Desafío
Mejorar el acceso y la sostenibilidad de los servicios de suministro de agua y saneamiento (SAS) entre el 40 por ciento más pobre de la población en los países en desarrollo es esencial para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los servicios SAS son la causa de muchos otros desafíos para el desarrollo, dado que afectan a la salud pública, educación, oportunidades de generación de ingreso y el medio ambiente. Hoy en día, en América Latina y el Caribe, 21 millones de los 33 millones de personas sin acceso a una fuente de agua corriente viven en áreas rurales. Si bien varios estudios indican que las comunidades rurales tienen poca capacidad de operar y mantener los sistemas que albergan, algo que muchas veces resulta en el colapso del sistema, las inversiones siguen enfocándose en la construcción de infraestructuras, subestimando la necesidad de apoyo continuo y de reconstrucción con el correr del tiempo.
Enfoque
El programa del Banco Mundial Consolidación, Ampliación y Mejora del Sistema de Información para Agua y Saneamiento Rural (SIASAR) apoya a los países en la generación de evidencia respecto al acceso y sostenibilidad del SAS y en el desarrollo de un ambiente institucional y operativo favorable que permita la prestación sostenible de servicios SAS en áreas rurales. SIASAR apunta a fortalecer la prestación de SAS en más de 22.000 comunidades rurales de ocho países.
El objetivo de esta iniciativa es diseñar políticas mejor informadas y mejorar la sostenibilidad y calidad del servicio de agua y de saneamiento en áreas rurales de América Latina. Estos objetivos se lograrán consolidando, mejorando, fortaleciendo y ampliando el Sistema de Información de Agua y Saneamiento Rural.
Con este fin, se diseñó y promulgó un subsidio del Banco para (i) asistir a los países a formular recomendaciones técnicas, conceptuales y de implementación para hacer más efectivo el SIASAR, en base a una lista de recomendaciones que se están consensuando y priorizando entre los países participantes; (ii) proporcionar a las instituciones participantes (incluidas instituciones regionales) la capacidad necesaria para identificar futuras oportunidades de financiamiento y de llevar a cabo estas recomendaciones a futuro; y (iii) abrir el sistema a más países, mejorando de esta manera su credibilidad, viabilidad y funcionalidad.