MALABO, 24 de noviembre - Un nuevo informe del Grupo Banco Mundial concluye que Guinea Ecuatorial se encuentra en un momento decisivo. El Diagnóstico de Pobreza y Equidad de Guinea Ecuatorial, el primero de su tipo para el país, revela que, a pesar de la riqueza petrolera que transformó al país en una economía de ingreso mediano alto, casi la mitad de la población sigue viviendo en pobreza, según la línea de pobreza nacional. La disminución de los ingresos petroleros y las limitadas fuentes de crecimiento pueden poner al país en una situación difícil, en la que la pobreza podría aumentar; para evitarlo, se deben tomar reformas decisivas.
“Guinea Ecuatorial tiene una oportunidad única para convertir su riqueza natural en riqueza de capital humano”, señaló Juan Diego Alonso, representante residente del Grupo Banco Mundial en Guinea Ecuatorial. “Las decisiones que se tomen hoy determinarán si el país entra en un ciclo de oportunidades menguantes o si abre la puerta a un futuro más inclusivo y resiliente.”
El informe identifica tres factores que limitan la capacidad de los hogares pobres para generar ingresos: el capital humano, el acceso a empleos de calidad y la resiliencia. El bajo gasto público en salud, educación y protección social —alrededor del 2% del PIB— afecta la acumulación de capital humano de la población, de modo que un niño nacido hoy alcanzaría solo la mitad de su potencial productivo. El mercado laboral también frena la movilidad: menos de uno de cada cinco trabajadores accede a un empleo formal; y la creación de empleo en sectores no petroleros es insuficiente para la creciente población que entra al mercado de trabajo. Además, un sistema de protección social poco desarrollado deja a los hogares, tanto pobres como no pobres, vulnerables a caer en la pobreza ante cualquier evento adverso inesperado.
“Las políticas que promueven el crecimiento no revertirán por sí solas el aumento que se espera en términos de pobreza; para lograrlo, se necesita complementar estas políticas con reformas que promuevan la equidad en torno al capital humano, el empleo y la resiliencia”, afirmó Daniel Valderrama, Economista en la División de Pobreza para Guinea Ecuatorial. “Se estima que las reformas estructurales que impulsan la productividad y la inversión desacelerarán la tendencia creciente de la pobreza, pero para revertirla es necesario combinarlas con apoyos focalizados a los hogares más pobres.”
El informe propone un paquete de políticas centrado en tres áreas. Primero, invertir en capital humano, especialmente en la primera infancia, mediante una mejor nutrición, educación pública de calidad, servicios de salud asequibles y programas de asistencia social que rompan el ciclo de la pobreza. Segundo, dinamizar el sector privado mejorando el entorno empresarial, ampliando el acceso al financiamiento y reduciendo las cargas regulatorias y tributarias que limitan el crecimiento de un tejido empresarial formal. Tercero, reforzar la resiliencia de los hogares a través de sistemas de protección social adaptativos y políticas fiscales que protejan a los más vulnerables frente a crisis económicas y eventos climáticos extremos.
El orden y la complementariedad de las reformas son determinantes. Para Ana María Oviedo, Economista Líder de la División de Pobreza de África Central y Occidental, “la creación de empleo debe ser la primera prioridad, porque el capital humano que el país ya está formando no se está aprovechando plenamente, y son precisamente los trabajadores con mayor nivel educativo quienes enfrentan más dificultades para encontrar empleo.”
El informe transmite un mensaje claro: con acciones coordinadas que prioricen a las personas, impulsen el emprendimiento y fortalezcan la resiliencia, Guinea Ecuatorial puede transformar su riqueza natural en prosperidad duradera para todos.