Las fuentes de ingresos siguen muy vinculadas al petróleo, a las exportaciones agrícolas (banano, cacao, camarón) y al turismo, lo cual expone al país a choques externos como las fluctuaciones de precios internacionales y amenazas naturales. La dolarización, vigente desde el año 2000, continúa siendo un factor estabilizador importante frente a la inflación.
Entre los principales desafíos están la informalidad laboral, la desigualdad regional, especialmente entre zonas urbanas y rurales. También, la vulnerabilidad climática —sequías, lluvias extremas, variabilidad climática— representa un riesgo creciente, tanto para la producción agrícola como para los recursos hídricos y la infraestructura.
Pese a estos problemas, Ecuador tiene fortalezas claras. Posee una biodiversidad extraordinaria, potencial para energías renovables (hidroeléctrica, solar, eólica), sectores agrícolas con reconocimiento internacional y una población joven con fuerte capacidad de resiliencia y adaptación.