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Discursos y transcripciones Noviembre 20, 2020

Palabras pronunciadas por David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, en la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los Veinte

Muchas gracias, presidente. Quisiera agradecer al ministro Al-Jaadan y a Arabia Saudita por el trabajo que han realizado en el Grupo de los Veinte (G‑20) durante el año, y por los grandes avances logrados en materia de alivio de la deuda para los países más pobres, incluida la extensión de la suspensión de la deuda, el apéndice del documento de condiciones y el marco común. Estas medidas serán de gran ayuda.  

Si bien algunos países se están recuperando, la pandemia de COVID-19 (coronavirus) aún tiene consecuencias terribles, y los niveles de pobreza están aumentando marcadamente. La desigualdad y el cambio climático están generando inestabilidad política y acrecientan la fragilidad, la crisis de los refugiados y la violencia contra las mujeres.  

La cooperación internacional es más importante que nunca, y el Grupo Banco Mundial ocupa un papel central en muchos esfuerzos clave emprendidos a nivel mundial para promover el desarrollo.

Con apoyo de nuestro Directorio Ejecutivo, avanzamos según lo previsto para concretar un aumento récord de compromisos y desembolsos. En el trimestre que finalizó el 30 de septiembre, duplicamos el volumen de desembolsos en comparación con las cifras del año pasado. Asimismo, estamos maximizando las donaciones y el financiamiento en condiciones concesionarias. 

Implementamos programas de respuesta a la emergencia sanitaria en 112 países utilizando un mecanismo de vía rápida que ahora permite acceder a un servicio adicional de USD 12 000 millones en financiamiento para adquisición y distribución de vacunas. Ya estamos trabajando, con la cooperación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, el Fondo Mundial y la Alianza Mundial para el Fomento de la Vacunación y la Inmunización (GAVI), en evaluaciones del grado de preparación para la rápida distribución de vacunas para 100 países. La Corporación Financiera Internacional (IFC) está trabajando, en forma coordinada con  la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), para invertir USD 4000 millones adicionales en la fabricación y distribución de vacunas y productos necesarios para los programas de vacunación.

Si bien trabajamos con todos los clientes, reconocemos que los Estados afectados por situaciones de fragilidad, conflicto y violencia (FCV) son los más necesitados. Trabajamos en Sudán, Somalia, Líbano, Etiopía, Ribera Occidental y Gaza, la región del Sahel y en muchos otros países. En Sudán, confío en que la regularización de atrasos comenzará rápidamente. Esta medida, que reviste carácter urgente debido al  ingreso de refugiados provenientes de Etiopía, permitirá que el país reciba un volumen considerable de financiamiento del Banco Mundial casi en forma inmediata.   

Estamos trabajando para lograr una recuperación más verde y sostenible. El Grupo Banco Mundial ha sido el mayor inversionista internacional en financiamiento relacionado con el clima durante los últimos cinco años. Además, me enorgullece que durante mi presidencia, la institución haya invertido en financiamiento relacionado con el clima en mayor medida que en cualquier otro momento de su historia. De cara al futuro, uno de los principales objetivos que nos debemos fijar es aumentar dicho financiamiento y mejorar los resultados, en lo que se refiere a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como ayudar a los países a cumplir sus contribuciones determinadas a nivel nacional. 

La Asociación Internacional de Fomento (AIF) está desembolsando su financiamiento de manera anticipada para poner más recursos a disposición de los países más pobres. Esta medida creará un “precipicio financiero” en 2022 y 2023. Celebramos los pedidos de suplementar los recursos de la AIF formulados por Japón, India y otros países.

La transparencia será fundamental para lograr que el apoyo sea lo más eficaz posible. He visto con agrado el progreso realizado durante la presidencia de Arabia Saudita. Un paso importante fue el pedido formulado por el G-20 a los países beneficiarios de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) exhortándolos a divulgar todos los compromisos financieros del sector público. En este respecto, estamos trabajando en estrecha colaboración con los países deudores y se están publicando muchos más datos que antes. No obstante, el proceso de conciliación requerido por el G-20 conllevará un mayor grado de divulgación, e instamos a todos los países del G-20 a solicitar a sus acreedores que son instituciones públicas que divulguen los contratos de deuda, los acuerdos de refinanciamiento y las condiciones de las reestructuraciones de deuda.

Deseo felicitar al Secretario General de las Naciones Unidas por la declaración detallada sobre el alivio y la transparencia de la deuda, que formuló esta semana. Enfrentamos grandes desafíos en materia de deuda, como en Angola y Etiopía, donde en ausencia de alivio permanente, las perspectivas en términos de pobreza son sombrías. Así pues, recibí con agrado la noticia de que, en Zambia, los acreedores que no son miembros del Club de París, por ejemplo el Exim Bank de China, están aplicando el nuevo documento de condiciones de la DSSI y han suspendido los pagos del servicio de la deuda. Es un paso importante y positivo.  

Sé que algunos acreedores se han mostrado renuentes a ofrecer un alivio profundo y permanente de la deuda en la idea de que esta medida iniciaría, sencillamente, un nuevo ciclo de falta de transparencia en la deuda. Para impedir que esto ocurra, debemos promover la transparencia y adoptar medidas normativas cuidadosas utilizando la experiencia adquirida durante la actual crisis de endeudamiento. Dada la gravedad de la crisis, sin embargo, es necesario avanzar ahora con los procesos de alivio de la deuda.  

Como a muchos de ustedes, me ha decepcionado la incapacidad de los acreedores privados y de sus grupos de acreedores para cumplir los llamamientos efectuados por el G-20. Les insto a incentivar a todos los acreedores de su jurisdicción, tanto públicos como privados, a participar plenamente en los esfuerzos de alivio de la deuda. La postergación del problema para más adelante no es una alternativa. El Banco Mundial está preparado para ofrecer asesoramiento jurídico a los deudores y para convocar un diálogo entre acreedores y deudores a través del Fondo para la reducción de la deuda para países clientes de la AIF.

El Comité para el Desarrollo encomendó al Banco y al Fondo Monetario Internacional (FMI) la tarea de proponer más medidas para abordar las cargas de la deuda insostenibles de los países de ingreso bajo y de ingreso mediano. Si los acreedores privados no logran avanzar por sí solos, es posible que las principales jurisdicciones deban considerar cambios legislativos para respaldar un progreso más veloz. En los casos en que se están realizando esfuerzos de buena fe para llegar a un acuerdo con los acreedores, tal vez sea necesaria cierta tolerancia respecto de la acumulación de atrasos para respaldar el gasto relacionado con la COVID-19. Por su parte, los países en desarrollo deben solicitar el alivio y adoptar medidas para implementar políticas nacionales transparentes y sostenibles que atraigan nuevos flujos de inversiones hacia sectores productivos. El único modo de lograr un equilibrio entre los intereses de las personas y los intereses de las entidades que suscriban los contratos de deuda y de inversión es establecer un mayor grado de transparencia. Quisiera agradecer nuevamente al G-20 presidido por Arabia Saudita por los avances realizados, y espero con interés la oportunidad de trabajar con el G-20 presidido por Italia el año próximo.  

Muchas gracias.  

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