A pesar de su apertura económica, el producto interno bruto (PIB) de El Salvador creció a una tasa promedio anual de apenas 2.1 % durante el período 2000–2024, limitado por tasas históricamente altas de criminalidad y otras restricciones estructurales. Entre 2000 y 2023, la pobreza oficial se redujo en 14 puntos porcentuales, según lo destacado en la Evaluación de Pobreza y Equidad para El Salvador lanzada en diciembre de 2024. Además, con un coeficiente de GINI de 39.8 en 2023, la desigualdad se mantuvo entre las más bajas de la región. No obstante, la pobreza sigue siendo un desafío importante, con cifras oficiales que indican un aumento del 26.8 % de la población en 2019 al 30.3 % en 2023.

El Salvador creció un 2.6 % en 2024, por debajo del 3.5 % registrado en 2023, debido a las fuertes inundaciones en la primera mitad del año que ralentizaron la construcción y la inversión pública. La actividad repuntó en la segunda mitad, impulsada por el turismo y la recuperación de la inversión. Se espera que una menor actividad global y la consolidación fiscal desaceleren ligeramente el crecimiento a 2.5 % en 2025–2026. Se anticipa que el crecimiento aumente a 3.0 % para 2027, respaldado por la estabilización macroeconómica, reformas en curso y una mayor confianza en el mercado, lo que se espera impulse la inversión en infraestructura, turismo y construcción.

El déficit fiscal total se redujo en 0.2 puntos porcentuales hasta alcanzar el 4.5 % del PIB en 2024, y el déficit primario casi se cerró tras disminuir en 0.6 puntos porcentuales del PIB. Los ingresos aumentaron en 0.6 puntos porcentuales hasta el 25.5 % del PIB, reflejando una mejor administración tributaria y una mayor actividad del sector privado. El gasto corriente aumentó en 0.4 puntos porcentuales hasta el 30.0 % del PIB, principalmente debido a un esquema único de retiro voluntario. La deuda pública alcanzó su punto máximo en 88.9 % del PIB en 2024.

Última actualización: 6 de octubre, 2025

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