Discursos y transcripciones

Palabras de Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial Conferencia de prensa de apertura de las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional

Octubre 10, 2013


World Bank Group President Jim Yong Kim Annual Meetings 2013 Opening Press Conference Washington, DC, Estados Unidos

Texto preparado para la intervención

Buenos días a todos. Gracias por haber venido a la conferencia de prensa que da inicio a las Reuniones Anuales del Grupo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de 2013.

Desde las reuniones que celebramos en Tokio hace un año, el Grupo del Banco Mundial ha venido experimentando una renovación que ha aguzado nuestra orientación y selección de objetivos.

Hace tan solo seis meses, establecimos nuestros dos objetivos, que son poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030 e impulsar la prosperidad compartida para el 40% más pobre de la población de todos los países en desarrollo. Y ayer anunciamos nuestra meta intermedia, que es reducir la pobreza extrema al 9% a más tardar en 2020. El logro de estos objetivos se ha convertido en el principal propósito de nuestra institución.

Esta semana la Junta de Gobernadores del Banco Mundial considerará un plan de transformación de nuestras operaciones, estructura y cultura, a fin de que podamos alcanzar nuestros objetivos. Se trata de la primera estrategia que reúne a todas las instituciones que forman parte del Grupo del Banco Mundial en un solo marco de resultados.

El afán de poner fin a la pobreza no es solo nuestro. Se ha afianzado un movimiento mundial cada vez mayor, a medida que los dirigentes de los Gobiernos, los organismos internacionales y la sociedad civil se unen en torno a este objetivo de vital importancia.

Nuestra estrategia es audaz porque el desafío que tenemos que encarar es enorme: más de 1000 millones de personas viven en la pobreza extrema con US$1,25 o menos al día.

Debemos actuar con urgencia y determinación. En nuestro State of the Poor Report (Informe sobre la situación de los pobres), publicado hoy, se concluyó que 400 millones de las personas en situación de pobreza extrema en el mundo son niños. En los países de ingreso bajo, la mitad de los pobres son niños. ¿Cómo podemos, en conciencia, no hacer todo lo que esté a nuestro alcance para sacar a estos niños y a sus familias de la pobreza extrema? Ellos no pueden esperar que el progreso surja lentamente. Necesitan nuestra ayuda hoy.

Al repasar lo acontecido en los últimos 30 años, observamos enormes progresos en la reducción de la pobreza. Según el informe, hay 700 millones de personas menos que viven en la pobreza extrema aunque la población del mundo haya crecido en 2500 millones. En lugares como India y China, cientos de millones de personas salieron de la pobreza extrema en este período.

Sin embargo, en 35 países de ingreso bajo hoy viven en la pobreza extrema 100 millones de personas más que hace tres décadas. Tan solo la cuarta parte de ellas tiene acceso a agua potable y apenas la quinta parte, a servicios de saneamiento. En estos países, quienes se encuentran en situación de pobreza extrema en la actualidad están tan lejos de contar con US$1,25 al día como los que vivían en la misma situación hace 30 años. Y para salir de la pobreza, estos pobres, que son fundamentalmente de zonas rurales, deberán elevar sus ingresos con mucha más rapidez que el resto del mundo en desarrollo.

Nuestra estrategia ayudará a los países clientes a solucionar los problemas más grandes, es decir, a crear empleos; luchar contra el cambio climático, que perjudica a tantos pobres del mundo, y encarar las cuestiones relativas a la fragilidad y los conflictos. Para alcanzar nuestros audaces objetivos, revestirá vital importancia la sólida reposición de los recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), nuestro fondo para los más pobres. Con dicha reposición planeamos aumentar en los próximos tres años en alrededor del 50% la proporción de financiamiento de la AIF destinado a los países frágiles y afectados por conflictos.

Nuestro programa para las Reuniones Anuales de este año muestra la participación, centrada en objetivos específicos, del Grupo del Banco Mundial en una variedad de desafíos importantes en materia de desarrollo, como el cambio climático, el acceso al financiamiento, la energía, la función del sector privado y las cuestiones de género.

En particular, me emociona que mañana celebremos un evento especial con Malala Yousafzai, la valiente joven que ha inspirado al mundo con su valerosa promoción de una mayor tolerancia y educación para las niñas de todo el mundo.

Para los 400 millones de niños y niñas que aún viven en la pobreza extrema, entre los cuales hay muchísimos que no asisten a la escuela, Malala es un símbolo poderoso de esperanza. Ella no iba a permitir que se la privara de una buena educación y más oportunidades en la vida. Tampoco debería privarse de ello a estos niños. El ejemplo de Malala muestra el giro que pueden tener sus vidas si nosotros, la comunidad mundial, apoyamos los derechos de todos los niños y de todas las personas a vivir con esperanza y dignidad.

Con mucho gusto responderé sus preguntas

 


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