COMUNICADO DE PRENSA

La recuperación mundial ofrece oportunidades de crecimiento y reformas de políticas en Oriente Medio y Norte de África

Abril 08, 2014


Ciudad de Washington, 8 de abril de 2014. En el informe de actualización económica regional más reciente del Grupo del Banco Mundial se proyecta que el crecimiento en la región de Oriente Medio y Norte de África se acelerará de un promedio de 2,6 % en 2013 a un 4,6 % en 2015. Debido al repunte previsto de la economía mundial, se considera que 2014 será auspicioso y que 2015 podría ser un punto de inflexión para los países de la región, que comenzarán a beneficiarse de una mayor demanda externa proveniente de las economías de ingreso alto.

“Los avances positivos en el clima político de los países en transición podrían generar las condiciones para mejoras graduales en las perspectivas económicas”, afirma Inger Andersen, vicepresidenta de la Oficina Regional de Oriente Medio y Norte de África del Banco Mundial. Sin dudas, insistir con las reformas económicas y estructurales necesarias ayudará a la región a afrontar los problemas que en el pasado le impidieron avanzar hacia un crecimiento más acelerado y sostenible”.

Las perspectivas para las economías de Oriente Medio y Norte de África son prudentemente positivas. Se espera que un aumento de la demanda mundial impulse las exportaciones de energía y productos manufacturados de los países que comercian con países de ingreso alto. Se prevé que los exportadores de petróleo de la región, especialmente los países que integran el Consejo para la Cooperación en el Golfo, encabezarán la recuperación regional con un crecimiento que alcanzará el 3,5 % en 2014 y el 4,8 % en 2015. Los importantes paquetes estímulo de estos países y los flujos de fondos que llegarán al resto de la región, especialmente a Egipto y Jordania, continuarán reforzando las tasas de crecimiento regional a medida que sigan aumentando los gastos corrientes y de capital. Se anticipa un repunte del crecimiento en países en desarrollo exportadores de petróleo, como Irán, Iraq, Argelia, Libia y Yemen, que llegará al 6,8 % en 2015, tras registrar un valor adverso de 0,7 % en 2013. Las economías de los importadores de petróleo como Egipto, Túnez, Líbano y Jordania continúan siendo frágiles pero se prevé una leve recuperación del crecimiento durante este período.

“La recuperación mundial aún es frágil y se mantienen los factores de riesgo de deterioro, como los niveles sostenidos de baja inflación en las economías de ingreso alto y la intensificación del conflicto de Ucrania”, indica Shanta Devarajan, economista en jefe de la Oficina Regional de Oriente Medio y Norte de África del Banco Mundial. “El mayor riesgo para la recuperación económica de la región es que no se resuelvan los problemas estructurales antiguos”.

En el informe, Middle East and North Africa: Harnessing the Global Recovery, a Tough Road Ahead (Oriente Medio y Norte de África: Aprovechar la recuperación mundial, un camino difícil), se señalan los desafíos económicos y las oportunidades que tienen ante sí estos países y se hace hincapié en la importancia de insistir con las reformas. Se advierte también que, si bien la región experimenta un leve repunte del crecimiento, ayudado por la recuperación de la economía mundial y la reducción de las tensiones políticas en algunos de los países en transición, las perspectivas de una recuperación económica total son inciertas si no prosperan las reformas.

Los mercados laborales de casi todos los países de Oriente Medio y Norte de África están segmentados con una marcada división entre los protegidos y los excluidos. Las complicadas regulaciones hacen que las empresas nuevas y pequeñas se encuentren en desventaja y que los mercados laborales estén muy sesgados hacia los empleos del sector público. Según estimaciones del Banco Mundial, se necesitarán cerca de 28 millones de empleos en los próximos siete años simplemente para evitar que suba la tasa de desempleo. Si bien la desigualdad de ingresos se ha mantenido baja y, en algunos casos, los ingresos del 40 % más pobre han crecido a un ritmo más acelerado que el promedio, la vulnerabilidad ha aumentado y un segmento considerable de la población podría caer en la pobreza extrema si se produjera una crisis.

La diversificación económica no se ha materializado, ya que la región carece de inversiones en capital “intangible”, es decir, educación, innovación e instituciones sólidas que fomenten la competencia. La corrupción es frecuente en casi todos los países de la región y se observa especialmente en las contrataciones del sector público. A pesar de todo, los autores del informe adoptan una postura prudentemente optimista.

 

 

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2014/428/MENA

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