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COMUNICADO DE PRENSAMarzo 16, 2022

La falta de recursos para las empresas más productivas y otros obstáculos han impedido el crecimiento de la productividad mexicana por décadas

The World Bank

Un estudio del Banco Mundial analiza las causas del estancamiento productivo en el país

CIUDAD DE MÉXICO, 16 de marzo de 2022. Los últimos seis censos económicos de México, que recolectaron datos de 20 millones de empresas a lo largo de dos décadas (1994-2019), fueron analizados por expertos del Banco Mundial para responder a la pregunta de por qué, después de décadas de reformas importantes, si el país tiene una ubicación geográfica con ventajas frente a los mercados estadounidense y canadiense, su crecimiento sigue estancado y su productividad está por debajo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de sus pares de América Latina.

El diagnóstico y las respuestas al dilema planteado están en el reporte: Crecimiento de la productividad en México: comprendiendo las dinámicas principales y los determinantes clave presentado hoy. El informe señala que, pese a su enorme potencial por factores como la proximidad con Estados Unidos y el crecimiento de su fuerza laboral, México ha perdido casi tres décadas en cuanto al crecimiento potencial de su productividad.

“Pese a todo su potencial, durante casi tres décadas el crecimiento de la productividad mexicana ha sido en cámara lenta”, aseguró Mark R. Thomas, director del Banco Mundial para México, Colombia y Venezuela. “Nuestro análisis indica que este estancamiento, exacerbado ahora por los desafíos estructurales derivados de la pandemia, se debe en parte a la incapacidad de asignar recursos a las empresas más productivas y a los obstáculos para su crecimiento”, indicó.

De acuerdo con el análisis, los obstáculos que impiden que la productividad del país crezca son varios y se relacionan con temas institucionales, como el crimen o la corrupción, que reducen incentivos para la inversión para mejorar la organización y la gestión empresarial, así como políticas que complementen los procesos de aglomeración y promuevan sinergias, sobre todo en el sur del país.

También hay restricciones al financiamiento y al crédito, así como pocos incentivos para la innovación tecnológica. Hay, además, excesivas regulaciones para la actividad económica que limitan el crecimiento, sobre todo de las empresas con mayor potencial y productividad, y restringen la salida del mercado de empresas ineficientes.

Por ejemplo, en México los bancos son pocos y no compiten suficientemente entre ellos. Además, piden muchas garantías a sus clientes, lo que dificulta el acceso a créditos, especialmente a las empresas jóvenes y más innovadoras que cuentan con activos intangibles, pero apenas tienen garantías mobiliarias. En el país, los créditos privados internos equivalen solo al 35% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras en América Latina son casi el doble.

Las autoridades en los tres niveles de gobierno han elevado los costos de hacer negocios. Elementos clave como logística en los puertos o un mercado laboral eficiente son mejorables. Las instituciones que deben impulsar la innovación tecnológica no coordinan entre sí, dispersando sus iniciativas. Además, no todos los territorios productivos se benefician de las ventajas de la aglomeración y de la integración con las cadenas globales de valor.  

En México, pocas empresas medianas pueden transformarse en grandes. Según los datos recogidos, las empresas mexicanas con menos de cinco trabajadores le dan sustento a casi un tercio de la masa laboral. En Estados Unidos, en cambio, solo contratan al cinco por ciento de los trabajadores.

En contraste, las compañías con más de 500 empleados absorben apenas el 25 por ciento de la masa laboral mexicana, comparado con el 50 por ciento en Estados Unidos.

El informe destaca que la apertura comercial de los años 90 impulsó a los sectores económicos mejor colocados para gozar de las ventajas internacionales, pero rezagó a quienes no pudieron conectarse. Ello agravó la dispersión y la heterogeneidad de la economía mexicana aumentando la disparidad de productividad entre regiones. Esa disparidad no se ha dado entre municipios y existen algunos que han crecido rápidamente en los estados más pobres. El problema es que la cantidad de los municipios con alto crecimiento de la productividad no es suficiente para acelerar el crecimiento de estos estados.

Liberar el potencial productivo de México pasa también por más y mejores ofertas de financiamiento. Ello se daría además si, entre otras cosas,  las autoridades redujeran las regulaciones para las empresas, hubiera menos crimen y corrupción,  los puertos fueran más eficientes, la densidad de la población se duplicara, las autoridades acompañaran el salto de las firmas medianas hacia las cadenas globales de valor, la innovación tecnológica estuviera concentrada en un foco institucional eficaz, la urbanización abarcara a más agentes económicos y  los territorios productivos del norte, el centro y el sur se articularan con políticas de desarrollo local adecuadas y lograran avanzar y crecer de una forma más homogénea.

Los autores aseguran que para que el crecimiento de la productividad detone todo su potencial, se podría:

· Enfocar los programas de garantía en las empresas más productivas y con mayor potencial de innovar, que cuentan con especiales limitaciones financieras.

· Fortalecer los burós y registros de información crediticia, para mejorar la asignación del financiamiento hacia las empresas más productivas.

· Aclarar las reglas sobre las cláusulas de caducidad que limitan el tiempo en el que las empresas se gradúan de los programas de garantía, alentando a los bancos a mejorar la gestión del riesgo, la calidad de la información y la evaluación crediticia.

· Simplificar el régimen de quiebras mediante mecanismos extrajudiciales que permitan la salida o la reestructuración de las empresas menos eficientes.

· Fortalecer la política de competencia reformando la regulación del mercado de productos (especialmente en las industrias de servicios) y frenando la concentración y el poder de mercado en los mercados críticos.

· Reforzar el papel de la Comisión Federal de Competencia Económica para mejorar la aplicación de la política de competencia, especialmente para frenar el comportamiento de cártel.

· Reducir las barreras regulatorias para potenciar la creación y el crecimiento de empresas a nivel subnacional.

· Desarrollar planes de desarrollo urbano más amplios, más allá de la vivienda, para conectar a las empresas con los hogares y promover ciudades productivas, habitables y sostenibles.

· Aumentar los incentivos para que las empresas inviertan en innovación, mejora de su gestión y organización.

 

COMUNICADO DE PRENSA N.º 2022/01/MEX

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Rafael Archondo

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