Discursos y transcripciones

Conferencia de prensa del Comité para el Desarrollo Palabras de apertura: Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial

Septiembre 24, 2011


Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial. Conferencia de prensa del Comité para el Desarrollo.

Texto preparado para la intervención

Gracias, Rich, y gracias, señor Presidente.
 
El Comité para el Desarrollo es importante para el Banco Mundial porque nos permite escuchar directamente de nuestros accionistas lo que tienen para decir más allá de los diálogos normales con los países y junto con otros países. Esta interacción valiosa nos ayuda a mejorar nuestra labor para atender mejor a nuestros clientes: los países en desarrollo.
 
Desde mediados de 2008, cuando empezaron a sentirse realmente los efectos de la crisis mundial, el Grupo del Banco Mundial ha comprometido US$196 000 millones para los países en desarrollo con cargo al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF); la Asociación Internacional de Fomento (AIF); la Corporación Financiera Internacional (IFC), la institución del Grupo del Banco Mundial que se dedica al sector privado, y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), nuestra institución que otorga garantías. El total de desembolsos ascendió a US$126 000 millones, y ellos se hicieron con más rapidez durante lo peor de la fase de contracción.
 
En las deliberaciones que celebramos hoy sobre el estado de la economía mundial, surgió claramente que los accionistas quieren que sigamos proporcionando esta fuente decisiva de apoyo a los países en desarrollo.
 
Ello puede cobrar más importancia si las primeras señales de una posible desaceleración de la actividad económica se hacen realidad en sus países.
 
En los países de ingreso bajo, este riesgo acentúa la urgencia de nuestra labor de crear programas de protección social para proteger a los más vulnerables frente a los cambios desfavorables de la coyuntura. Hemos ayudado a ampliar el modelo de transferencias condicionadas de efectivo, que se empezó a aplicar en México y Brasil, a más de 40 países. Hemos ayudado a otros 40 países a aplicar otros tipos de redes de protección social. Sin embargo, aún queda más por hacer, y las redes de protección social pueden hacerse más sólidas.
 
Los accionistas quieren que sigamos prestando asistencia en tiempo real frente a las crisis que se producen en la economía mundial.
 
Un buen ejemplo es la decisión que anunciamos hoy de aumentar la asistencia prestada por el Banco Mundial a los países del Cuerno de África para alcanzar el nivel de US$1880 millones en un quinquenio, frente a la suma anunciada antes de US$500 millones.
 
Este monto incluirá US$250 millones con cargo al Servicio de Respuesta ante las Crisis de la Asociación Internacional de Fomento, nuestro fondo para los más pobres. Este servicio para hacer frente a las crisis es un buen ejemplo; propugnamos su creación, lo diseñamos y, el año pasado, convencimos a los donantes de la AIF de que lo respaldaran.
 
El Banco Mundial respalda el llamamiento común a la acción en el Cuerno de África dirigido por los organismos humanitarios de las Naciones Unidas, con el firme apoyo del Reino Unido, Australia, la Comisión Europea, Estados Unidos y otros.
 
Además de dirigirse a abordar el desastre actual, nuestra labor contribuirá a la recuperación de mañana y a la creación de capacidad de resistencia en el futuro. Una crisis humanitaria no debe ni tiene por qué ser una crisis perpetua.
 
Nuestros accionistas quieren que, además de seguir con lo que estamos haciendo, también encontremos nuevas maneras de hacer mejor las cosas, y así lo haremos.
 
Avanzaremos con premura con nuestro programa de modernización para que el Grupo del Banco sea más flexible, atento a las necesidades de los clientes, abierto, responsable y siempre imbuido del afán por los resultados. Estos son momentos difíciles y los contribuyentes se merecen el uso óptimo del dinero que pagan por concepto de impuestos y el de nuestros ingresos.
 
Además de la respuesta ante las crisis, también me complace saber que los accionistas respaldan dos prioridades del Grupo del Banco Mundial a largo plazo.
 
Los accionistas estuvieron de acuerdo con las conclusiones de nuestro Informe sobre el desarrollo mundial referido a la igualdad de género, en el sentido de que la igualdad entre el hombre y la mujer no solo es un derecho en sí mismo, sino que también es una estrategia económica acertada y es esencial para superar la pobreza.
 
Esta es una cuestión de sentido común que no siempre es una opinión común. Empero, ¿cómo puede una sociedad desplegar todo su potencial si la mitad de su población suele recibir el trato de ciudadanos de segunda clase?
 
De modo que ahora nos esforzaremos por asegurar que las repercusiones en materia de género se incorporen en todo lo que hacemos, desde la concesión de títulos de propiedad sobre la tierra hasta el diseño de sistemas de seguridad social y los proyectos de infraestructura.
 
Los accionistas también respaldaron el próximo Informe sobre el desarrollo mundial del Banco sobre el empleo.
 
Con el aumento desmesurado del desempleo en las economías desarrolladas y siendo el saliente de jóvenes y la falta de empleos, y de dignidad vinculada con el trabajo, una de las muchas causas de la primavera árabe, este proyecto no podría tener lugar en mejor momento.
 
En estas reuniones también hemos tenido oportunidad de analizar la situación mundial y, en especial, el peligro inminente de que la falta de tomar medidas decisivas en Europa y Estados Unidos pueda estremecer a toda la economía mundial y desviar de su curso a los países en desarrollo, que hoy son la fuerza motriz del crecimiento mundial.
 
Los números de que dieron cuenta los países en desarrollo en el curso del mes pasado, incluso la semana pasada, son inestables y precarios. Parafraseando a lo expresado por Ben Franklin en otra época de crisis: o nos mantenemos unidos, en nuestra condición de hombres y mujeres, economías desarrolladas y en desarrollo, en calidad de miembros del Grupo de los Veinte o del Grupo de los Ciento Ochenta y Siete, todos los miembros del Banco Mundial, o con toda seguridad fracasaremos por separado.
 
Ese, creo yo, es el mensaje fundamental de estas reuniones.
 
Gracias.
 
FIN

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