El país enfrenta varios desafíos estructurales, incluyendo altas tasas de desnutrición crónica infantil, baja cobertura y calidad en educación, y acceso insuficiente a servicios de salud. La economía sigue limitada por baja productividad, alta informalidad y dependencia de la agricultura y sectores de bajo valor agregado. El empleo es predominantemente informal, con oportunidades limitadas para la movilidad ascendente o la protección social. Las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas enfrentan barreras adicionales para participar plenamente en el mercado laboral, y las disparidades de género en empleo y resultados sociales siguen siendo significativas.
Guatemala también es altamente vulnerable a desastres naturales y desafíos ambientales, incluyendo frecuentes terremotos, huracanes y sequías, que afectan de manera desproporcionada a las comunidades más pobres. La degradación ambiental, como la deforestación y la erosión del suelo, agrava la pobreza rural y la inseguridad alimentaria.
Abordar estos desafíos permitirá a Guatemala reducir las brechas de desigualdad. Esto requerirá invertir en capital humano, ampliar la cobertura y calidad de los servicios públicos, promover un sector privado más dinámico e inclusivo y fortalecer la resiliencia frente a choques climáticos y externos.
Última actualización: 6 de octubre, 2025