la flexibilidad laboral que facilita equilibrar las responsabilidades familiares.

 

Esto pone en relieve el valor de políticas que ayuden a las mujeres a encontrar un equilibrio entre demandas competitivas, a través de contratos de trabajo que permitan horarios flexibles, incluidos los de tiempo parcial, o normas que mejor protejan las uniones informales de pareja. Una legislación que reconoce las presiones de la maternidad en el mundo de hoy puede rendir importantes frutos al permitir a las mujeres cumplir con su identidad como madres y trabajadoras, mejorando la calidad de su participación económica, aumentando su bienestar y el de toda la familia.

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2012/123/LAC

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