Discursos y transcripcionesOctubre 14, 2025

Palabras de Ajay Banga durante el evento emblemático de AgriConnect, en el marco de las Reuniones Anuales de 2025

Texto preparado para la intervención

 

Buenos días a todos.

La agricultura siempre ha sido fundamental para el desarrollo, pero hoy en día el desafío es transformarla en una fuente de empleo, ingresos y seguridad alimentaria a gran escala. No solo cultivar más alimentos, sino también convertir ese crecimiento en un negocio que genere mayores ingresos para los pequeños agricultores y cree más oportunidades en toda la economía.

Empecemos por las razones.

En los próximos 10 a 15 años, alrededor de 1200 millones de jóvenes de los países en desarrollo alcanzarán la mayoría de edad, pero las tendencias actuales sugieren que solo se crearán 400 millones de empleos. Esa brecha —cientos de millones— impulsará la economía mundial o se traducirá en disturbios y migraciones.

Por esa razón, el Grupo Banco Mundial ha hecho de la creación de empleo el eje central de su misión.

En última instancia, la mayoría de los empleos provienen del sector privado, pero no todos comienzan allí. Los países avanzan a lo largo de un proceso continuo: desde el principio, el sector público impulsa la creación de empleo; con el tiempo, el capital privado y los emprendimientos pasan a tener un rol preponderante.

Nuestra estrategia de tres pilares refleja ese enfoque: desarrollar infraestructura y habilidades; crear regulaciones predecibles y un entorno favorable para los negocios, y respaldar a los inversionistas con herramientas de gestión de riesgos que atraigan capital.

¿De dónde provienen estos empleos?

Hay cinco sectores que muestran potencial: infraestructura, agroindustria, atención de la salud, turismo y manufacturas de valor agregado.

Hoy nos centraremos en la agroindustria, que es fundamental tanto para generar empleo como para satisfacer la demanda mundial de alimentos, que, según las proyecciones, aumentará más del 50 % en las próximas décadas.

Los mercados emergentes ocupan un lugar central en ambos objetivos.

El mundo en desarrollo tiene todos los ingredientes: tierra, sol, agua y personas.

  • África posee el 60 % de las tierras cultivables no explotadas del mundo y puede aumentar los rendimientos de las tierras ya cultivadas.
  • América Latina ya produce suficientes alimentos para mucho más de 1000 millones de personas, pero la infraestructura representa un desafío.
  • En toda Asia, los pequeños agricultores administran la mayor parte de las tierras agrícolas, una base enorme que se debe fortalecer con mejor tecnología, financiamiento y acceso a los mercados.
  • En todo el mundo, 500 millones de pequeños agricultores producen el 80 % de los alimentos del mundo, pero la mayoría sigue atrapada en la agricultura de subsistencia, sin electricidad, almacenamiento, capacitación ni acceso al mercados. Menos de uno de cada 10 cuenta con financiamiento comercial.

La oportunidad está presente desde hace décadas; lo que está cambiando es nuestra capacidad para organizarnos a gran escala e influir de manera decisiva en el futuro de la seguridad alimentaria, la nutrición, el crecimiento y el empleo.

El año pasado, el Grupo Banco Mundial comenzó a ejecutar una estrategia en la que se reconocía esta realidad. Nos propusimos:

  • ayudar a los pequeños agricultores a aumentar la productividad y la escala;
  • conectarlos a cadenas de valor estructuradas que aumenten los ingresos, y
  • protegerlos de la explotación para que no se vean obligados a vender tierras por falta de crédito, seguros o acceso al mercado.

Al mismo tiempo, nos hemos fijado el objetivo de duplicar nuestros compromisos con la agroindustria llevándolos a USD 9000 millones anuales para 2030 y así movilizar otros USD 5000 millones. Dicho objetivo se basa en lo que hemos probado sobre el terreno y en las enseñanzas que hemos aprendido de otros. Adoptar nuevas ideas sin reservas y compartirlas abiertamente: esa es la clave para lograr el éxito juntos.

Hoy en día, buscamos impulsar esta iniciativa para que se ejecute a mayor escala.

  • La base necesaria es clara: se deben implementar mejoras en materia de políticas e infraestructura en los aspectos más importantes, a saber, la seguridad en la tenencia de la tierra, las normas sanitarias y de semillas, y elementos fundamentales como el riego, los caminos rurales, el almacenamiento y la energía para la cadena de frío.
  • Debemos centrarnos en el pequeño agricultor que carece de insumos, crédito, asesoramiento o un comprador confiable. Las organizaciones de productores, a menudo creadas por Gobiernos, emprendedores o actores privados, pueden ponerlos en contacto con proveedores, aseguradoras, compradores y prestamistas. De este modo, el asesoramiento, los fertilizantes y el capital de trabajo llegan al campo y se crean rutas predecibles de acceso al mercado. Una vez que la productividad y la escala de actividades mejoran, las cooperativas venden a través de acuerdos de compra estructurados con pymes o empresas más grandes. Los agricultores obtienen más valor, los prestamistas perciben flujos de efectivo predecibles y los ingresos aumentan.
  • La resiliencia se incorpora desde el principio, no se agrega después: semillas resistentes al calor, fertilizantes adaptados al tipo de suelo y técnicas de rejuvenecimiento, sistemas de riego eficientes, y sólidos mecanismos de seguro y financiamiento para evitar que una mala temporada se convierta en un mal año.
  • Y la tecnología digital es el pegamento que mantiene unido al sistema. Por ejemplo, pequeñas herramientas de IA en teléfonos básicos que permiten diagnosticar enfermedades de los cultivos a partir de una fotografía, orientar la elección de fertilizantes, impulsar la adopción de medidas preventivas antes de los fenómenos meteorológicos, y realizar pagos de forma segura. La huella de datos se convierte en un historial crediticio; un mejor análisis de riesgos reduce el costo de capital; los costos más bajos atraen a más prestamistas. Ese es el círculo virtuoso que estamos construyendo.

Esto no es teoría. En Uttar Pradesh (India) pude ver cómo todo esto —la base, las cooperativas, la resiliencia y la tecnología digital— se integró y dio resultado.

Prueba de concepto: funciona y se puede ampliar.

Ese es el ecosistema que buscamos reproducir siempre que sea posible. Pero solo tendrá éxito si los Gobiernos, las empresas y los asociados para el desarrollo reman en la misma dirección.

Eso es precisamente lo que estamos viendo esta mañana.

Muchas gracias.  

[Vea el evento completo aquí: AgriConnect: Pequeños agricultores, empresas y financiamiento para el empleo]

Blogs

    loader image

ÚLTIMAS NOTICIAS

    loader image